Capitulo 1

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Narra Yesica

Hola, mi nombre es Yesica, tengo 18 años de edad, soy rubia, pero mi cabello es castaño, soy de una estatura mediana, mi cabello es largo, tengo un temperamento un tanto difícil, y es mejor que piensen lo que quieran, ya que todos dicen conocerte solo con mirarte. A los 16 años me escapé de casa, ya que para mis padres solo era una carga, ellos nunca se interesaron en mí, el único pariente que vive cerca es mi tío Tom y es guardia de la cárcel de menores, la cual es como mi segundo hogar, ya que paso más tiempo ahí, que fuera, cuando peleo en las calles, dejo que la policía me atrape para que me sentencien a pasar 15 días en la reformatorio de menores, ya que es la única forma en la que puedo dormir allá, en el reformatorio tienen un gimnasio la cual utilizo y otros lugares a los que solo mi tío y yo tenemos acceso. Terminé mis estudios antes de escaparme.

Actualmente, estoy siendo escoltada a la cárcel, el policía que me escolta es amigo mío y sabe por qué dejo que me lleven y siempre es el que me escolta.

Yes, te estás superando - sé que se refiere a la pelea de hoy, ya que me había tocado pelear con un gigante que media tres veces mi estatura y musculatura.

Sabes lo que siempre digo

Mientras más grandes, más rápido caen. - respondió el por mí. Y nos echamos a reír. A los pocos minutos llegamos y se despidió de mí con la mano.

Tom estaba esperándome en la puerta y me recibió con un abrazo.

Hola tío - lo salude así, sabiendo que no le gustaba.

Hola sobrina - me devolvió diciendo, sabiendo que no me gusta. Ya que nos recordaba que de alguna forma éramos parientes de mis padres, él tampoco los soportaba. - ¿Cómo te fue en la pelea de hoy?

Fue fácil era demasiado corpulento y eso lo hacía ser muy lento, podía anticipar sus movimientos. – me daba risa porque todos los hombres eran iguales quieren aumentar su capacidad de golpear, pero disminuyen la velocidad.

Buscarás la comida – me preguntó sabiendo cual sería mi respuesta.

Sabes dónde estaré - Y sin más me dirigí al gimnasio, cuando llego comienzo a calentar y después empiezo mis ejercicios. Después de un rato Tom llega con la cena, le miro y me detengo. Comencé a comer pero él se me quedaba mirando y supe que quería decirme algo. Lo miré atentamente esperando lo que tenía que decirme.

Yes, en el reformatorio se estará realizando una competencia de boxeo, la cual participaran 10 personas de cada cárcel, te presento esta encuesta por los premios – Le preste atención – a los que ganen los premios serán la libertad de ellos y a los dos mejores unas motocicletas.

Participaré – le dije ya que todo este tiempo siempre he querido una moto.

Eso lo sabía, te quería proponer que seas tú la que los entrene - lo miré y supe que no había de otra ya que no dejaría que un tonto me diga que hacer.

Está bien

Mañana se elegirán a los otros 9, el entrenamiento será a las 10 en el gimnasio - lo mire sabiendo que me quería decir con eso.

No, no, no, no entrenare al mismo tiempo que esos idiotas.

Eso lo sé, por eso entrenaras por las noches, solo que debes saber que alguien más usa el gimnasio de noche.

Está bien, si no me queda de otra. Si ya no hay más me voy a duchar. – Me despedí de él y me dirigí a mi habitación

Me ducho y me coloco mi pijama de dormir que consiste en un simple pantalón corto y una blusa de tiritos, cuando voy a buscar mi bolso para sacar mis cosas, recuerdo que lo dejé en el gimnasio, salgo a buscarlo.

Cuando estoy cerca del gimnasio empiezo a escuchar unos golpes y de pronto caigo en la cuenta que se trata de la persona que Tom dijo que entrena por las noches. Me asomo por la puerta y observo a un chico que está golpeando uno de los sacos de la esquina, me concentro en sus movimientos y puedo notar que sabe dar con precisión solo que le falta un poco de mente y cálculo. Cosa que los hombres ignoran al momento de crear una estrategia, entonces me fijo en los guantes que lleva puestos y veo que son los guantes que mi abuelo me dio, no los uso porque me quedan grandes, pero siempre los llevo a cada pelea como de la suerte.

La ira recorrió mi cuerpo. Abrí la puerta de golpe y me acerqué a paso rápido, me coloque detrás de él y toque su espalda, como no volteó, lo llame o más bien grité. – Estúpido, devuélveme los guantes.

Pov's Royers

Mi nombre es Royers, soy de una estatura alta, un poco bronceado, como practico boxeo mis músculos están bien definidos, tengo 19 años y estoy aquí porque casi mato a mi padre por encontrarlo violando a mi hermana menor, y a mi hermana tirada en el suelo inconsciente. La policía me culpó porque casi lo mato, y me sentenciaron a cumplir siete años la cual llevo tres ya cumplidos, pero pienso entrar en la competencia para salir de aquí. Cuando voy al gimnasio esta todo normal excepto porque encuentro un bolso de boxeo en el piso, me acerco y veo adentro, encontrándome cosas de boxeo y dos guantes, unos de hombres y otros más pequeños, agarre los grandes y me los puse se sentían cómodos y suaves, comencé a golpear el saco de boxeo, pensaba quedármelos, cuando siento que me topan por detrás pero como fue leve rose pensé que lo había imaginado, hasta que gritan detrás de mi haciendo que me voltee.

Esos guantes no te pertenecen - Mire los guantes y la mire era una chica rubia, la cual estaba en forma y se podía decir que practicaba algún deporte, de seguro era nueva porque no la hubiese visto antes o era de las que se escondían porque le tienen miedo a lo que le podían hacer en la cárcel.

Quien eres - le pregunté, ya que nadie me hablaba así.

No te interesa, solo devuélveme los guantes -Me respondió poniendo los brazos en su cintura.

Si no lo has notado son de hombres – le recriminé.

Y si tú no lo notaste del bolso de donde los sacaste es de mujer - dirigí mi mirada hacia donde está el bolso y pude ver que si parecía de mujer.

No puedes demostrar que son tuyos – le dije, ya que todavía no creía que ella practicaba boxeo.

Mira pedazo de escoria, si no quieres problemas más te vale que me lo devuelvas – me amenazó y yo estaba asombrado, ya que nadie se atrevía a enfrentarse a mí.

Iba a responderle pero en ese momento la puerta del gimnasio se abrió dejando ver a Tom el guardia, recorrió todo el gimnasio y cuando centró su mirada en nosotros, miro a la chica y después a mí.

Yes, que haces aquí - le habló a la chica y supe que ese era su nombre.

Este idiota tiene los guantes del abuelo - dijo insultándome como si no estuviera aquí.

Que yo sepa tengo nombre y es Royers - le dije para molestarla. Tom miro mis manos y se sorprendió ya que a mí no me gusta usar guantes.

Royers devuélveselos - me quite los guantes y se los dí.

Por eso no te conocía te escondes detrás del guardia para que te cuide - ella me miro con odio, me volteé y salí de ahí, hacia mi habitación me duche y me acosté pensando en ella, no sé por qué pero sabía que con ella venia una caja de sorpresas.

Pov's Yesica

Cuando el salió mire a Tom con rabia

Por idiotas como él es que no salgo.

Yes, solo tienes que comprenderlo y después veras lo bueno que puede llegar a ser. Te quiero pedir un favor – Lo mire extrañada porque él nunca me pedía nada, así que supe que sería algo serio. - Necesito que le prestes los guantes de tu abuelo a Royers.

No, no, no, ni en sueños.

Viste que él lo tenía puesto, a él no le gusta usar guantes ya que le incomodan, pero con los tuyos se veía que podía usarlos sin problemas.

Está bien – le respondí porque yo sabía que buscar los guantes correctos no eran nada fácil.

Gracias – me despedí de él y me dirigí a mi habitación, organicé mis cosas y me acosté, sabiendo que mañana sería un día largo.

Dices ConocermeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora