Capitulo Final: La leyenda del Equipo LOTTO.

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CAPITULO FINAL



La nieve se teñía de un rojo sangre, un color bastante vivo que reflejaba precisamente todo lo contrario: la muerte.
El viento frío silbaba entre las rocas dando un toque más que lúgubre a ese paisaje, armas, cuerpos tirados, pedazos de madera y escombros por todas partes, solo los finos copos de nieve que se dejaban llevar, copiosos, por el viento se paraban a descansar sobre aquellos cuerpos sin tumbas. Y su largo abrigo también.

Veía rostros en su última expresión, por la cual abandonaron este mundo en lo que creía que era una batalla jamás vista, en su mano derecha tenía un arma ya completamente cargada por las dudas pero dudaba que allí viviera alguien, seria imposible. Su corazón se rompió al saber que la razón acertaba como siempre y pensó que a veces le hubiese gustado ser un ser ignorante que viviera de una ilusión.

Se había separado individualmente para buscar los cuerpos de sus compañeros, en realidad no eran muchos pues Jeonghan se había quedado con los heridos cuidando de ellos, solo un terco Wonwoo salió con el brazo vendado a buscarlos. Jihoon vio a lo lejos una figura tendida en el suelo que le resultó familiar, no tan solo vestía diferente, sabia de quien se trataba y saltó varios cadáveres para llegar a él. Seungcheol estaba recostado sobre su hombro derecho, dándole la espalda y Jihoon no le importó arrodillarse para girarlo hacia él. Su calor era débil y su corazón bombeaba sin fuerza, a lo largo de su cuerpo podía divisarse varios impactos de bala y golpes, a lo que el menor asoció como producto de la explosión del edificio.

-Ji...Jihoonie... -abrió los ojos lentamente, aquellas largas pestañas se veían realmente angelicales, Jihoon no quería llorar.

-Seungcheol... no hables, déjame ayudarte. –el mayor sonrió expulsando aire de sus pulmones y llevó lentamente una de sus manos hasta tocar la del contrario.

-Eres tan blanco como la nieve, he... mentalizado este momento por estos cuatro años... -su voz bajaba de golpe y pequeños gemidos de dolor comenzaban a colarse entre sus palabras.

-No Cheol... hoy no es el día... -casi suplicó, ¿Qué le estaba pasando? Se supone que él sabía que este día llegaría para alguno de los dos.

-Hoonnie... ambos sabemos que lo es... -aquello salió de su boca sin fuerza, pero a Jihoon le pareció las palabras más difíciles del mundo, aquellas que quebraron su corazón. –Debes hacerlo, antes de que... lo haga por mí mismo.

Jihoon no quiso apartarse pero era su promesa, Seungcheol se había encargado de recordársela todos los días y él lo había jurado, jamás rompía con su palabra. Ahora, tal vez se trataba de su última voluntad, no negaba que estaba muy herido pero ahora su mente quería explotar, una parte de él le decía que no lo hiciera. Seungcheol, acercó la mano que había capturado entre las suyas y la besó, sintió esa piel aterciopelada junto a sus raposos y secos labios.

Jihoon lo recostó suavemente en la acolchada nieve y se levantó, tomando el arma entre sus manos apuntó. Le estaba dando tiempo al mayor para que se arrepintiese y rompiera esa promesa pero este solo le sonrió, inhaló pacíficamente cerrando un poco sus ojos y volvió a verlo.

-Gracias... Jihoonie... -susurro al ver como las lágrimas del más pequeño comenzaban a salir de sus ojos.

-No lo digas...-dijo este cerrando los ojos fuertemente sin bajar el arma.

–Te... amo...

Un disparo retumbó haciendo eco entre las montañas.


Operación LOTTO: Take your Number. [1er libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora