Mi Mayor Pecado: Tú [Death Note (LightxL) Yaoi]

Capítulo 21

[Narra L]

Por fin, hemos podido localizar a Light y a Edward. Por fin podré volver a verle, por fin podré volver a llenar el vacío que he aguantado durante días. Edward no saldrá vivo de esta, no estoy de broma.

Cuando encontramos la ubicación, salí del cuartel y salí del edificio. Voy a ir solo, la policía intervendría si pulsaba el botón de mi cinturón (N/A: aquellos que mandarían una alerta si Kira les mataba)

Eché a correr sin perder tiempo y haciendo caso omiso a cómo me miraba la gente. No me importaba nada, no quería saber nada, mi mundo era ilimitado. Pero iba a ser destruido por un imbécil.

Light es mío, nadie me lo va a quitar; pensé mirando una funda que llevaba en una hebilla que colgaba del cinturón. Aquí si va a montar la guerra.

[Narra Light]

No. Otra vez no. Esta vez si que no, esta vez no le dejaré que me manosee como lo ha hecho durante estos días. Con mi cuerpo no juega nadie, le voy a romper la nariz a puñetazos. Ahora va a saber quién soy yo.

Cuando iba a acercarse a mí de nuevo, intenté levantarme aguantando el equilibrio. Lo primero que debía pensar era en como coño podía cortar la maldita cuerda que unía mis manos.

Miré a mi alrededor mientras retrocedía, este tío va a hacerme mucho daño. Bastante daño. Y no quería aguantar más. Espero que no haya mentido cuando me dijo que le había dicho a Elle que yo soy Kira, lo mataría a golpes. Era algo muy serio, no me atrevería a volver a mirarle a la cara si era mentira. Pero yo soy Kira, y si acabo de ser engañado da igual, Elle sabrá la verdad tarde o temprano.

No había nada aquí que me sirviera para desatarme las manos, así que improvisé. Empecé a alejar mis manos la una de la otra, intentando poner demasiada fuerza en la cuerda y que no pudiera soportarlo. Justo en ese momento, no se de dónde las había sacado, pero Edward se acercaba a mí con unas tijeras. Parecía Sachiko Shinozaki, la niña psicópata de Corpse Party.

Justo cuando intentó clavarme las tijeras en el brazo, me di la vuelta rápidamente y sin darse cuenta cortó una parte de la cuerda. Empecé a alejar mis manos todavía más hasta que la puerta se rompió por completo. En serio, qué habilidad.

Su enfado aumentó y me acorraló contra la pared de piedra. Las tijeras intentaban clavarse en mi ojo, yo le paré los brazos con los míos. Pero él era mucho más fuerte que yo. Seguramente me quedaré tuerto.

Justo entonces la puerta se abrió con bastante fuerza y brusquedad. Escuché una respiración muy acelerada y nerviosa, y olí a sudor. Dirigí mi vista a la puerta y vi a aquel joven de cabello azabache alborotado y ojeras bajo sus oscuras pupilas. Le vi dirigir una mano a su cinturón, de la que sacó una daga bastante grande.

Elle... gracias.

-¡¡Edward!! -gritó.

Echó a correr hacia nosotros con la daga en la mano, realmente estaba furioso. Si no lo deteníamos esto acabaría muy mal.

-¡Elle, no! -grité-. ¡No lo hagas!

Sin embargo, Elle siguió acercándose a nosotros con la daga en la mano. Edward tuvo que soltarme para poder pelear contra él. Si no hago algo, los dos se acabarán matando. Y lo digo en sentido literal.

Elle levantó la daga, que estaba a punto de acabar en la cara de mi secuestrador. Las tijeras de Edward iban a clavarse en el pecho de Elle, pero lo esquivó y le quitó las tijeras a Edward con la boca.

Edward retrocedió unos pasos, desarmado y asustado. Era la primera vez que lo veía. Pero entonces se abalanzó contra Elle y le quitó las tijeras de nuevo con la mano. Cuando me di cuenta, al pelinegro se le cayó una daga, y las tijeras acabaron enterradas en su pecho.

-¡¡ELLE!!

No puede ser verdad, otra vez no, esto no puede pasar de nuevo. Que no haya muerto, por favor... no quiero volver a pasar por esto...

Corrí hacia él y me agaché. Su cuerpo me daba la espalda, lo tomé entre mis brazos y vi sus ojos cerrados y sus labios entreabiertos. No me jodas, no quiero más...

-¡Elle, no bromees de nuevo! ¡Vamos, Elle! ¡No me dejes solo otra vez! ¡Elle, por favor!

Entonces, Edward soltó un grito y se miró las manos horrorizado. Estaban un poco manchadas de sangre y sus ojos estaban muy abiertos.

-He matado a un hombre... he matado a Elle... y lo he hecho sin usar la Death Note...

Salió corriendo de allí, y Elle abrió los ojos.

-Tranquilo, estoy bien -dijo.

Me quedé en shock, no estaba muerto, su camiseta no sangraba. Aquí hay gato encerrado.

-¿Light?

Me había quedado unos segundos mirando al vacío. Cuando volví en mi y vi que se había levantado la camiseta... tenía puesto un chaleco antibalas... no me sorprende, Elle es Elle.

-¡Imbécil! -grité-. ¡No vuelvas a hacer eso! ¡Pensé que habías muerto!

Le abracé y él hizo lo mismo. Sentí lágrimas correr por mi rostro, he pasado mucho tiempo. Cuando por fin pude volver a verle, van y le clavan una daga. No pienso dejar que vuelva a pasar.

En ese momento, entró la policía con Edward esposado. Elle y yo nos levantamos cuando mi padre nos vio. Me miró sonriendo y yo le abracé. ¿Qué pensábais? ¿Que sólo había echado de menos a Elle?

-¿Estás bien?

-Sí, no me ha hecho nada que pudiera perjudicarme.

-Me alegro. Lo tenemos, hemos encontrado este cuaderno entre sus pertenencias. Este hombre es Kira.

Miré a Elle, entusiasmado, pero él forzó una sonrisa. Algo no iba bien. ¿Será que sabía que yo soy el verdadero Kira?

Salimos de allí y me di cuenta de que estábamos en una cárcel. La celda en la que estuve estaba más apartada de las demás. Claro, para que no se me escuchara gritar. Lo voy a matar. Aunque de eso se encargará la policía.

[...]

Ya de vuelta en el cuartel, los agentes estaban contentos de verme y de saber que estaba bien. Mi padre había llamado a mi madre y a mi hermana para que supieran que estaba bien.

Aunque aquella noche Elle y yo teníamos algo planeado. No era nada entre nosotros: íbamos a ajustar cuentas con Edward.