un rey para la reinona

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El rey del infierno se encontraba sentado en su trono, copa de whisky en mano, mirando a la nada con gesto pensativo y ligeramente angustiado. Y la verdad, tenia razones de sobra, el infierno se desmoronaba, Abbadon había sembrado la incertidumbre y la rebeldía entre sus súbditos y no podía permitirse perder mas demonios, y mucho menos el trono.

En momentos como ese no podía evitar pensar en que habría hecho su antecesor, el gran Lucifer. Mientras que él tuvo el control del inframundo ese tipo de problemas no existían y, aunque no todos le adoraban como él, existía un temor irracional que mantenía el orden ahí abajo. Ahora Crowley se arrepentía de haber destronado al arcángel por pensar que sus métodos estaban anticuados. Su sed de poder le había cegado y ahora se daba cuenta de que igual no estaba tan preparado para ser rey como pensaba.

Apuró las ultimas gotas del liquido amielado y tomó una decisión, quizás un poco precipitada: bajaría a la jaula a pedirle ayuda a su predecesor. Seguro que él sabía como calmar los humos y las voces reivindicativas que contagiaban a su pueblo.

Tras una media hora ya había llegado a las puertas del ultimo plano de sus territorios, tomó una gran bocanada de aire antes de abrirlas; y entrar a la gran antesala, desde la cuál, se veía una sala aún mayor delimitada por unos barrotes ennegrecidos e inundada por una oscura penumbra. Dentro de esta había tres figuras, pero solo una de ellas se acercó a la luz, dejando entrever el rostro del hijo predilecto de dios, con una expresión de superioridad y desprecio grabada en él.

- ¿ Qué quieres, traidor? ¿ O solo has venido a regodearte de mi encierro ? - Gruñó con gesto hosco.

-Venia a solicitar su consejo mi señor- El demonio sabia que debía controlar sus palabras o no conseguiría nada del pretencioso de lucifer.- El infierno se desmorona, necesito tú ayuda.

- Y a mi qué - Protestó - Os desprecio a los demonios casi tanto como a los humanos.

El escocés calló unos minutos, la indiferencia que mostraba ante el infierno y sus habitantes no entraban en sus planes.

-Si el infierno cae, nadie torturara las almas de esos monos sin pelo y nos habrán ganado- Era su única jugada, sí no le convencía, con eso nada lo haría.

-¿ Y que recibo yo a cambio?-Comenzó a ceder.

-Control total en las almas de todo el infierno y un ejército sí quieres reanudar el apocalipsis.

-¿Y que hay de los winchester?-Nada de eso era estable con esos hermanos entrometidos pululando por ahí.

-El mayor es mío -Negoció- Tu recipiente y el ángel quedan a merced de tu decisión.

- No suena nada mal....

El demonio ya cantaba victoria, orgulloso de su poder de convicción.

-Pero hay un pequeño problema.- Cortó el arcángel- ¡¡Estoy atrapado en está jodida jaula!!

-Encontraré el modo de sacarte sí es lo que quieres- Razonó el rey

-Más te vale- Amenazó el preso - Porqué este es el trato: Mi libertad y mi trono a cambio del orden el los infiernos.

-No renunciaré a mi puesto,Lucifer, sí quieres el trono será a medias como mucho.-No estaba dispuesto a perder su elevada posición.

-De acuerdo- Lucifer no tenía más remedio; no aguantaba más a su hermano y a su estúpido recipiente.

Saboreó la cercana libertad hasta que esta sensación se vio sustituida por la de los labios del escocés en los suyos cerrando el pacto.

-Este es el comienzo de una nueva era infernal, reinona.

Bueno, como el capitulo anterior era muy corto y para compensar mi ausencia os subo este antes de tiempo.
Espero que os guste ^^

»Zeta

Espero peticiones ^^

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