Capítulo seis.

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La cena transcurría casi en pleno silencio, haciendo que la velada fuera todavía más incómoda que el trayecto en coche.

Louis me dirigía miradas de vez en cuando. Yo no apartaba la vista de mi plato. Apenas había probado bocado, mi estómago estaba demasiado revuelto como para administrarle comida. Me conocerás a fondo… Si con esas palabras se refiere a lo que estoy pensando, en serio es un completo cabrón. ¿De verdad sería capaz de acostarse conmigo aún teniendo novia? Pero… ¿Y yo? ¿Sería capaz de acostarme con un chico aún sabiendo que tiene pareja?

–¿Te encuentras bien?

Alcé la mirada y mis ojos se toparon con los suyos por primera vez en todo el tiempo que llevábamos aquí.

–No, he debido marearme en el coche… –mentí. Pero no iba a decirle que estaba nerviosa por lo que me había dicho momentos antes–. Voy al lavabo.

–¿Te acompaño?

–No hace falta –me levanté de la silla y caminé hacia el baño.

Abrí el grifo y mojé mis manos para, acto seguido, humedecer mi cara.

Aunque le cuente esto a alguien, no se lo cree ni de coña. Pensé.

Cargué mi peso en el lavabo y cerré fuertemente los ojos. ¿Esto es un sueño o una pesadilla?

 Me sobresalté al escuchar unos suaves golpecitos en la puerta del baño.

–¿Diane? –reconocí esa voz que provenía del otro lado de la puerta.

–¿Sí?

–¿Puedo pasar? –y ahora es cuándo viene la parte en la que le abro la puerta, me empotra contra la pared y lo hacemos aquí mismo, ¿no?

–No, salgo enseguida.

–¿Necesitas algo? –Asimilar el que mi ídolo me quiera follar. Sólo eso.

–No, Louis. Gracias.

Repetí la acción de mojar levemente mi cara, respiré hondo y salí. Volví a la mesa. Louis me miró preocupado.

–¿Mejor? –preguntó.

–Un poco.

–¿Quieres que nos vayamos?

–Por favor…

Asintió regalándome una tierna sonrisa e hizo un gesto con la mano para llamar al camarero y pedir la cuenta.

                                                ***

El coche se detuvo frente a mi casa. Era el turno de la despedida.

Giré mi cabeza para verle directamente y sin dejarme tiempo para oponerme, sus labios tenían cautivos a los míos.

Al principio no reaccionaba, pero pronto empecé a seguirle el beso.

Se acercó a mí todo lo que el cinturón de seguridad le permitía. Se repitió la escena de mi salón, en la que su mano viajaba por mi muslo. Solo que ahora podía sentir mejor el contacto de su mano con mi piel ya que llevaba un vestido.

Pasé mis manos por su nuca, agarrando su pelo suavemente y atrayéndolo más hacia mí, dándole más profundidad al beso.

Su lengua acarició la mía tímidamente, como si estuviera pidiendo permiso. Mientras tanto, su manos seguía subiendo por mi pierna, hasta reencontrarse con mi feminidad. Palpó la zona por encima de la fina tela de mis bragas. Gemí. Su lengua comenzó a moverse por toda mi cavidad bucal, ansiosa de más. Era tan excitante… Me atrevería a decir que su propia lengua estaba haciéndole el amor a la mía.

Se separo un poco, agitado.

Su nariz rozó la mía y nuestras respiraciones se mezclaron mientras intentábamos recuperar el aliento.

Te quiero en mi cama. —Dijo contra mis labios. Y algo en su tono de voz me hizo pensar que aquello era una orden y no un deseo susurrado.

Aquella confesión tan sincera me hizo estremecer.

¿De verdad estoy dispuesta a saciar sus necesidades sexuales?

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Esto se pone interesante...

Gracias de nuevo por vuestros comentarios, me alegra saber que os gusta la historia <3

Secrets. {Louis Tomlinson Fan Ficción}Where stories live. Discover now