Capitulo 1: El inicio de un desastre

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Aviso: toda la historia será narrada por Louis.

Track: Homewrecker – Marina & the diamonds

                  

Nací, como pocos, dentro de una familia con bastante dinero. Lo que podía significar dos cosas en concreto; que podría obtener todo lo que quisiera, que efectivamente, este era el caso. Y también, que existiría un gran sentimiento de desapego pensando que lo material lograría reivindicar lo que realmente necesitaba de parte de mis padres. Y eso, también es cierto.

Mi familia era pequeña, o al menos, yo consideraba que lo era. Dentro de nuestro circulo había una gran cantidad de cosas que debíamos ocultar y que costó bastante poder mantener en la sombra cuando yo no parecía querer poner de mi parte.

Cuando le comenté a ellos de casualidad un día en el que por fin podíamos estar a solas que yo era gay, supongo que todo el mundo de ellos se vino abajo. Bueno, el de mamá más que el de papá, puesto que ella era la que constantemente estaba preocupada de que nos mantuviéramos en la cima de esta sociedad clasista, esa que te dividía según lo que creían correcto y lo que no.

Mucho tiempo estuve enfrentándome a problemas conmigo mismo, porque mamá era muy, demasiado, dura cuando se trataba de mí. Siempre lo fue, pero supongo que lastimó su ego que su hijo decidiera usar faldas en vez de pantalones y que después de un tiempo, incluso cuando el pronóstico ya lo advertía, le confesara a viva voz que tenía una preferencia por hombres y que las mujeres realmente no eran lo suyo. 

Ellos ya estaban involucrados en demasiados problemas porque al parecer lo que yo tenía era algo. Y para ella, lo mío era igual o peor que lo que tenía mi hermano, Jess, quien, con solo cinco años, fue llevado al hospital para hacer unos exámenes que le detectaron dos tumores malignos alojados en su cabeza. Siempre estuve cuidándolo y pendiente de él incluso cuando volver a casa después era un tormento.

Jay estaba ahí, probablemente ahogada en las penas de un matrimonio destrozado, yo no era el único que estaba consciente de que papá la engañaba con cuanta mujer se le cruzara por delante. Soportaba su mierda, soportaba que dijera cosas para desquitarse, me iba a mi cuarto y desde los doce años lo único que podía hacer era dormir y llorar hasta que cuando cumplí quince me di cuenta de que era patético. Luego aprendí a defenderme, cada vez que ella me decía algo le devolvía una respuesta peor, hasta que entendió que me había transformado en una máquina de mierda que era capaz de soportar, sin sufrir al respecto, toda clase de basura sobre sus hombros.

No sé a qué edad exactamente fue cuando comencé a involucrarme con chicos, mamá dice que esa parte de mi es la que más lastima le da y que era tan parecido a mi padre que a veces le daba nauseas.

Pero la verdad era que quien me enseñó a ser de esa forma, fueron los dos. Y no por la cantidad de personas que papá metía en su cama o porque mamá se acostara con alguien también, ella raramente lo hacía. Es solo que, a pesar de que parecía que yo no necesitaba afecto, si lo hacía. Había algo en mí que ellos me habían inculcado, mamá, esperando por él todas las noches mirando a la puerta y llorando con una taza de café en las manos, papá, tocando su rostro a veces y la forma en la que ella parecía necesitar que lo hiciera con tanta desesperación.

De Jay aprendí que amar no es más que entregar tu cuerpo y tu alma por alguien, aún si eso no asegurará que lo recibirás de vuelta.

Y de papá, aprendí que amar es un sentimiento pasajero, una ilusión de esas que a veces aparecen a hacerte sentir extraordinario por momentos. Lo tomas, como una droga para un consumidor casual, la quieres a ratos porque necesitas un impulso de diversión en tu vida, pero no siempre porque tampoco quieres ser un adicto.

drama king  _ larry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora