5. Control

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El primero en reaccionar es Stiles, dándole un suave golpe a su hermano para que reaccionara.

- Joder, no de nuevo -gruñe Stiles, corriendo hacia donde su trillizo malvado se encontraba. Edward, reaccionando rápidamente a los movimientos de su hermano, alza la katana hacia este, obligándole a parar.

- Un paso más y acabaré contigo, brujo -gruñe el zorro, enseñando sus finos pero afilados colmillos.

- ¿B-brujo? -chilla Lydia sorprendida, mirando la escena con los ojos abiertos como platos.

Ignorando a la banshee, Stiles chasquea los dedos, haciendo que hielo comience a salir del suelo, c llegando hasta sus pies y congelándole hasta la cintura, impidiendo su movimiento. El zorro gruñe enfadado, intentando despegar los pies golpeando el hielo con la espada.

- Aprovecha que está débil, Stiles -dice Andy, agarrando a su hermano por la espalda. Scott y Derek corren a ayudarlo, imitando la acción del alfa. A pesar de estar débil, los tres lobos deben hacer bastante fuerza para mantenerlo quieto.

Haciendo caso a la orden de su hermano, Stiles saca lo que parece ser una diminuta navaja que abre enseguida. La navaja tiene pinta de ser antigua, pero aún así su filo está perfectamente cuidado, listo para cortar en cualquier momento.

- Que no se mueva ni un solo centímetro o puedo hacerle daño.

Los tres lobos asienten, utilizando más fuerza para inmovilizarlo.

- No te atrevas a sellarme de nuevo -ruge el zorro, intentando moverse en vano-. Si lo haces, jugaré con tu hermano.

Cogiendo aire profundamente, Stiles sube la camiseta del castaño, dejando ver un número cinco al revés en la clavícula derecha de la cadera. Era una cicatriz de un color oscuro, como si la herida hubiera estado infectada y tuviera ese feo color negro. El zorro se estremece al sentir el frío metal tocar su piel.

- ¡No lo hagas! -grita ya desesperado.

- Lo siento, Eddie -susurra Stiles, cortando finalmente la pálida piel del castaño. Intentando mantener la calma, corta con manos temblorosas una irregular x encima del cinco al revés, limpiando con un pañuelo la sangre que se escurre de la herida, manchando los oscuros pantalones de Edward. 

- V-Volveré -gime, sintiendo su recipiente cada vez más adormecido- Juro que volveré y acabaré con vosotros. Uno a uno. 

Antes de que el cuerpo inconsciente de Ed caiga al suelo, Scott lo agarra por la cintura, aprisionándolo contra su pecho. Se detiene un momento, asegurándose de que la respiración del castaño no era demasiado tranquila.

- Hay que coserle la herida -temblando y con el corazón a mil por hora, Stiles se deja caer en el sofá, intentando tranquilizarse antes de tener uno de sus ataques de pánico. No era nada agradable tener que hacer eso, aún más cuando aquello le traía tantos recuerdos. Sinceramente, prefería no volver a pasar por eso nunca más.

- ¿Estás bien? -Stiles levanta la cabeza de sus manos aún ensangrentadas, encontrándose con unos ojos verdes que lo miran con intensidad. Por un momento, siente que todo a su alrededor desaparece. Como si flotaras en medio de la nada junto con otra persona, sin poder apartar la mirada de sus ojos.

- E-estoy bien -balbucea con las mejillas rosadas, volviendo su mirada al suelo. A pesar de no mirarlo, aún puede sentir su mirada encima, queriendo leer la parte más escondida de su alma.

- ¿Seguro? Hueles horrible.

- ¿Estás diciéndome que huelo mal? Porque me he duchado esta mañana y me he echado suficiente desodorante para hacer que huela bien un basurero, y créeme se de lo que hablo, una vez mis hermanos y yo acabamos en un cubo de basura por culpa de un demonio que nos estaba persiguiendo, al idiota de Andy se le ocurrió tapar nuestro olor resfregandonos con basura, aunque según el bestiario los demonios tienen un pésimo olfato pero buena vista y un oído mucho más desarrollado que un lobo, y no hablemos su manera de sentir a los demás seres sobrenaturales y a los humanos, porque ellos pueden sentirte a kilómetros de distancia y la única manera de escapar de ellos es enfrentándolos y... creo que ya me callo.

Derek abre los ojos sorprendido. No por su constante habladuría y su forma de cambiar de tema, si no por la capacidad de hablar por tanto tiempo sin asfixiarse antes de acabar su explicación. 

- ¿Cómo sabes tanto de demonios? -pregunta, intentando disimular su asombro. 

- ¿Lo leí en un libro? -dice riendo nerviosamente, apartando la mirada hacia cualquier otra parte con tal de no mirarlo a los ojos. Casi mete la pata por culpa de su verborrea.

- Has dicho que lo leíste en un bestiario, mentiroso -gruñe el ojiverde, dándole un suave golpe en la frente- Además que apestas a mentira.

- Me has pillado, pero no pienso decirte nada más, soy una tumba -coloca los dedos en forma de cruz en sus labios, dejando claro de una manera infantil de que no iba a decir nada más.

- Está bien, señor tumba ¿Quieres un té? Te hace falta relajarte un poco -el ojimiel asiente con una pequeña sonrisa, levantándose del sofá para seguir a Derek hacia la cocina.

En el otro lado del loft, Andy observa con una sonrisa radiante la escena. Calmar al pequeño Stiles antes de que tuviera un ataque de pánico había costado un rato a sus hermanos, pero en cambio a Derek le había costado a penas unos minutos. 

- ¿Por qué sonríes de esa manera, pareja?

- Es increíble lo acertado que es mi instinto -sonríe lleno de orgullo.

- ¿Por qué dices eso? -pregunta con curiosidad el ojiazul.

- ¿Sabes? En la última ciudad en la que estuvimos sentí una especie de presentimiento que me decía que viniéramos aquí, sentía que tal vez encontraríamos algo importante. Y no pude estar más acertado. 

- Es extraño lo que el instinto puede hacer.

- ¿Instinto? No, en realidad es que yo soy bastante genial.

Peter suelta una carcajada ante la respuesta del menor-. Con el ego bien alto ¿no? -Andy amplía más su sonrisa, apoyando su cabeza en el hombro del menor, dejando que su aroma lo tranquilizara.
Su sonrisa desaparece de repente, dejando en su lugar una mueca de preocupación.

- ¿Quién crees que es esa mujer?

- No lo sé, algo me dice que nos traerá problemas.

- ¿Qué querrá de nosotros? Nadie amenaza a mis hermanos y se va tranquilamente como si nada.

- Lo sé, cachorro. No dejaré que te pase a ti nada, ni a ninguno de tus hermanos. Es una promesa.


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Hola! como están?

*Alguien le tira una piedra y le da en la cara*


Lo siento!! pero tengo mis razones para haber tardado tanto, lo juro! Haber por donde empiezo *tose* *tose* Esta semana a sido horrible. Se me a muerto el móvil, he tenido como 5 recuperaciones, se me iba el internet cada dos por tres y otras cosas más personales
 que a nadie le importa. No es por falta de imaginación ni ganas porque me sobran. Tengo pensado subir un maratón pronto (pero antes tengo que escribirlo, obvio u.u) y si el destino no me lo impide, no creo que tarde mucho.

Nos leemos pronto. (Rezad al destino para que me deje)

Anónima.

Los trillizos StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora