Capitulo 3

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Se había acabado el fin de semana, hoy ya era lunes, tenia clases, este era mi ultimo año y por fin terminaría la escuela, me levante y fui al baño, cuando termine busque mi uniforme y me lo coloque, el uniforme era, unos zapatos negros, con una falda gris que llegaba hasta 4 dedos mas de la rodilla hacia arriba, y una camisa blanca y arriba un suéter gris que a su izquierda tenia el escudo de la escuela. Luego de vestirme llame a mi nana para que me peinara con una bella trenza cocida, luego de por fin quedar fina y arreglada, bajamos y mi nana me sirvió el desayuno.

-_____ tu padre esta buscando un nuevo sirviente, ya que hacen falta –dijo colocando el plato de cereal frente a mi-

-No es suficiente con las mucamas que ya hay?

-Pero lo que quiere ahora, es un sirviente, masculino, que no solo sirva para limpiar, si no para arreglar algunas cosas que no funcionan –toco su frente- como por ejemplo, se llega a romper la canilla del baño.. que el la arregle..

-Entiendo –dije sin importancia- bueno ya termine –tome el plato y lo lleve hacia la cocina, luego volví a la sala- me voy..

-Si el chofer ya te espera afuera –arreglo un mechón de mi cabello- que te valla bien –me sonrió-

-Gracias nana, nos vemos luego –la abrase y luego Salí afuera dirigiéndome hacia el auto donde me esperaba el chofer, para poder llevarme hacia la escuela-

Iba en la limosina mirando hacia la ventana, miraba a la gente caminar hacia sus trabajos, era un día gris, como todos los días de aquí.. cuando veo a alguien caminar, al verlo se me hiso un tanto conocido, que no era el vagabundo de la otra noche? Me pregunte confundida.. justo el auto paro en el semáforo, eso mas dio mas tiempo de poder observarlo, caminaba y observaba los negocios y algunas casa, que estará buscando? Además lo veo joven, quizás tenga la misma edad que yo.. el auto volvió a ponerse en movimiento y fue mirándolo hasta que se hacia mas y mas pequeño, cuando lo perdí de vista, suspire, y volví a mirar hacia delante, ya estaba en la escuela.

Narra Justin:

Caminaba por las calles buscando trabajo, hoy en la mañana lo había decidido, buscare trabajo hasta encontrarlo, necesito dinero.. caminaba y caminaba por las calles aburridas de Londres, cuando me detuve en una casa enorme, muy hermosa, cuando fije mi vista en la puerta de la casa, una señora de mediana edad y otra señor, discutían.. quien sabe de que podrían a ver estado hablando, hasta que escuche.. ‘Necesito un sirviente, no puedo encontrar aun’ grito el hombre enojado.. ‘Busca y encontraras’ dijo esta vez la señora.. luego de eso y el señor bufo y camino hasta la calle, subió a su auto y partió.. había escuchado mal? Estaban buscando un sirviente, y yo podría ser perfecto para eso.. esta es mi oportunidad! Rápido me dirigí hasta le señora que seguía en la puerta..

-Hola –me atreví a decirle-

-Joven –me miro- que necesitas? –dijo dulce-

-Eh oído, que el señor busca sirviente, y yo estoy buscando trabajo –trague en seco-

-De verdad te ofrecerías? Seria mucho mejor, el señor busca hace días y no logra encontrar..

-Desde luego, busco trabajo, necesito dinero y comida –le dije-

-Mira hablare con el y le diré que ya tiene una opción –me sonrió- por cierto, te ves un poco cansado y hambriento, quisieras algo para comer? –me sonrió-

-No gracias –dije- seria una molestia.

-No es problema, necesitas comer algo y si quieres puedes bañarte, así cuando el señor vuelva, le gustaras mas –pauso- ven pasa..

Así fue como acepte y entre a la hermosa casa.. tenia una sala preciosa llena de lujos y muebles hermosos.

La gentil señora me hiso una seña de que la siguiera, y termine dirigiéndome hacia la cocina, saco un pollo de el refrigerador y lo calentó.

-Esto es lo mejor que te puedo dar –sonrió- lo quieres?

-Por supuesto que si –mire el pollo hambriento-

-rio- disfrútalo.

Lleve un pedazo de pollo a mi boca, y estaba delicioso, hace cuanto no comía algo tan delicioso, se sintió tan bien, que me lo acabe rápido.. ella me paso una servilleta y con eso limpie mi boca, cuando se escucho el ruido de a puerta principal.

-El señor esta aquí –me susurro-

-Me levante y sacudí lo mas que pude mi ropa-

Allí me di vuelta, para encontrarme a un hombre grande, con ropa cara y reluciente, mirándome atreves de sus gafas, el pánico llego a mi..

La Dama y el vagabundo |Justin Bieber y tú|Where stories live. Discover now