EPÍLOGO

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Una enfermera se acercó a Clara para decirle que podía pasar a ver a Santi. Ella, hizo acopio de todo su control para no salir corriendo y le resultaron eternos los segundos en el elevador.

Sin duda estaba nerviosa, ansiosa. Sus manos estaban heladas y temblaban cuando llegó a la tan conocida habitación donde había pasado tantas tardes. Abrió la puerta y enseguida la cerró con sumo cuidado sin despegar los ojos de la cama donde estaba él. 

Santi, volteó a verla, sus ojos brillaron y a pesar de que lucía ligeramente confundido le sonrió, así que, Clara no pudo contenerse más y corrió a abrazarlo tan fuerte como pudo intentando no lastimarlo. A partir de ese momento no importaba la confusión que él sentía debido a su estado, tampoco importaban todas las lagrimas que ella había derramado, nada más importaba. Ahora solo eran ellos dos, por fin volvían a estar juntos y ya no había necesidad de decir: te extraño. 






Santi, te extrañoWhere stories live. Discover now