Eran mas o menos las doce de la noche y se me ocurrió llamar a Alana, y me contesto al instante, me dijo:
-Hola, no me imagine que me fueras a llamar.
-La verdad quería saber que pasaría si te llamaba.
-Aaa y como has estado?.
-Muy bien y tu?.
-Jaja bien estaba esperando tu llamada.
-Aa y que haces?.
-Esperándote, jaja vienes?.
-Ahora?.
-Si, o no quieres?.
-Bueno, dónde es que vives? jaja.
-Jaja ya se te olvido, jaja MQ #8.
-Ok voy para allá.
Me aliste para ir a la casa de Alana, me puse mi ropa nueva, me quite la barba de tres días que tenía, me peine y me fui para la casa de Alana. Buenos mal la casa de Alana me quedaba relativamente cerca y me fui caminando.
Cada paso que daba era un pensamiento nuevo de la chica ideal, pero con cada paso nuevo el pensamiento se iba y venía otro mas extraño y mas raro que el anterior hasta que llegue a la casa de Alana.
Me abrió la puerta, sonrió y me dejo pasar, ella estaba vestida con una pijama de muñequitos, es algo muy tierno, muy de mi gusto.
De repente me dio un beso, me cogió el brazo y me llevo hasta su cocina. En la cocina me dio un beso y le di un par de besos de los apasionados con abrazos incluidos y repentinamente me dijo:
-Bueno ya es la hora de cocinar. Yo la mire con cara extrañada y le dije:
-No...se cocinar. Me miro con cara sonriente y me dijo:
-Por eso, tu vas a cocinar junto a mi y de eso aprendes cositas oki.
-Bueno. Se rió y me dijo; bueno comencemos.
Después de pasar un rato lleno de risas, abrazos y besos, terminamos de cocinar y la comida tenia una apariencia buena, era como un pastel de leche que olía y sabía excelente, impresionante mente el mejor pastel que había comido en años, la ultima vez que había comido un pastel así, fue en el día de mi décimo segundo cumpleaños y el pastel lo había hecho mi abuela y mi madre, fue un día inolvidable.