Novocaina.

El final.

26 de agosto, 1991

En el primer día de la época más interesante de mi vida a la orientadora se le había ocurrido la genial idea de juntar a los inadaptados de la escuela, esto supuestamente ayudaría a integrarnos al resto de estudiantes.

Nos habían sentado en el patio en forma de circulo, no entendía por qué estaba ahí, supongo que era por el simple hecho de vestir todo el tiempo de negro y no hablar con casi nadie, pero no era mi culpa (o tal vez si) ellos creían que era un psicópata que escuchaba black metal y quemaba iglesias, pero por dios, al lado de mi estaba el chico que estuvo en la correccional.

Tal vez estaba ahí por las mierdas que hablaban de mí, que bebía sangre, que mis padres practicaban satanismo o que eran traficantes de drogas, no fui algo así como el popular chico malo, de hecho mi único amigo fue Z, pero dijo que estaba cansado de ser un chico normal, dejo la escuela y se fue a vivir debajo de un puente.

Estaba seguro de una sola cosa, los odiaba a todos, mis padres nunca me ponían la atención que yo necesitaba, me recordaban a diario mis defectos y errores, los niños en mi infancia me hacían sentir como si no valiera la pena con sus palabras y humillaciones, pero entonces crecí, los niños crueles se habían transformado en adolescentes crueles que creían que eran divertidos sus chistes de por qué era mas bajo y delgado, estaba cansado de esas estúpidas bromas que hasta mi familia hacía, así que un año antes, cuándo recién entre me prometí que nadie me haría sentir intimidado otra vez, ahora me veían como un chico malo que podía apuñalarlos si se burlaban.

Y no, nunca fui la víctima "pobre de mí, nadie me entiende" no, no le reprocho nada a nadie solo solía creer que era mejor que la sociedad te tenga miedo a que ti te den miedo y eso era lo que hacía, me gustaba verlos fijamente como si conociera todos sus pecados, me temían algunos, lo veía en sus ojos.

Toby Dupree era la encargada de eso, la típica niña que aparentaba ser buena pero estaba seguro que no lo era, hablaba de mierdas como convivir con los demás pacíficamente, ayudar en la escuela, unirse a algún taller, tomar clases extras o si tenemos problemas hablarlo con el psicólogo del colegio pero al psicólogo le valía una mierda lo que pase con nosotros el solo se sentaba y te escuchaba porque es su trabajo, no porque le importes.

- Bien, hasta aquí termina la sesión de hoy, no olviden que las tendremos diario después de clases - término diciendo con su voz nasal de siempre

- Antes de irnos ¿alguien quiere decir algo?- añadió, trate de no hacer contacto visual para que no me preguntara a mí - ¿Lorenzo? ¿No quieres añadir algo? -

Mierda.

- Em, me gustaría aprovechar este momento para decir, hum, los odio a todos. -

Dije lo esperado, la escuela era una mierda, o tal vez yo era la mierda, una de esas.

No era el mejor pero tampoco el peor, trataba de hacer las cosas pero por más que intente aplicarme no pude, me distraía con cualquier cosa, sentía que tenía todo en mis manos pero luego bajaba la vista y ya tenía 3 exámenes, 2 prácticas y 5 proyectos sin entregar.
Mi profesora de inglés me había dicho que me estreso demasiado y me preocupo mucho, también dijo que me llevara las cosas a la ligera, le hice caso ¿Y qué pasó? Reprobé su materia, trágico.

Me fui directo a casa tareando una de mis canciones favoritas "love buzz" de una banda que no recordaba el nombre, no salía ni hacia nada más que escuchar música a todo volumen encerrado en mi cuarto como todas las tardes y por las noches abrir mi ventana para ver las estrellas e imaginar miles de historias que nunca pasarían mientras escuchaba el relajante sonido de la noche.
Ese fue el último día de esa monótona vida, de esa vida que ya nunca iba a volver.

[ Lamento si es muy corto, no acostumbro hacer capítulos muy largos, los hago hasta dónde crea que es necesario, gracias por leer. ]