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La zona industrial a la que habían mandado a Zoey se encontraba del otro lado de la reserva de agua. La reserva había sido uno de los lagos más imponentes en los días antes de las explosiones, al encontrarse lejos de los reactores, logró mantener sus aguas intactas y, a la larga, se volvió un importante foco de reunión para cientos y cientos de personas, las cuales, con el paso del tiempo, conformaron el feudo que posteriormente se convertiría en Clear Water. En la actualidad los restos del lago, en declive en los últimos años, estaban cubiertos pon una bóveda de filtrado, la cual evitaba que se estancara, pero también permitía filtrar el agua de lluvia, que por lo general se encontraba contaminada. El mantenimiento de la bóveda de filtrado era uno de los trabajos principales a los que solían ir a parar los obreros de Clear Water, eran educados para mantener la bóveda funcionando, para asegurarse que el principal resguardo de agua no terminase desperdiciándose.

La chica aun fruncia el ceño cuando recordaba las promesas de CBI. Al final no habían encontrado una oportunidad para que Zoey volviera a presentar su prueba, ahora sus padres vivían en una casucha que apenas se sostenía cerca de las zonas del lago, lo único que la ayudaba a sobre llevar un poco su miseria era el hecho de que no había sido tan tonta como para creer que alguna de las cosas que les estaban prometiendo iban a ocurrir en realidad. Y la única razón por la que no se atrevía a descuidar actividades en protesta era porque, en el fondo, por más que le costara aceptarlo, entendía que su trabajo era importante para más personas que solo el CBI. Si todos dejaran de hacer las partes fundamentales de los trabajos, aquello que les había costado años construir se iría abajo en semanas. Zoey podía fantasear con convencer al resto de las personas que trabajaban con ella, ya había suficiente disconformidad entre los obreros, podría tirar un par de comentarios maliciosos y ver qué pasaba, pero podía maginar lo que ocurriría si ellos abandonaban sus puestos.

Era por eso que se guardaba sus comentarios. Era por eso que había tomado horas de su padre para que él pudiera descansar un poco. Para ese punto, Zoey tenía las manos llenas de cayos y estaba comenzando a tomar un tratamiento abrasivo para combatir el pie de trinchera, que había comenzado a desarrollar debido a las horas que había trabajado en la laguna de reciclado. A donde se recolectaba el agua de lluvia antes de mandarla a la fábrica para tratarla. Había pasado una semana en reposo para evitar que la enfermedad avanzara y había conseguido equipo nuevo, para evitar que ocurriera otra vez. Pero las botas térmicas necesitaban recargarse para funcionar y para eso tenía que trabajar. Con su tiempo en la laguna apenas podía reunir suficientes horas para costearse la electricidad y la comida, lo que la dejaba son solo una carga en las botas para trabajar todo el día en el calor y la humedad. Podría tomarse un descanso o trabajar solo el tiempo de su carga, pero eso provocaría cortes en los servicios. Zoey suspiró, tenía el barro hasta las rodillas mientras lo limpiaba de las vías de levitación para que los barriles con agua pudieran cruzar sin problema.

El sudor le pegaba el uniforme al cuerpo y su estómago insistente le dejaba en claro que se había saltado la hora del almuerzo otra vez. En momentos como aquel, Zoey no podía evitar pensar que tal vez todo sería un poco más llevadero si Kass estuviera ahí con ella, si el demon no hubiera atacado el centro ellas probablemente estarían atoradas en el fango juntas, Kass notaría el mal humor con el que ella realizaba sus tareas y terminaría por lanzarle lodo a la cara solo para que las dos pudieran reírse al respecto. Ninguna de las dos era conocida por ser especialmente optimista o alegre, pero podían llegar a serlo cuando se trataba de interactuar con la otra, de hacer que el día se viera mucho menos denso y se volviera más llevadero al final. En más de una ocasión habían sido esa la razón por la que el mundo no le parecía tan gris y deprimente, porque tenía a su prima a su lado para recordarle que las cosas siempre podrían ponerse peor, en ese momento, Zoey no estaba segura de que cosas pudieran ponerse peor, pero prefería no tentar a su suerte, al menos hasta que tuviera un plan de reserva que realmente pudiera funcionar.

Demons - EditadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora