Se fueron, probablemente, cerca de la media hora después. Aún si no puedo asegurarlo con certeza. Pero luego de eso, Harry solo se quedó en su cuarto, recostado en la cama con sus ojos puestos sobre el techo y el ceño fruncido, estaba más molesto que de costumbre. — ¿Vas a estar así todo lo que queda del día?
Solo me observo mínimamente desde donde estaba con sumo fastidio. — ¿Te importa acaso?
Ahí estaba, Harry de vuelta. Mi Harry. —Que rápido se te acabó el amor.
—Sabes que soy así, solo, tolérame. De todas formas será por poco tiempo, tienes que irte. —puso su brazo sobre sus ojos, evitando que ellos me miraran, posiblemente porque lo haría flaquear. —Irte a casa.
—Creo que no tengo que repetirte lo que opino respecto a eso, está demás.
—De todas formas te irás de mi lado. No creo que Jay quiera verme contigo. —me reí, quizá solo para aligerar el ambiente.
—En tres días terminan las vacaciones, hay que ir a la escuela, Harry. ¿Crees que no voy a estar encima de ti todo el tiempo?
—Sí, supongo que tienes razón. Tendré que presentarme allí más seguido entonces.
Hice una mueca de extrañeza. — ¿Tú? ¿Y eso por qué?
—Si ir a ese infierno quiere decir que voy a poder verte, me da igual tener que soportarlo. —me acerqué hacia su lado en la cama, y esperé deseoso a que quitara el brazo de sus ojos, lo hizo, para mirarme de forma molesta. —Deja de poner esa expresión en tu cara, estas burlándote de mí.
—Me gusta cuando eres lindo. —probablemente solté una risa pequeña después de eso. Cuando terminé, vi que estaba observándome detenidamente, al parecer, inconsciente de forma mínima ante el hecho de que estaba dándome cuenta. — ¿Ahora qué te pasa?
—Te extrañe.
— ¿Realmente lo hiciste? —me burlé.
— ¡Deja de joderme, Louis! —hizo un movimiento con su mano, probablemente furioso, pero sus mejillas se habían tornado rojas y luego, sonrió. Es un completo idiota. — ¿Dónde está el mocoso?
—Tomás se fue a dormir. Él estaba cansado.
—Puedo entenderlo, es difícil tener que cuidar de ti todo el tiempo.
—Él no tiene que cuidar de mí. —presione uno de mis dedos sobre su brazo, apretándolo levemente.
—Siempre te metes en problemas. Pero al mismo tiempo, también siempre encuentras a alguien que te cuide incluso de ti mismo, creo que hasta el mocoso es más cuidadoso que tú, increíble. —soltó un par de carcajadas, y estuve a punto de decir algo al respecto pero me quede callado.
Después de todo, ambos siempre nos metíamos en problemas, no solo yo. Pero no quería arruinar la atmosfera que habíamos creado. —Y, cuando volvamos a la escuela, ¿Volverá a ser todo como antes?
Hubo un silencio, algo extenso, él sabía exactamente a lo que me refería. Mientras que el rostro de Harry fue volviéndose cada vez más serio antes de darse la media vuelta hacía donde yo estaba, quedamos relativamente cerca, más que antes. —No.
— ¿Por qué no?
— ¿Estás jugando conmigo, Louis? Esto no es divertido. Yo no voy a permitir que te sigas revolcando con chicos en la escuela, joder. No me hagas explicarte porque.
—Bueno, entonces, ¿Por qué?
—Imbécil.
—Ya, dime. —insistí.
