CAPÍTULO XXXVI: EL INICIO DE LA BATALLA

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—Reiji, hay que ir al Palacio —dijo Livius.


—Maldito Carlo, te mataré —dijo Reiji con una mirada fría.


—Siento una gran cantidad de Maná viniendo del Palacio —dijo Chelsea ya que había desarrollado técnicas sensoriales.


—Arkos VanFiurer —dijo Livius con odio.

Los jóvenes montados sobre sus bestias se dirigían al Palacio, mientras más y más Guardias Imperiales llegaban, mientras avanzaban iban derrotando guardias.
Las puertas cayeron, los revolucionarios tenían muchas bajas pero no más que los Guardias Imperiales.

No les importaba perder su vida, si con ello su familias se vieran recompensadas, la ciudad se llenaba de sangre y muertos, no debían lastimar a civiles era lo que Livius había ordenado.
Los primeros rayos de luz solar comenzaban a salir.

—Ya casi llegamos —dijo Chelsea.

La hermosa chica, a la cual le habían asesinado a su familia luchaba por su amado, Livius tenía que ganar no podía perder por nada en este mundo, Reiji debía vengar la muerte de su amada y su hijo, no le importaba más que eso.

Más de la mitad de los Guardias Imperiales habían caído a manos de los revolucionarios, pero ellos también tenían muchas bajas y heridos, antes de llegar al Palacio los jóvenes se encontraron con más Guardias.

Arkos observaba desde el Palacio lo que ocurría, soldados del campamento del Ejército Imperial que estaban cerca, venían a toda velocidad a proteger la ciudad y su rey.

340 hombres hicieron lo que ejércitos de 5000 no habían hecho en años, puede que sea por su valor y por los sueños que cargaban, pero no todo lo hacían solo ellos, ya que los tres jóvenes habían derrotado a la mitad del total de guardias derrotados.

Livius sabía que los del Ejército Imperial no estarían por conflictos con Gashtar, de ahí el buen momento para su ataque.
Frente al Palacio habían unos cincuenta guardias, Reiji tomó su espada bajándose de Lyon, Livius hizo lo mismo cargando sus espadas LlamRem, la chica tomó su daga de nombre Aquerion y esta se transformó en un arco con flechas.

—Yo, Livius Lannzteer, he venido a reclamar lo que me pertenece, ríndanse y no morirán —dijo con voz fuerte.


—Jah, el príncipe Livius murió hace mucho, no te hagas pasar por él, bastardo —gritó uno de los guardias.


—Creo que no se puede hablar con ustedes —dijo Livius. — Adelante, Chelsea.

La chica tomó una flecha y la colocó en su arco, el arco color dorado con blanco y la flecha de igual color, activo sus Ojos de Aquila, dándole mayor precisión a sus ataques.

—¡Millar Arrows!

La chica lanzó una flecha que se convirtió en miles, los guardias colocaban sus escudos para protegerse pero algunas flechas los atravesaban.

—Volveré a decir, ríndanse —dijo Livius.


—Cállate —gritó un guardia.


—Livius —dijo Chelsea al mirar hacia atrás.


—Hazlo —contestó él.

La chica apuntó una flecha donde luchaban sus aliados, y la lanzó a gran velocidad.

—¡Glow Healing!

El lugar se iluminó y las fuerzas del Ejército Revolucionario comenzaron a restaurarse y sus heridas a curarse, se levantaban, esto Chelsea lo había hecho anteriormente por eso que estaban ganando.

Lighgon y las Armas del Dragón [Editando]Where stories live. Discover now