Libertad

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—No

— ¿No?

—No, ese no es el plan que la ASI te dio Mateo

—Tengo mucho tiempo aquí y la ASI no siquiera lo sabe, Melissa ¿No quieres irte?

—Bueno, claro que quiero, pero no así, es muy peligroso. Se por lo que he escuchado que estamos muy lejos de la civilización

No lo negaré. Mis esperanzas decaen por completo.

—Lo intentaré aun así

—No, no seas idiota... tengo una idea, pero va a requerir que tu amiguita Cat confié en mí, los veo en su habitación enseguida

Ella se va sin decir más así que vuelvo a la habitación donde Cat esta por completo nerviosa esperando.

— ¿Qué te ha dicho?

—Creo que va a ayudarnos

— ¿Estás seguro que podemos confiar en ella?

—Lo estoy —le respondo pretendiendo sonar seguro aunque realmente no lo estoy

No conozco a Melissa como para saber si nos apoyará incondicionalmente o no, pero fue la única persona en la que pensé para ayudarnos. No sé ni siquiera porque sigo esta locura. Si algo sale mal será el fin. Max nos matará de eso no me cabe la menor duda.

Mis pensamientos se ven interrumpidos cuando la puerta se abre y Melissa entra.

—Lo tengo —dice

— ¿Qué es lo que tienes? —le pregunto

—La AS... —ella me mira dándose cuenta de que estuvo a punto de hablar de más y entonces vuelve a hablar— Conseguí esto por ahí

Con eso quiere decir la ASI.

— ¿Qué es? —pregunto confundido

Ella saca frasco pequeño de la bolsa de su chaqueta.

—Son unas pastillas —ella mira a Cat— Tienes que tomar una al menos para que puedan salir de aquí

—Un momento ¿De qué hablas? ¿Qué hacen esas pastillas? —pregunta Cat alterada

—Solo te dormirán, bajaran tu pulso lo suficiente como para hacer pensar que algo malo te está sucediendo

—No entiendo Melissa ¿Cuál es tu plan?

—Ella toma las malditas pastillas, tu informas a Max que ella está mal... tendrán que llevarla al hospital y bueno tu irás con ella, una vez ahí pueden escapar más fácilmente

Cat comienza a reír y ambos la miramos.

—Ese plan es estúpido —dice ella convencida— Mi padre no me llevará al médico, mandará traer a alguno a aquí para que me atienda y probablemente después lo mate

—No lo hará, yo me encargaré de eso —digo seguro aunque realmente no lo estoy

Diego narra.

—Mateo —toca con desesperación la puerta— Por favor hablemos

—Grace... Grace tienes que dejarlo asimilar todo, vamos... ven conmigo

¿Asimilar todo? ¿Qué es esto? Ella dijo todo eso y mi única reacción fue volver a encerrarme a esta habitación que no es mía. Es de Mateo. Yo no soy él, no lo soy. Pero ella dijo Mi nombre, ella dijo que yo era su hijo.

Necesito respuestas... y aquí encerrado no las obtendré. Vuelvo a salir y es una sorpresa para mí encontrarlos a ambos en el pasillo. Ellos también se sorprenden de verme.

Perdido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora