.Siete. El número de la suerte.

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La frente de Sasuke estaba sudada, sin contar sus manos, mejillas, cuello, espalda... total. Ese rubio siempre lograba sacarlo de sus casillas. Agradeció aquella casi escasa luz que había en esa biblioteca porque de otra manera, Naruto podría burlarse de sus mejillas completamente rojas por semejante petición.

-¿Besarnos? –logró pronunciar luego de unos segundos.

-Si... ¿no quieres, ttebayo? –le preguntó con tono neutro, como si estuviese invitándolo a comer sandía.

-¡¿Por qué haríamos eso?!

-¿Por qué no? Somos esposos... -agregó mirando el pergamino.

El corazón de Sasuke no daba para mucho y la situación lo estaba asustando bastante. Se talló las manos sintiendo como el sudor las empapaba por completo. Su garganta estaba seca y parecía no querer recibir oxigeno.

-¿Tu... me quieres volver loco, verdad? –susurró confundido, sintiéndose traicionado.

-¿Yo?

-No juegues con esas cosas. –le exigió mirando al suelo con los puños a cada lado de su cuerpo.

-Yo... no juego... -le dijo confundido pero serio.

Ambos se quedaron en silencio viendo solo al suelo, uno de pie y el otro sentado.

¿Cómo hacerle entender? ¿Cómo decirle que hace mucho que quiere darle un beso? Estuvo días pensando si era malo o no sentir ese impulso. A nadie pudo decírselo, con nadie pudo confesar lo que sentía. Solo tenía un amigo en la vida y se trataba justamente de él la situación. Pero quizá si...

-Oye, Sasuke... -le preguntó notando que ya llevaban un rato en silencio. –Yo... tengo un amigo que... bueno... este amigo necesita ayuda, ttebayo.

-... ¿qué? –lo miró confundido por el cambio de tema.

-Sí, y no sé cómo hacerlo... ¿me ayudas?

-... ¿qué?

-¡Ya! Sasuke... no actúes como idiota...

-¡¿Qué cosa?! –estaba por darle un golpe pero se dio cuenta que no podía acercársele aun sin que su cuerpo reaccionara asi. -¿Qué quieres?

-Que me ayudes con... mi amigo...

Sasuke lo miró con extrañeza, Naruto no tenía amigos. Era tan obvio que le resultó tierno. Se guardó su sonrisa para después.

-Bien.

-¡Sí! Veras... -se aclaró la garganta. –Este amigo esta... bueno, le dieron un castigo, ttebayo, lo casaron con un... una chica... -no se enteró del tic nervioso que brotó en el ojo de Sasuke.

-Si...

-Y... bueno... yo me eh estado... ¡él! ¡No yo! Él se ah sentido un poco extraño...

Sasuke no podía con los nervios, quería saber ya lo que estaba sucediendo.

-¿Qué cosa?

-Bueno... primero estaba confundido porque su amiga... su amiga lloraba y se comportaba extraño, él quiere verla feliz... -el corazón de Sasuke saltó de alegría. –Pero... luego empezó a tener sueños raros donde ella se casaba con otros y eso... no me gusta... ¡no le gusta! Ha... hablamos de mi amigo, ttebayo.

El moreno solo asintió nervioso.

-¿Y qué hace en sus sueños?

-Nada, solo... despierta asustado. Y... bueno, los obligan a dormir juntos, aunque a él no le molesta, le encanta. Pero... ella... ella no lo entiende...

¡Casados!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora