+nueve.

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dedicado a: Blue-Dawns (͡° ͜ʖ ͡°)

Era alrededor de las dos de la mañana, el silencio de la noche reinaba en la habitación de Bill. Quien miraba un punto fijo en el techo.

Le habían contado lo que le sucedió a su hermano. Que el mismo desquiciado enfermo que mató a su amiga, había hecho lo mismo con su hermano.

¿Acaso el castaño quería verle sufrir? Dos personas importantes ya habían desaparecido de su vida ¿Es algun tipo de lenta tortura?

—No soportaré más. —se levantó de su cama, sacó una maleta de su armario y lo comenzó a llenar de ropa.

Sí, pensaba irse de ese lugar. Pero... eso no implicaría que lograra saldar cuentas con Pines.

Cuando su maleta tenía suficiente ropa, bajó lentamente las escaleras, sin apartar la vista del castaño, que dormía pacíficamente en el sofá.

La ira corría por sus venas, quería matarlo por haberle quitado a su hermano, quería torturarlo de la peor manera posible.

Pero no quería caer tan bajo como él.

Caminó lentamente donde el teléfono de la sala, marcando el número de la policia.

Por lo menos quería que ese infeliz se pudriera en la cárcel.

—911 ¿Cuál es su emergencia? —sonó la voz de la mujer al otro lado del teléfono.

—Hola, mi nombre es Bill Cipher, y sé quien es el responsable de los asesinatos. Esta... dormido en el sofá de mi casa. —murmuró lo más inaudible para el castaño, pero qye la señorita pudiera escuchar.

—Agradecemos la información que nos brinda en este momento ¿Me podría dar su ubicación?

—Por supuesto. —habló, dándole la dirección de su casa a la señorita.

—La policia está en camino, llegarán en menos de 10 minut-. —la voz de la mujer fue interrumpida.

Se había cortado la llamada.

Bill se giró sobre sus talones, su alma se le fue a los pies, viendo a cierto castaño sentado en el sofá, mirándolo.

Fijamente.

—Wow... —articuló con una sonrisa. —Finalmente haces algo inteligente, Cipher. —su risa siniestra resonó por la habitación.

—Vete al infierno, Pines. —salió sin pensar de sus labios, eso hizo que Dipper cortara su risa.

Bill tragó en seco, la mirada seria del menor no era nada agradable, sentía como si Dipper pudiera explorar a fondo de su ser, saber más cosas de lo que él cree conocer, y aquella sensación no le agradaba. Era muy incómodo.

—Si, bueno, mi lugar ya esta reservado en ese lugar, gracias. —se levantó del sofá. —Sabes... tu y yo hicimos un trato. No cumpliste con tu parte. —tomó en mano el cuchillo.

—¡Tú tampoco, imbécil! ¡Juraste no lastimar a mi hermano! ¿¡Y acaso lo cumpliste?! ¡No! ¿¡Entonces porque debo seguir cuidándote el trasero?! ¡Ya estás demasiado grande para cuidarte a tí mismo! ¡Que tu familia ya no te quiera no es mi asunto! ¡Que la hayas matado tampoco! ¡Así que deja de estar jodiendo la vida! —soltó furioso el rubio.

Dipper no borraba aquella sonrisa de su rostro, pero sabe que dentro de él, lo que Bill le había dicho, le dolió.

—Deberías a no creer en las personas, rubio. —Bill viró los ojos. —No todo es lo que uno pretende ser.

—Si, me he dado cuenta, tu pretendías ser una gran persona, pero ¡Bam! El maldito lunático sale. —Bill ríe. —Sabes, si fuera tú, yo saldría corriendo, te atraparon niño.

Dipper jugó con el cuchillo algunos segundos, antes de enterrarlo con fuerza en el estómago del rubio.

El dolor llegó tan rápidamente como si hubiera golpeado su cuerpo contra algo, ocasionandole un dolor agudo.

—No, no, no ¿Quién necesita correr? La noche es joven... Cipher...

unstable. ❝dipbill❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora