Estación Central.

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Mi segundo cuerpo robado estaba dejando de funcionar, naturalmente.

Empezó a enfermar.

Estaba muriendo por segunda vez, y esta vez lo dejé ser.

No iba a decirle que me iba, como antes.

Iba a dejar que todo pasara.

Le iba a doler, lo sabía, pero así tenía que ser.


No me habían sancionado para entonces, lo cual era realmente sorprendente.

Debían estar enterados todos desde hace tiempo de mi falta gravísima,

pero no había pasado nada.

Dejé de trabajar, así que los demás estaban más ocupados desde que me dediqué por completo a ella.


En el tren, ella miraba cómo pasábamos a toda velocidad.

No me miraba,

pero sabía que tenía los ojos inundados.

No lloraba, 

pero podía percibir cómo se rompía.

Íbamos a la estación en donde nos conocimos, aunque ella no lo sabía.

Sólo le dije que fuéramos allí, que le daría una sorpresa.

Le hice una carta.


"Kyra, mi vida:

Lamento mucho lo que está pasando. Estoy muriendo, por segunda vez. La primera fue cuando te vi, pero me salvaste devolviéndome la mirada y sonriendo.

Te quiero muchísimo. No tienes ni idea de quién soy, pero yo sí te conozco, a pesar de lo indescifrable que eres. Te he amado desde que te vi perder el primer tren. Y me gusta cuando te distraes así, porque puedo tomarte fotos cuando no estás viendo. En caso de que quieras verlas, están debajo de tu almohada.

Te prometo regalarte flores todos los días de fiesta, hasta en el día del árbol. Y créeme, las encontrarás. Llegarán a ti como sea, pero llegarán. Sabes que no puedo romper mi palabra, porque mis palabras se las queda la eternidad.

No sabía lo que era amar hasta que me amaste de vuelta. No tenía idea de lo que era sentir hasta que te vi pintando, llena de colores como una niña. 

Te amo. ¿Te lo dije? ¿Sí? ¿Te lo puedo repetir? ¿No? No me importa. Te amo, te amo, te amo. Créeme, por favor, cuando te digo que te amaré por siempre, porque no me queda opción. 

Yo no me voy, yo me quedo contigo. No llores por mí porque mi recuerdo te abrazará por siempre. Sólo este cuerpo muere, pero yo me quedaré siempre contigo."


Nos sentamos en la estación.

Le entregué la carta.

Llamé yo mismo una ambulancia, porque ese cuerpo estaba a punto de caducar por completo.

Y mientras llegaba, ella la leyó.

Me abrazó y lloró en mi pecho, mientras yo tosía levemente.

Lloró poco.

Se incorporó y me sonrió.

Me preguntó si volvería.

Le dije que nunca me iría.

Llegó la ambulancia, ayudé a los paramédicos con el cuerpo.

Me quedé con ella en la estación,

viendo cómo se perdía en sus pensamientos.

Intenté llamarla, gritaba su nombre.

No me escuchaba.

La abrazaba, tomaba su mano, acariciaba su cabello.

No me sentía.

Todo volvía a ser como fue.

Ella sólo sentía mi frío.

Sólo sentía lo frío que soy, y temblaba.

Se fue a casa dejándome atrás. 

Me quedé en la estación, ocupando su lugar.



Tren perdidoحيث تعيش القصص. اكتشف الآن