Mi pequeña hada

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Lucy y los demás llegaron al castillo donde un preocupado Makarov aguardaba que en su despacho, después de que Laxus llegará tan mal herido no sabía con certeza si los demás estarían bien. Pensó en Lucy «A estas alturas quizás ya sepa que no soy su verdadero padre... si es que sigue viva».

Unos golpes en el otro lado de la puerta lo sacaron de sus pensamientos.

—Adelante —dijo con voz firme, sentado en el sillón con las manos entrelazadas encima de su escritorio.

La puerta se abrió y al ver quien entraba abrió los ojos de par en par.

—Padre... —Lucy cerró la puerta tras de sí y se quedó frente a Makarov con una pequeña sonrisa en su rostro.

—¡Lucy! ¿estás bien? —pregunto Makarov al verla con el vestido medio roto.

—Si, hay algo que debo hablar contigo, algo que Levy me contó — Lucy bajó la mirada.

—Lo sé , estás enfadada conmigo por haberte mentido, tendría que haberte dicho desde un principio que yo realmente era tu tío.

Lucy había empezado a llorar, se cubrió el rostro con las manos y negó con la cabeza.

—Nunca podría estar enfadada contigo, me mentiste para protegerme y a Levy también, puede que seas mi tío pero para mi siempre serás mi padre.

Lucy se acercó a Makarov y se abrazaron, poco después entró Erza junto con Natsu y le contaron que Gajeel antes de entregarlas a Lord Phantom se había puesto de su lado y que gracias a él Lucy y Levy estaban a salvo, también le mencionó lo del juicio que debían llevar a cabo frente el consejo para determinar si condenaban a Gajeel o no.

Erza al terminar de informar a Makarov salió del despacho.

—Señor Makarov, hay algo que quiero hablar con usted —dijo Natsu intentando controlar sus nervios. Lucy miró a Natsu, pues sabía que iba a decirle.

—¿De qué se trata? —pregunto Makarov con su mirada puesta en él.

—Es sobre Lucy y sobre...mi.

—¿A si? ¿Y que és? —dijo Makarov cruzándose de brazos.

—Lucy y yo... nos amamos señor y queríamos su consentimiento para estar juntos.

La mirada de Makarov fue de Natsu a Lucy y viceversa.

—Uno tiene que ser ciego para no darse cuenta de lo que sienten el uno por el otro —dijo Makarov levantándose de su sillón.

—¿Ya lo sabías? —preguntó Natsu sorprendido.

—Lo sospechaba —Respondió Makarov.

—¿Y que me dice de su consentimiento? —volvió a preguntar Natsu.

—Ah cierto mi consentimiento, creo que no podría permitir que mi querida Lucy estuviera triste, así que os doy mi consentimiento —dijo Makarov. Lucy se acercó a él y lo abrazó de nuevo.

—Gracias padre.

—No tienes que llamarme padre ahora que sabes que no lo soy.

—Siempre serás mi padre.

                        ***

Gajeel ayudó a Levy a ponerse el vestido y la abrazo por la espalda.

—Enana quiero que sepas que pase lo que pase a partir de ahora siempre serás mía y yo seré tuyo.

Levy se dio la vuelta para mirar a Gajeel y le acarició el rostro.

—Lo se y no pienso permitir que te hagan daño, si sales culpable del juicio hablaré con Makarov y... —Gajeel interrumpió a Levy con un beso que la sorprendió. Fue un beso lento lleno de amor y pasión. Gajeel se fue separando de ella despacio.

—No te involucraras en todo esto, pues si haces la contraria al consejo te podrían acusar de cómplice y no soportaría ver como alguien a quien amo sufre por mi culpa.

—Pero Gajeel... —replicó Levy abrazando a Gajeel por el torso.

—Si sigues protestando me veré obligado a besarte de nuevo —dijo Gajeel con una pícara sonrisa en su rostro.

Levy hundió el rostro en el pecho de Gajeel intentando contener las lágrimas.

—Levy, quiero decirte que hace muy poco que nos conocemos, todo esto ha ocurrido muy rápido, pero quiero que sepas que este poco tiempo me ha bastado para amarte como nunca imaginé que amaría a alguien.

—Yo también te amo —murmuró Levy entre lágrimas, seguía abrazada a Gajeel incapaz de separarse de él.

—Hay algo que quiero darte —informó Gajeel llevándose sus manos en su cuello para desabrochar un collar.

—Era de tu madre, me lo dio antes de... y creo que de alguna manera ella sabía que tu y yo nos encontraríamos y así poder dártelo.

Gajeel se puso detrás de Levy y le puso el collar. Levy lo observó en su mano; era una hada con unas alas de un azul translúcido y una pequeña cola del mismo color, llevaba un vestido morado y su cabello era azul, casi tan azul como el cabello de Levy.

—Gracias Gajeel —Gajeel volvió a ponerse frente a Levy y se agachó para darle un pequeño beso.

—Es hora de irnos mi pequeña hada.

Se dieron la mano y juntos avanzaron hacia un futuro algo incierto que amenazaba con separarlos.

Hasta aquí otro capítulo (algo corto) de este fanfic que pronto llegará a su fin, espero que os esté gustando, ya sabéis cualquier cosa que no sea de vuestro agrado podéis decírmelo sin problemas.

Besitos xx





















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