-Te equivocas -dijo Minato, como si le hubiera leído la mente. -Tú nunca tuviste mis ojos azules. Tus ojos son de tu madre.

Naruto sonrió. Agradeció a la lluvia que no se notara que estaba llorando.

Minato le cogió la mano, y depositó un colgante en su palma. Era un símbolo muy sencillo, una simple espiral.

-¿Qué...?

-Poco antes de que Kushina se fuera, yo le propuse casarnos. Ella nunca me respondió, pero... Yo le regalé ese colgante. Le dije que era nuestro símbolo, que siempre que lo mirara sabría que yo la quería con toda mi alma. Cuando se fue, lo encontré en mi mesilla.

Entrecerró los ojos con una sonrisa.

-Pensé que con eso me decía que no me quería. Que solo había fingido para acercarse a mi padre. Que yo nunca signifiqué lo que ella significó para mí.

-No. -le interrumpió Naruto, cerrando la mano en torno al colgante. -Si ella hubiera conservado eso, no habría podido soportar estar lejos de ti. Porque al recordar que tú la querías, recordaría que ella te quería.

Minato sonrió.

-Ya no necesito nada de eso para recordar que la quiero. Es hora de que lo tengas tú.

Sabía que aquello sería raro, e incluso incómodo para los dos. Pero no pudo evitarlo. Se lanzó contra él, hundiéndose en sus brazos, sofocando el llanto contra su pecho. Minato, sorprendido, tardó unos segundos en reaccionar. Las lágrimas empezaron a resbalar por sus mejillas mientras cerraba los brazos en torno a ese muchacho. Su hijo.

Por un momento, dejaron de ser quienes eran. Por un momento, Naruto volvía a ser solo un niño asustado, abrazado a su padre. Por un momento, Minato era un padre cualquiera, consolando y buscando consuelo en su hijo.

Se separaron a trompicones. Ambos sonreían, con los ojos aún rojos.

-Naruto, voy a volver a mi ciudad, donde vivo ahora. Quieres... ¿quieres venir conmigo?

Naruto carraspeó, algo incómodo.

-No. Ya tengo 18 años. Puedo vivir solo. Además, tengo el bar de mamá. Y... -miró de reojo a un banco cercano, y sonrió levemente. -Tengo otras razones para quedarme.

Minato sonrió.

-Ya veo. Entonces déjame desearte suerte, Naruto. Yo... yo también te quiero, hijo.

Le costó poner esas palabras seguidas, y Naruto lo sabía. Por eso no pudo evitar cogerle de la cazadora, intentando retenerle unos segundos más.

-Podré... ¿llamarte alguna vez? Para... hablar.

Minato pareció sorprendido, pero asintió.

-Claro, Naruto. Puedes llamarme cuando quieras.

Dieron media vuelta, echando a andar cada uno en una dirección distinta. Minato montó en su coche, se despidió del muchacho rubio con la mano y arrancó, perdiéndose en la lejanía. Naruto echó a andar hacia el banco, donde había una figura sentada, con las manos entrelazadas.

-Hola -musitó el rubio, sentándose junto a él. El otro inclinó levemente la cabeza a modo de saludo. -Tan hablador como siempre.

Se quedaron en silencio, con la vista fija en un punto cualquiera del cielo.

-Están desmontando la organización de Hidan -dijo rápidamente, como si temiera no poder decirlo. -Kakashi me dijo que no presentarían cargos contra mí. Soy... libre.

Naruto le miró de reojo, intentando no incomodarlo.

-Entonces, ¿qué se te pasa por la cabeza? -preguntó despreocupadamente.

El moreno suspiró.

-Que ya no tengo nada de la vida que conocía.

Naruto se mordió la cremallera de la chaqueta.

-Yo tampoco -susurró. -Dejamos mucho atrás... Pero eso sólo significa que es hora de comenzar una nueva vida.

El moreno lo miró de reojo.

-¿Por qué no te has ido con tu padre?

El rubio se giró hacia él, mirándolo directamente por primera vez en tres meses. Vio en la profundidad de sus ojos negros lo mismo que latía en los suyos. Le sonrió, burlón.

-¿Tú que crees?

El moreno consiguió sonreír.

Habían perdido muchas cosas. Pero también habían encontrado una que latía con tanta fuerza que les hacía creer que nada más importaba.

Y es que, quizá, nada más importara.

-Déjame adivinarlo.

Enredó sus dedos en torno a su cabello rubio. Esta vez, no tuvo que hacer fuerza alguna. Se inclinaron y sus labios se juntaron, sellando una vez más algo que sus corazones ya habían sentenciado hacía mucho tiempo.

Sentencia(dos).Where stories live. Discover now