Capítulo 11: Tan fría como Rike

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Estaba jodida, tan malditamente jodida.

Mordí mi propio hombro para sofocar un grito de frustración al fallar en algo tan simple como desenredar mi cabello. Mis dedos difícilmente respondían, mi mano era casi inutilizable. Quitar la venda solo para comprobar que no había sido una horrible pesadilla había sido demasiado doloroso, bañarme una agonía, y mejor ni hablar del hecho de desvestirme y volverme a vestir. Aún tenía algo de maldita dignidad como para no pedir ayuda, eso y que el brujo había estado profundamente dormido como para despertarlo. Había sido evidente que la preocupación le había quitado el sueño la mayor parte de la noche, considerando como estar en Rike afectaba su magia era mejor no privarlo de dormir.

Me rendí sin poder tolerarlo más y cubrí mi brazo con una toalla antes de salir. Respiré profundamente al aceptar la verdad. Tenía que vendarlo. Si pretendía asistir a todas las reuniones que tenía pendiente e intentar ponerle un poco de orden al maldito caos que era la situación actual, tenía que vendarme. Salí del baño sabiendo que en realidad no tenía opción. ¿Entre mi pueblo y mi propia persona, qué era lo que más importaba? Mi pecho agonizaba por la decisión, jamás perdonaría lo que se me había sido arrebatado. El prins anterior había renunciado a su corazón por Rike, yo tendría que hacerlo a todo lo que significaba ser un cambiaformas.

Me detuve junto a Robin y lo sacudí para despertarlo. ¿Qué demonios tenía este brujo con dormir con sus manos debajo de la almohada? Murmuró una cosa incomprensible en italiano, el maldito vago seguro pidiendo cinco minutos más, antes de girarse y darme la espalda. ¿No entendía la frágil posición en la que me encontraba? ¡Un segundo más, y no podría hacerlo! Renunciar a algo así... Maldito destino por ser tan cruel. Ni siquiera Loki sería capaz de reírse en esta situación, porque verme obligada a algo así era peor que cualquier otro destino imaginable.

—¡Despierta de una vez, maldito brujo! —grité y él apenas se removió—. Robin... Necesito tu ayuda.

Admitirlo fue ridículamente difícil, pero él se sentó de inmediato al escucharme. Bien, quizás sí existieran las palabras mágicas. Me miró enseguida, la agitación y preocupación evidentes en su mirada. Si la situación no hubiera sido tan grave, hubiera sonreído con diversión sin poder evitarlo al ver tan desesperada reacción por un tonto par de palabras. Miré mi mano envuelta en una toalla, intentando encontrar el modo correcto de decirlo. ¿Cómo comenzar? Robin se puso de pie en un instante, un caos de cabello despeinado y ropa arrugada.

—¿Qué sucede? —preguntó y no lo miré.

—Tienes que jurarme que nadie sabrá de esto, ni nunca mencionarás el tema —murmuré seriamente—. Júrame por tu sangre que no hablaremos de esto. Por Loki, por el tiempo, por quien demonios quieras pero hazlo.

—Por James —dijo él y me congelé al escuchar ese nombre—. Si en serio es tan importante como para tenerte así, como para pedirme esto a pesar que hace días me dijiste de jamás jurar en Rike, entonces juraré por mi hermano. ¿Lo vale?

—Tillit.

—Sverger —respondió Robin y solo entonces lo miré, él me sostuvo la mirada con toda la intensidad de la que fue capaz.

—Necesito que alguien me vende —susurré extendiendo mi mano.

—Eso es simple —dijo él cogiéndola.

—Robin —llamé y el brujo se detuvo al sentir la desesperación en mi voz—. El cambio no sucede allí. Eso es lo tan grave.

Por un momento que pareció eterno él no hizo nada. Simplemente se quedó ahí, inmóvil. Tanta alegre curiosidad por mi verdadera apariencia, tanto tiempo deseando saber, tantos intentos por quitarme información, y todo para que ahora que lo tenía a su alcance luciera como si no quisiera saber nada. No noté que estaba llorando, hasta que él limpió las lágrimas de mis ojos y me sostuvo cerca. No lo entendería, jamás lo haría. Esto iba más allá de simplemente privarme de algo que debería ser natural para mí. Esto era despojarme de lo más íntimo y privado que me pertenecía, y dejarme vulnerable frente al mundo.

R es de Reina-Como-Debes (#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora