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Voy de regreso a la casa de Jaf, esta vez en compañía de Anton, conmocionado al decirle lo que encontré: A Jaf, muerto. El viejo níspero no me cree, pero igual me acompaña después de haber llamado una unidad médica. Arribamos antes que la ambulancia. Anton entra con su arma, con la predisposición de que fue asesinado como se lo expliqué. Y nos encontramos con una conmoción mucho más grande.

El cuerpo de Jaf no está. No hay jugo, ni huellas.

Esto me descoloca y trago grueso al enfrentarme a Anton.

—Lo juro, yo, yo lo sostuve entre mis brazos, ¡mire! —le digo estirando la sudadera que me cubre. Al verla yo también, el impacto es mayor, no tiene ninguna mancha. Quedo como un completo idiota. Confundido continúo—: No sé, en verdad, no sé qué está pasando. Él estaba allí. Justo ahí. Con muchas cortadas. Créame, no le estoy mintiendo.

La sirena de la ambulancia se hace escuchar hasta que estaciona al frente de la casa, cuatro bananas paramédicas se adentran a la vivienda para inspeccionar la magnitud de las heridas del supuesto herido de muerte... que ahora no está.

Todos comentan y me miran, insinúan que estoy loco, sé que eso hacen. Yo me largo, debo ir con Dirla y contarle, tal vez le encontremos un sentido a todo esto. Antes de poder salir de Pomácea me encuentro de frente la razón de la última tormenta en mi cabeza, Jaf.

—¡Jaf! ¡Dios! Estás vivo. Pero ¿cómo? —mi alteración es visible. Creo que debo tener un trauma severo ahora.

—¿Qué? Oye, sí, tranquilo, estoy bien. ¿Qué sucede?

—Acabo de verte muerto —Suelto riendo—. Lo juro, estabas bien muerto en tu casa.

—Bueno, pero no lo estoy. Debiste ver mal, Marcos.

—Te sostuve entre mis brazos, y por cierto, perdón rompí tu puerta.

Se ríe.

—Vámonos de aquí. No entiendo lo que dices, pero podría tener más sentido que las cosas que me han pasado. Fui al taller pero no los encontré. Perdí mi teléfono anoche. Marcos, no creerás las cosas que pasé.

—¿En serio? ¿Después de decirte que te vi muerto?

¿Quién es la fruta podrida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora