Ladynoir

668 82 32
                                    

Como era de costumbre tras la existencia de Papillon, el temor de los habitantes una vez más inundó el lugar conocido como "ciudad del amor". Sin embargo, ahí estaba Ladybug de nuevo para detener sus planes, quien se encontraba luchando con la akumatizada a duras penas mientras Chat Noir planeaba una manera de utilizar su cataclysm contra el objeto que contenía el akuma de esta.

– Maldita sea..– Dijo la mariquita, viendo como el tiempo llegaba a su límite. Aunque no se tratara de una contraria difícil, los despistes del felino hoy habían supuesto varias perdidas de oportunidades para acabar con ella.

– Todo acabará una vez me deis vuestros prodigios, Ladybug.

– ¡No estés tan segura de eso!– Contestó Chat Noir corriendo hacia la víctima, creyendo que era una oportunidad perfecta para por fin utilizar su poder. Pero para su mala suerte, esta dio un salto a pocos metros tras su compañera, provocando que chocaran y la fuerza del cataclysm recayera sobre la superficie del suelo.

– Genial, gatito.– Comentó la azabache irónicamente, teniendo como respuesta por parte del otro una tonta sonrisa.

La joven villana les observaba entre risas, creía que saldría victoriosa tras el nuevo desastre del rubiales. No obstante, un estruendo sonó del suelo a la vez que se formaba una gran grieta que acabaría en el punto donde justo se encontraba, lo cual la dejó atrapada entre cuatro estrechas paredes y quedando inmóvil practicamente.

Ladybug rápidamente se levantó, apartando a Chat Noir con un empujón y se dirigió hacia donde se encontraba la akumatizada.

– No puedo llegar a alcanzar su diadema.

El rubio, ya de pie, con una sonrisa incrédula acortó más de la cuenta la distancia entre sus caras.– ¿Necesitas mi ayuda? Entonces lo haré encantado, milady.

Posó la mano derecha sobre la cara del felino para girar esta hacia un lado.– Hazlo rápido.

Obedeciendo, tumbó su cuerpo en el suelo y estirando el brazo lo máximo que pudo, alcanzó la prenda.– Te doy los honores a ti.

– Gracias, gatito.

Aceptó la generosidad de su compañero a la vez que partía en dos el objeto, liberando a la negra mariposa que se encontraba dentro de este.– Ya eres libre, pequeño akuma.– Una leve sonrisa se formó en su rostro mientras observaba como la blanca mariposa emprendía el vuelo.

Tratando de disimular aquellos despistes y "catástrofes" que había causado durante la lucha, Chat Noir colocó su puño frente a la mariquita con la esperanza de que chocara de vuelta. Sin embargo, en vez de chocar aquel puño con su pequeña mano, la colocó sobre este y lo bajó hacia abajo con un poco de presión. Acto seguido, subió la mirada mostrando un tanto de molestia.

− Hoy has estado distraído, ¿te pasa algo? Te recuerdo que con esto estamos poniendo en nuestras manos la vida de muchas personas y no podemos tener despistes.− Se llevó una mano a la cabeza dejando escapar un leve suspiro. − Hasta un superhéroe tiene sus días malos, pero por esa razón no debemos pasarlo por alto.

El pobre felino mientras intentaba trabajar coordinadamente, solo pensaba en lo ocurrido aquel día. Pero esto ella no lo sabía, no sabía ni creía en la posibilidad de que lo único que podría correr por la mente de Chat Noir en aquel momento era que sabía sobre su verdadera indentidad. Y a pesar de que intentaba despejar su cabeza y dejar aquello de lado, no podía. Si alguna vez lo consiguió, fue durante cinco segundos, que se esfumaban tan rápido que los caóticos pensamientos volvían, distrayéndole de su deber.

Las orbes verdes del chico se centraban fijamente en los celestes ojos de la azabache, haciendo así oídos sordos a su regañina y que en sus mejillas se notara como la sangre se acumulaba lentamente en ellas, tiñéndolas del más cálido rojizo. Algo que últimamente le ocurría bastante a menudo.
Aquel azul que mantenía su iris era tan bonito que podía llegar a embobarle, cosa que consiguió hace apenas unos segundos. Parecía como si el mismo cielo se reflejara directamente en ellos. Un despejado y cielo azul de los que se pueden dar en plena primavera. Sin ninguna nube de intermedio tapando alguna posible fracción de aquel precioso paisaje.

–Además, si por casualidad te pasa algo, no dudes en contarme, ¿de acuerdo?– Sonrío tiernamente.– Por algo somos un equipo.– Pensando inocentemente que habría servido de algo su reprimenda, Ladybug finalmente calló. Es entonces cuando las palabras de Chat Noir le hicieron ver que era todo lo contrario; que para nada la había escuchado.

– Eres preciosa.– Dejó escapar de entre sus labios sin ni siquiera percatarse, provocando que la mariquita diera un paso hacia atrás.

– Chat Noir...

"Mierda" pensó. Sabía perfectamente que acababa de cometer un gran error además del camino a donde les llevaría este accidental comentario, por lo que antes de que pudiera proseguir interrumpió las palabras de su lady. No quería notar como su corazón volvía a romperse debido a aquel amor no correspondido por el que llevaba luchando en vano durante tanto tiempo, no de nuevo.

– Sé que estás enamorada de otro, milady, pero eso no hara que mis sentimientos cambien por ti tan fácilmente.

Ladybug esperaba totalmente esa respuesta y lo último que quería era hacerle daño, pues se había convertido en algo más que un compañero, como bien dijo la primera vez que le rechazó oficialmente. Era su amigo, un amigo en el que se apoyaba y confiaba plenamente, pero no podía mentirle y menos respecto a sus sentimientos, ya que eso sería aún más dañino para ambos.

El incómodo silencio que se formó fue imterrumpido tras una serie de pitidos provenientes del anillo de Chat Noir. – Será mejor que me vaya.– Añadió con un tono bastante desanimado, provocando que en el rostro de Ladybug se mostrara aún más el dolor que le hacia sentir esta situación.

El felino avanzó su camino sin apartar la vista del suelo. Tenía tantos sentimientos remordiendo su conciencia que ni se molestó en mirar a Ladybug cuando cruzaron sus caminos.

¿Por qué no podía ser él aquella persona de la que se había enamorado?¿Qué tenía tan especial para que no tuviera ninguna oportunidad contra él?

Paró en seco y giró su cuerpo para ver una vez más la silueta de la azabache, la cual había comenzado a caminar alejándose lentamente de él.

– Ladybug..– Susurró, queriendo detener el paso de la chica. No obstante, aquel tono fue tan pobre que ni aunque hubieran estado codo con codo lo habría escuchado. Entonces tras llenar los pulmones de aire, volvió a pronunciar su nombre mucho más fuerte.

Esta al escucharle se detuvo. Sin embargo, antes de poder dar media vuelta, notaba como los brazos de Chat Noir rodeaban su pequeño cuerpo.

– En poco tiempo.. tú..

– Lo sé.

Puede que estuviera siendo algo irresponsable su comportamiento en aquel momento, incluso egoista, pero no podía más. No necesitaba que conociera en ese mismo instante cuál era su verdadera identidad, realmente no sabía que es lo que quería... simplemente siguió un impulso, un impulso que dejó a Ladybug paralizada.

Unos últimos pitidos escaparon del miraculous de Chat Noir, haciendo que poco a poco su negro traje fuera desaparenciendo hasta que finalmente Plagg se encontrara flotando sobre la cabeza de Adrien, sin entender una vez más que es lo que estaba ocurriendo.

Ladybug al ver los brazos desnudos que acaparaban su cuerpo cerró los ojos rápidamente a la vez que su corazón se volvía un manojo de nervios.

– Siento si estoy siendo egoísta, milady. Simplemente no quiero ocultar estos sentimientos que llevan tanto dentro de mi.– Hizo una breve pausa al notar como una lágrima se dejó caer por su mejilla.– No es necesario que abras los ojos, solo que te quedes conmigo un poco más.

Chegaste ao fim dos capítulos publicados.

⏰ Última atualização: Oct 22, 2019 ⏰

Adiciona esta história à tua Biblioteca para receberes notificações de novos capítulos!

Amor tras una máscara [Ladybug] Onde as histórias ganham vida. Descobre agora