La heredera de Gryffindor (Gemelos Weasley)

Capítulo 5:

—Angel, te presentamos a Hermione Granger, la escéptica que duda de nuestra palabra sobre si te conocemos —sentenció George con un tono más amistoso que el que había empleado el día anterior. Quizás los sucesos de la noche anterior habían puesto en tela de juicio su recelo hacia la chica. Lo que la sorprendió, sin embargo, fue el diminutivo usado por el chico, el cual le produjo una punzada de nostalgia al reconocerlo como el que usaba su padre tanto como Jared.

—No dudo que la conozcan. No creo que haya comprado sus caramelos de broma —la castaña de cabello rizado blanqueó los ojos, haciendo ver la idea como un disparate— ¿O sí? —buscó la afirmación de parte de la rubia que acababa de sentarse frente a ella.

—No debería decir esto, porqué arruinaría un poco la imagen de chica responsable que los profesores parecen tener de mi —dudó un segundo sintiendo la mirada de los tres chicos frente a ella clavada en su persona, mientras inspeccionaba la fruta para desayunar. De una sola mirada reconoció al que debía ser el hermano menor de George y Fred, quien compartía su tono exacto de cabello y ojos, y la miraba sin parpadear—. Pero debo admitir que tener a mano un caramelo que haga que las personas que no me agradan dejen de parlotear, es bastante tentador —concedió con lo que hizo ver cómo su sonrisa más inocente.

—Pero es ilegal, Filch prohibió las golosinas con sortilegios —insistió Hermione en voz baja, advirtiéndole pero sin querer que fuese su culpa que la descubrieran.

—Lo que Filch no sepa no le hará daño —aseguró con voz tranquila la rubia decidiéndose por una manzana para acompañar sus panqueques con miel—. No es por presumir, pero tengo un récord invicto en Beauxbaton, y allí sí que eran estrictos —agregó sonriendo levemente cuando la chica frente a ella soltó un suspiro derrotado.

—Está bien, me equivoqué —admitió la castaña luego de un segundo, provocando que el muchacho de apariencia familiar que estaba a su lado -de cabello oscuro y ojos verdes ocultos detrás de unos anteojos- se ahogara con su bebida—. Puede que tuviera una idea diferente de su perfil luego de leer la biografía de sus padres —al parecer la sorpresa no había sido cosa solo del chico de cabello oscuro, sino general. Se veía que no era usual que Hermione se retractara.

—El que te mira de forma espeluznante es Ron, y el que se olvidó de sus técnicas de respiración es Harry Potter —señaló Fred con la boca llena de comida, marcando cada chico con su tenedor.

—Un placer —asintió Angelique amablemente, decidiéndose a no detenerse a mirar la cicatriz en forma de rayo tan característica en la frente de Harry; debía ser incómodo que te observaran constantemente. Reconoció de inmediato de donde provenía la familiaridad, su padre le había mostrado una foto del chico hacía unos años, cuando este ingresó a Hogwarts— ¿Eres su hermano? —preguntó en cambio a Ron, quien asintió enérgicamente, evitando hablar debido a que acababa de engullir un gran bocado de su plato.

—Eso quiere hacer creer al mundo, nosotros aún no lo reconocemos —susurró Fred para que solo la chica y su gemelo lo escuchara—. Aquella es Ginny, nuestra hermanita —esta vez su mirada se dirigió a una chica un poco menor con el, que reconoció, cabello característico de los Weasley. Ella volteó al oír su nombre y saludó con una mano de manera distraída antes de retomar su conversación con la chica a su lado.

—Terminando con las presentaciones familiares, dado que los Weasley somos numerosos y podríamos seguir hasta el almuerzo sin terminar con el árbol genealógico —introdujo George, aunque exagerando levemente— ¿Participarás en el torneo de los tres magos? —preguntó realmente interesado por la respuesta, aunque al parecer no era el único ya que Fred también volvió la cabeza y Hermione levantó disimuladamente la vista de su libro.

—Si bien me encantan las cosas descabelladas y mucho, no soy buena siendo el centro de atención. Me agrada camuflarme en la multitud —explicó sabiendo que involucrarse en tal evento implicaría estar bajo el foco público—. Además no estoy segura de que a mis padres les hubiese gustado la idea —agregó en un murmullo bajo, mas para si misma que para el público.