El niño que eras, ¿Estaría orgulloso de la persona que eres hoy?

"Hyuga Hinata"

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Ambas lunas parpadearon ante lo que sus ojos apreciaban.

—¿Huh?—Pronunció una pequeña de ojos perla, cubriendo ligeramente su rostro con una mano.

—Ah, este... M-Mucho gusto, soy Hyuga Hinata.—Se presentó nerviosa, con una sonrisa amable, la mayor.

—U-Un gusto, y-yo también soy Hyuga Hinata...—La pequeña dijo exactamente lo mismo, con más timidez y nerviosismo.

—Etto...-La princesa Hyuga mayor no evitó sentir que sudaba de más, era incómodo no saber que decirse.

—Disculpe, puedo... ¿Preguntarle algo?—Cuestionó la pequeña, Hinata agradeció que su versión joven tomara la iniciativa.

—Claro que si.—Con gran amabilidad y dulzura asintió.

—Si usted es mi futuro yo...—Hinata jugó con sus dedos.—¿Me diría como será el futuro?, S-Sólo si se puede, claro.

—Ah, bueno...—La Hyuga mayor tomó su mentón, pensando en cómo comenzar.—Estamos casadas y tenemos dos hijos.—Menciono, el rostro de su pequeña yo se entendió a un rojo vivo.

—¿C-C-C-Casada?, ¿H-H-H-Hijos?—Un pésimo modo de comenzar, claramente.

—Así es—Río ante la reacción tan adorable de su pequeña yo.

—Este... Nuestro esposo... Es...—Intento preguntar, la mayor se agachó a su altura para, con una sonrisa gentil, decir;

—No se si deba decírtelo, Pero... Juró, que esa persona, nos hará muy, muy feliz, a nosotras y a nuestros hijos, así que... Sólo esperalo, ¿Ok?—Una voz dulce y bondadosa, ChibiHinata sintió calidez.

—S-Si, Esto... H-Hyu... Hyuga-san.—Llamó la pequeña Hinata.

—¿Hyuga-san?—No evitó reír un poco de su propia formalidad.—Dime.

—Lo... ¿Lo alcanzamos?

La Hyuga mayor comprendió de inmediato a qué se refería, sonriendo.

—Tal vez... ¿Quién sabe?—Juguetona hizo una pequeña broma, su yo menor se sonrojo.

—Y-Ya veo... Mu-Muchas gracias.—Dío una reverencia pronunciada.

—¿Huh?, ¿Por qué?—La mayor si lo pensaba bien, no dió casi ningún detalle.

—Por ser como es, me hace muy feliz saber que... El futuro esta bien...—Sonrío con bondad y cariño.

—Hinata...—Hablo, avergonzada de decir su propio hombre.—No todo es bueno en el futuro.—Quería aclarar el dolor de la perdida, pero era difícil.

—¡Lo sé!—Exclamó.—Lo sé, su mirada me lo dice, no se preocupe, no preguntare sobre ello.

—Me alegro oírlo.—Para la mayor sería doloroso siquiera mencionar un nombre justo ahora sin romper en llanto—Haz hecho un gran trabajo, Hinata.

—Lo mismo puedo decir, Hinata-san.

-OoOo-

25/11/19