Capítulo III: Una visita inesperada (parte 1)

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Os dejo una nueva entrega de Pueblo de Sombras. Este capítulo consta de dos partes. No olvidéis comentar y votar ;-) vuestro apoyo es importante.

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                                                                      CAPITULO III

                                                         UNA VISITA INESPERADA

 Eran aproximadamente las ocho de la tarde cuando tomé la salida de la autopista por la estatal con dirección a Point Creek. En día normal habría llegado en la mitad de tiempo, pero el atasco que había colapsado la salida de Seattle y la precaución con la que circulé durante todo el trayecto, retrasaron mucho un viaje que por regla general no me suponía más de hora y media.

La carretera estatal estaba cubierta de nieve y tuve que detenerme en el arcén para colocar las cadenas a los neumáticos, no imaginaba que hubiera tanta nieve acumulada en la estatal. Las máquinas quitanieves no habían pasado por la zona y aumenté la precaución por temor a sufrir un accidente. Tampoco quería verme obligado a tener que solicitar ayuda a la policía o al servicio de emergencias, más aun tras haber desatendido la advertencia recibida del agente Abbot esa mañana.

Circulé muy despacio hasta que llegué a la altura del restaurante Warlock’s, que se encontraba cerrado por culpa del temporal. Unos metros más adelante topé con una valla metálica iluminada con señales rojas, se podía ver el escudo serigrafiado de la policía de Point Creek y un cartel que decía: acceso cortado a point creek. Circulen por los desvíos. Disculpen las molestias.

—¡Hay que joderse!—. Supuse que algún árbol habría caído y estaría bloqueando la carretera, o quizás solo por fuera por precaución. El cuerpo de policía de Point Creek tenía por costumbre cerrar el acceso al pueblo para evitar que se circulara por las calles en medio de un temporal, ya me había ocurrido en otras ocasiones. Se me ocurrió retirar la valla y avanzar para comprobarlo por mí mismo, pero decidí no correr riesgos. Recordé que si daba media vuelta podría coger el camino que cruzaba el bosque, la senda llevaba hasta el pequeño lago que había justo enfrente de mi casa. Era sin duda la mejor opción si no quería encontrarme con algún agente y provocar una discusión innecesaria.

Di marcha atrás y cambié de dirección en el aparcamiento del restaurante. El acceso al camino estaba situado a unos trescientos metros de allí, pero sabía que el polvo de nieve que el viento levantaba con furia, además de la nula iluminación de la carretera, me dificultarían encontrarlo. Circulé despacio y fijando la vista en el arcén de la izquierda, pues el camino no estaba señalizado, después recorrer varios centenares de metros, pude ver el acceso que andaba buscando.

Apenas había nieve en el camino y pensé que sería por el espesor del bosque y la altura de los árboles, aun así resultaba complicado circular ya que las ruedas patinaban en el barro. Poco a poco fui avanzando por aquel tortuoso y bacheado camino. La anchura mínima para el paso de un coche y la oscuridad perturbadora del bosque, que por momentos me parecía incluso aterradora, me hizo arrepentirme de haber cogido el desvió. Las ramas bajas de los pinos y abetos rozaban contra la carrocería de mi Range Rover, produciendo pequeños arañazos. El largo y complicado viaje empezaba a resultarme inacabable y muy desagradable.

—Quizás debí comprobar por qué no se podía circular por la estatal —pensé.

Aquella senda se podía utilizar como último recurso y para un trayecto corto, tal vez hasta llegar a Point Creek. Sin embargo, yo debía ir mucho más allá y no me apetecía en lo más mínimo quedarme atascado en el barro de aquel bosque. Maldije a los policías y su costumbre de cortar el paso por el pueblo.

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