Capítulo 24

1.4K 69 8
                                    

Capítulo 24


Estaba en la estación; rogaba que me dejaran regresar al campo. Necesitaba saber que sucedía con el caso de Aristeo. Aún me quedaba una semana de vacaciones, estaba desesperada, ya no sabía que hacer además de estar en mi casa encerrada, y ver el tablero que teníamos Nathan y yo sobre Aristeo.

–Ya te he dicho que no, regresa a tu casa, Detective. Y si vuelves– el Comandante se volteó hacia mí, mientras caminaba hacia atrás–. Te voy a suspender una semana más.

Allen se alejó de mí, me dejó de pie en medio de la estancia. Estaba desilusionada, en mi pecho seguía la opresión, mis brazos cayeron a mi lado, estaba frustrada. Intenté de todo, pero el Comandante me dio vuelta como un remache. Era como si no quisiera que yo tuviera conocimiento sobre el caso.

Alguien se puso a un lado mío, aspiré el olor. Nathan. Volteé a verlo, solo por curiosidad, él también tenía prohibido decirme datos sobre Aristeo.

–Tengo que ir a casa de Michelle a entrevistarla. ¿Vienes?

–Me van a suspender– me quejé.

–¿A ti cuando te ha importado eso?

Sonreí un poco, complacida.

ᴥᴥᴥ

Michelle festejó por un momento, al ver mi anillo. Me abstuve de decirle a cualquier persona sobre mi compromiso con Rey, ni siquiera les había dicho a mis padres. La verdad es que no quería a los medios estorbando mi vida.

Nathan estaba interrogándola, le tomó un momento, ya que Michelle estaba eufórica y solo quería hablar de la boda, que aún estaba sin fecha.

─ ¿Eso es todo lo que recuerdas? ─ preguntó Nate.

Michelle seguía diciendo lo mismo que su primera confesión. Era textualmente las mismas palabras. Empecé a sentir el sudor en mi piel, el ardor en mi cerebro. La verdad era fácil de decir, algunos detalles podían variar, pero la mentira era difícil de mantener.

Le tomé el hombro a Nathan, tenía que pedir permiso, éste no era mi caso. El hecho de que yo estuviera aquí, era un riesgo, tanto para Nathan, como para mí. Ambos podíamos ser suspendidos. Nathan asintió un poco con la cabeza, dándome paso libre a la testigo. Me senté a un lado de mi amiga.

─Mich, en tu primera confesión, dijiste haberle visto la cara, a Aristeo. Pero por la poca luz que había en el lugar, te fue difícil describirlo. ─ mentí, moví un poco la cabeza, en un intento de corromper su engaño.

Su postura cambió, se alejó un poco de mí, y comenzó a mover los ojos, frenética, en un intento de recordar algo que nunca sucedió.

─Sí... ─dudó su respuesta─. Era algo mayor, pero estoy segura que era Diego Smith.

Asentí con la cabeza, me levanté del sofá y dejé el lugar a Nathan. Él y yo conocíamos cada palabra de la testificación de Michelle. Era la primera vez que la interrogábamos, ya que años atrás, cuando escapé del castillo de madera, Nate y yo, tratamos de hacerla hablar. Y solo dijo lo que ya sabíamos, como una canción en repetición.

─De acuerdo─ habló Nathan─. ¿Nos puedes dar un momento?

Michelle dijo que sí, se abrazó a si misma antes de levantarse de su sofá e irse a su habitación. Nathan también se levantó, se acercó a mí, estaba confundido.

─ ¿Por qué dijiste eso? ─me cuestionó─. Sabemos que miente, pero... ¿Cuál es tu plan?

─Ninguno ─ hablé con la verdad─. Conozco a mi amiga, ha mantenido la verdad dentro de ella por años. Esto la hará explotar. Ella es quizá la única persona que pueda identificar a Aristeo.

Amor Obsesionado © [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora