Trauma

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Amores Legendarios ~ The love flies like an angel ~ Capítulo 11:

Oigo llantos... Llantos de niños pequeños a mi alrededor... Me duele por dentro... Todo está oscuro como la noche... Quiero irme... ¡Quiero irme!...

Rápidamente abro mis ojos y me doy cuenta de que mi respiración es más forzosa que siempre, miro a mi alrededor y me encuentro con un grupo de personas rodeándome, ahí se encontraban Rin y Asashi mirándome asustados. Me siento sobre la cama dejando caer el pañuelo con agua tibia que tenía en mi frente y pongo mi mano en mi cara para intentar calmar el dolor de cabeza.

- ¿Se encuentra bien, señorita Hikari? - dijo preocupada una de las ancianas que me rodeaban.

- S... Si, estoy bien, sólo fue una pesadilla... O eso espero... - susurré asustada. Luego miré al par de pequeños que se encontraba observándome - Hola, pequeños... ¿Cómo están? - susurré con los ojos entrecerrados.

- Mejor ahora que despertaste. - respondió Asashi.

- Nos tenías asustados. Pensábamos que ibas a morir. - dijo Rin a punto de llorar.

- Tranquila... - susurré acariciando su pequeña y albina cabeza - No moriré. Estas pesadillas no serán suficientes para hacerme daño alguno.

- Señorita, recuéstese, tiene fiebre.

- Tranquila, no es nada, he pasado por peores.


- Pero...

- ¿Dónde están la princesa y los demás?

- Ellos se fueron hace ya unas horas.

- ¡¿Qué?! Cielos...Bueno, al menos no me tengo que preocupar tanto ahora que tiene al dragón blanco acompañándole... Ahh... - solté un suspiro pesado y escondí mi cabeza entre mis piernas – Pero de todas formas tengo que irme. Quedé con verme con alguien ayer y no llegué.

- ¿Osea que ya te vas? – dijo triste Asashi.

- Si, pero prometo volver para jugar con ustedes todo el día.

- ¡SIII! - gritaron los dos juntos para luego venir a abrazarme.

...

- Adiós, señorita Hikari, por favor, regrese cuando quiera, nuestra aldea esperará con ansias su próxima visita. – decía el mayor.

- Muchas gracias, prometo que volveré. – le dije sonriente.

- Señorita Hikari... - pude ver a Rin acercarse – Tome esto... Lo hice para usted. – tomé lo que la niña me extendía, esto era un moño del tamaño de una mano de color blanco con bordes azules y un centro de metal con pequeñas incrustaciones de cristales en el. Sonreí al recibir tal regalo y le di un abrazo a la pequeña.

- Gracias, Rin, es hermoso. – dije para luego ponérmelo – Lo conservaré por siempre.

- ¡Adiós, señorita Hikari! – gritaron los niños al verme partir.

- ¡Adiós! – grité con mi mano alzada hacia ellos y a las demás personas que me veían.

Partí de la aldea con intenciones de dirigirme a ese sitio del que hablaba la noche anterior. Pero a pesar de mis pasos rápidos mi debilidad se hacía notar. Cada paso que daba me hacía sentir más débil, y la voz que resonaba en mi cabeza no ayudaba a sentirme mejor.


... No lo hagas...

... Quédate quieta...

... Tus acciones serán tu perdición...

Eran las cosas que escuchaba. Sabía que no era la voz de Hiryuu, de hecho, eran varias voces a la vez, todas femeninas, en algunos instantes se oían dos o más voces pronunciar juntas las mismas palabras. Susurros se escuchaban venir de diferentes direcciones. Conté la cantidad de voces... Eran seis. O eso creí hasta escuchar una séptima voz, pero esta me dijo palabras diferentes.

Amores Legendarios | Akatsuki no Yona | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora