Capitulo 24: Negro

8.5K 1.2K 761
                                    

Esa fue la última vez que hable con Harry ese día, aun estando en la escuela. Recuerdo que salí buscándolo con la mirada y vi su espalda, caminando por el asfalto lejos de mi vista, como si no quisiera ser alcanzado. Observé como se iba, quise hacer algo, pero me detuvo el sentimiento de que no era un momento adecuado. Y entonces, una voz llama mi atención desde atrás. —Mala idea ir a por él, no puedo creer que siquiera lo pensaras.

A pesar de que aquella voz no era algo con lo que familiarizara, pude notar de quien era, luego de girarme a mirarlo. Zed, el chico de esa mañana estaba parado ahí, mirándome mientras una sonrisa socarrona se asomaba en sus labios. — ¿Qué haces aquí?

—Harry me llamó, antes de emprender el viaje hacia los brazos de Cassidy. Tuve que venir a dejarle algo de lo que tengo, creo que ya consumió lo que le di esta mañana. —mi mente dio un vuelco cuando escuché el nombre Cassidy, porque de alguna manera, me resultaba familiar, pero no sabía quién era. Así que fruncí el ceño, con una especie de confusión recelosa mesclada.

—No sé quién es Cassidy.

— ¿No? Bueno, tampoco me sorprende. Es el ex de Harry, dos años juntos, amor y estupidez, él se va cuando quiere, vuelve de la misma forma, se revuelca en el dinero de sus padres, así que hace lo que quiere. Lo mismo con Harry, llega, follan, se vuelven locos juntos, entonces él se va de nuevo. Es una locura. —se ríe, pero deja de hacerlo cuando ve mi cara, marcada con una sensación que ni yo mismo podía explicar.

No sabía cómo sentirme al respecto.

—Oh, yo- supongo que tengo que irme. —me abrace a mí mismo con la intención de darme media vuelta, ¿Entonces lo que había escrito en la pared de Harry era de este otro chico? ¿Las cartas en su mesa? ¿Todo eso tenía algo que ver con lo que ellos eran? No quería decir lo que son, porque me negaba de cierta manera a aceptarlo. Eran el tipo de relación enfermiza que no puede dejarse, aun cuando ya no tienen una relación formal.

Caminé y Zed me siguió, quizá porque pensó que debía hacerlo después de haberme soltado aquello, pero no lo considere necesario. Fue detrás de mí con su sonrisa tímida esperando remediar lo que él comenzó, entre disculpas, titulándolo como algo que no debía decir.

Pero yo no lo veo de esa forma. Prefería recibir esta noticia ahora, que esperar a que con el tiempo se tratase de algo más duro que afrontar. —Hey, Hey, ¿Estas llorando?

Lo miré, dubitativo, como queriéndolo tachar de loco, hasta que yo mismo me lleve mi mano hacia mis ojos y sentí que si lo estaba haciéndolo. De nuevo, como un estúpido, sequé lo que pude. Negué un par de veces, yo ni siquiera sabía porque lo estaba haciendo.

Quizá era la sensación de que viví en algo que no era real en todo este tiempo. Si alguien vuelve a una persona tantas veces, quiere decir que lo ama, él mismo me lo dijo una vez, jamás volvía a la misma persona, nunca. ¿Entonces porque dejaba que este tipo, Cassidy, vuelva cuando quiere, y lo acepta aun así? — ¿Él lo ama?

— ¿Quién? ¿Harry a Cass? —asiento, lentamente. Y él me mira con algo de melancolía. —Yo no lo sé, pero lo supongo de alguna forma. Ambos se han hecho mucho daño, pero siguen volviendo a verse, siguen volviendo a recordar viejos tiempos como si no les importara nada. Harry ya no habla sobre él, solo cuando viene, tiene esa sonrisa estúpida en su cara.

Cerré los ojos.

Pensé en la sonrisa estúpida de Harry, esa que ponía cuando me veía a veces, y no pude imaginármela siendo creada por otra persona. Me sentí egocéntrico. —Mierda, no llores.

Ese comentario fue para mí mismo, lagrimas seguían cayendo por mi rostro sin poder detenerlas, pensé que quizá se trataba de todo lo que llevaba acumulado intentando salir de esta forma. Me negaba a pensar que se trataba de Harry, la forma en la que mi cuerpo temblaba e hipaba de forma incontrolable. Hasta que, cuando dejé de hacerlo, siento una pequeña presión de parte de Zed en mi brazo. —No pensé que esto iba a importarte tanto, no debí decírtelo, no quise-

—Está bien, tú cara dice que te importa una mierda si lo hiciste o no. Y da igual, no hagas esto por compromiso. —se sorprendió por mi actitud, y luego de eso, relamió sus labios echándome otro vistazo. Hizo una mueca mientras se encogía de hombros. — ¿Vas a seguir conmigo todo el camino?

—Es lo que pensaba. ¿Prefieres estar solo?

—La verdad es que no. Tengo que ir a buscar a mi hermano cuando comience la hora de visita en el hospital y queda mucho para eso, pensé que podía pasar- bueno, nada. —por primera vez me sentí incomodo ante su mirada, Harry tenía razón, me molestaba el solo hecho de pesar en eso. Pero, de pronto, una idea en la mente de ambos se hizo presente. Sus ojos miraron mis labios por una milésima de segundo, antes de apartarse.

¿Por qué yo no podía tener a alguien más, cuando él seguramente estaba revolcándose con el amor de su vida? Solté un ruido de inconformidad, mientras Zed revisaba sus bolsillos sacando de él pastillas blancas, de apariencia normal. Sonrió ladinamente, balanceando sobre mis ojos el sobre transparente. —Guardaba estas cuantas para mí, estas un poco deprimido, ¿No quieres una? O dos, no sé. Depende de que tan jodido estés.

La voz de Harry retumbo de repente en mi cabeza, con reproche, diciéndome que no debía hacerlo, porque no necesitaba de esta mierda en mi vida. Pero por un segundo, yo me creí capaz de controlarlo, y tomar mis propias decisiones sin sentirme manejado por el resto. Mi mano fue hacia donde él se encontraba, con una cara neutra, como pidiéndole sin necesidad de utilizar las palabras.

Me dio dos porque probablemente sabía que en realidad eso era lo que necesitaba. Y él sacó dos para él o pudieron ser más, no lo sé. Caminamos mucho tiempo, uno al lado del otro, ni siquiera era consciente de que droga iba a estar a punto de consumir, pero lo hice, justo cuando estuve enfrente de mi casa tomé las dos pastillas, haciendo que conjunto a mí, Zed lo hiciera también. No hubo efectos en absoluto, al menos no durante la primera media hora, así que me senté fuera de mi casa, con la mano del chico subiendo y bajando por mi pierna.

De repente se sintió bien. Dejé que lo hiciera, no me importó, tampoco lo hizo el hecho de que sus labios fueran hacia los míos con una necesidad impaciente, le seguí el juego de manera absoluta. Nos besamos un largo rato, yo aún no quería entrar a mi casa, no sabía la razón, pero estar dentro de mi hogar no se sentía en absoluto como esa palabra.— ¿Eso no es de Harry?

Me preguntó, tan pronto como nuestros labios dejaron de tocarse, tirando de mi suéter gris, como si fuese cualquier cosa. Sonreí, inconsciente. No sabía si hablaba de la prenda o de mí, porque de todas formas, ambas cosas le pertenecían.

Me incliné dejando mi frente en su cuello, soltando una risa estúpida. —No tengo idea.

— ¿Él no te ha follado aun, o si? —por la forma en la que hablaba, se notaba que su manejo con la droga era mucho más que el mío, un primerizo cualquiera que apenas podía arrastrar las palabras. Negué con la cabeza, más de un par de veces. —Me gustaría saber cómo se sentirá cuando sepa que yo lo hice primero que él.

Quise hacer como que no entendía lo que me quiso decir, pero se levantó, tomo mi mano, y me llevó lejos de casa. Yo parecía un pequeño muñeco ante su mano empujándome lejos de ahí, mientras mis ojos miraban hacia mis espaldas, como cuando quise ir en busca de Harry, pero algo me impidió hacerlo, ahora mismo, lo único que quiera era estar lejos de allí.

Quería sentirme amado, feliz, deseado. Me abrumé a mí mismo en el mismo instante en el estuve entrando a un lugar desconocido, siendo besado y tocado por alguien que apenas conocía.

Justo cuando él me dijo: —Mierda, eres jodidamente lindo.

Yo esperaba que el antiguo Louis hubiese vuelto y esperaba que esta vez fuese para quedarse.

drama king  _ larry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora