capítulo ocho

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Había pasado puede que cerca de una hora, el agua se había despejado bastante por el primer piso y ahora solo estaba todo mojado. La gente se había ido por lados diferentes, en el fondo sabía que no todos pasarían de esta noche.

Escuché una sirena. Era la policía. De hecho, un montón de policías.

– ¿Disculpe?.– dijo uno de los agentes al bajarse del coche.

– Buenas noches.

– ¿Qué estás haciendo aquí?

– Estoy esperando a alguien.

– Me han llamado porque dicen que se han escapado unos prisioner-

– ¿Pacientes?

Él me miró por un segundo pero luego sonrió.– Los pacientes se han escapado. ¿Sabes algo de esto? ¿No lo has visto?

Sacudí mi cabeza.– Bueno, no. Acabo de llegar y se supone que tengo que visitar a alguien pero no hay nadie que me responda. No hay ningún paciente por aquí, como puede comprobar. Puede que usted deba intentar abrir la puerta...

Le señalé con la cabeza la puerta trasera, por donde, si todo había funcionado como Yoongi dijo, tendría que estar toda esa sala hasta el techo de agua.

Él me miró algo inseguro y luego al resto de oficiales. Llamó a dicha puerta un par de veces pero nadie contestó. Llamaron por 'refuerzos' antes de empezar a rodear el manicomio para investigarlo por fuera.

No verán nada extraño a parte de ventanas rotas y las malas instalaciones de costumbre.

– Las ventanas están a punto de romperse.– dijo uno antes de tocar el cristal. Luego le dio un suave golpe con el mango de la pistola y el agua empezó a salir a chorros.– ¿Agua?

Algunos policías se apartaron del agua para no ser mojados, pero yo permanecí allí quieta. Realmente ya no me importaba mojarme aún más. Además, le prometí a Yoongi que esperaría aquí.

– Tu vienes con nosotros.– dijo uno de los guardias, pero yo le ignoré. Me acerqué a la ventana rota y entré en la sala a la que daba. A causa de que más de la mitad del agua ya había salido, el agua me llegaba por las rodillas. No me di cuenta de que algunos policías me estaban siguiendo, pues iban sobre mis pasos y en silencio, como si yo fuera la líder del grupo.

No había nadie allí. No pude encontrar a nadie. Los guardias empezaron a romper las puertas de los pisos y habitaciones, pero nadie. ¿Por qué no salió Yoongi con los demás, entonces?

– Hemos obstruido el drenaje. El nivel del agua bajará en pocas horas.– dijo un oficial mientras salía de una de las salas.

– Están muertos.– dijo otro desde el piso de arriba.– Todos lo guardas y médicos.

– Probablemente fuera el plan de un paciente.

– ¿Hay algún superviviente?– pregunté con la voz quebrada.

– Solo los pacientes.

– Pero no habéis encontrado los cuerpos, aún podría estar vivo.– entré en pánico.

– Aquí solo hay cadáveres de médicos y guardas, los pacientes probablemente hayan planeado matarlos y huir.

– ¡Él tiene que estar aquí!.– dije mientras las lágrimas se acumulaban en mis ojos.

– No se preocupe, encontraremos a los pacientes.

Salí corriendo hasta el sitio donde Yoongi y yo siempre nos encontrábamos. Él me lo prometió. No se pudo haber suicidado. Me dijo que estaríamos juntos.

Cuando llegué a la sala lo encontré en el suelo, estaba muy muy débil. Yo lloré y grité para llamar la atención de los policías. Realmente no necesitaba su atención. Necesitaba a Yoongi.

– ¡Llevadlo al hospital!.– grité.

Él parecía muy cansado. Todo iba tan bien, ¿por qué tenía que acabar así?

Y lo que más dolía era que intentó cumplir su promesa, no se quiso suicidar. Realmente quería escapar conmigo.

Asylum ☹ yoongiWhere stories live. Discover now