------------★------------

Diez minutos mas tarde estábamos en su auto.
—Debo ir a casa—.
—Pero... ¿Y qué hay de nuestro plan? Dijiste que en la noche...
Me lanzó una mirada significativa.
—Pero Josh se preocupará si no estoy ahí, además le prometiste que me llevarías hoy—.
Hizo una mueca y puso mala cara pero tomó el camino que llevaba a mi casa.
Cuando llegamos me despedí de él y sonrió a medias.
Lo besé en los labios y me abrazó mientras me devolvía el beso con fuerza. Sonreí y me aparté dejándolo con ganas de mas.
—¿Te veo el lunes?—. Pregunté en un susurro.
Asintió mientras recuperaba la respiración.
Yo salí y me dirigí a mi departamento pero al entrar noté que no había nadie.
Se me hizo un poco extraño hasta que vi una nota en el refrigerador:

"Emma, tuve que regresar de último momento a Nueva York ya que hay un problema con un proyecto de la empresa.
P.D.: Kate vino conmigo, regresamos el viernes.
Cuídate hermanita.
J."

Yo sonreí y le mandé un mensaje de texto a Max.

"Nadie en casa hasta el viernes... ¿algún plan para esta semana sin interrupciones?"

Unos segundos después me respondió.

"En diez minutos estoy ahí."

Sonreí aún mas y me dispuse a arreglar un poco el departamento; junté la ropa sucia, saqué la basura y cambié las sábanas de mi cama.
Estaba viendo que podía cocinarle a Max cuando sonó el timbre.
Eran exactamente los diez minutos que él había dicho. Sonreí y abrí la puerta.
—Que puntual señor Sto...
Me interrumpió poniendo sus labios sobre los míos y cerró la puerta con el pie.
Gruñó y me apretó contra su cuerpo sin dejar algún espacio entre nosotros.
Colocó un paquete en mis manos y sonreí al ver la caja de preservativos.
Lo tomé del abrigo y lo guié a mi habitación sin dejar de besarlo.
Esta iba a ser una buena semana.

------------★------------

El miércoles Max se tomó el día libre así que estuvimos en mi departamento holgazaneando.
—¿Amor?—. Preguntó él mientras buscaba algo interesante en la T.V.
—¿Mmmm?—.
—Tengo una mala noticia—. Yo levanté el rostro y lo miré fijamente.
—¿Que ocurre?—.
—Tengo que irme—.
—¿Tan pronto? Pero puedes quedarte a dormir y...
—No, me refiero a que tengo que irme de viaje—.
—¿Qué? ¿A dónde?—. Pregunté alarmada.
—Surgió un problema con un viejo amigo en California y tengo que ir a ayudarlo—.
Yo lo miré extrañada.
—¿Qué clase de problema?—.
—Pues... está en depresión... o eso cree—.
—¿Pero para qué tienes que ir?—.
—Él... sólo quiere algo de apoyo—.
Hice una mueca.
—¿Cuántos días estarás fuera?—.
—Sólo mañana, regresaré el viernes a mediodía—.
—¿Y por qué me lo dices hasta hoy?—.
—Fue de última hora, apenas hablé con él esta mañana, lo oí muy mal y por eso acepté ir a verlo—.
—Mmmm bien... Pero te voy a extrañar—.
—Yo también, mi vida—. Me besó en el pelo.
—¿Quieres que te acompañe al aeropuerto?—.
—No, programé mi vuelo para la madrugada, no quiero despertarte y además me preocuparé cuando tengas que regresar a casa sola y a esas horas... No, mejor quedate aquí pequeña—. Me apretó contra su costado.
—Igual me quedaré sola...
—Te llamaré a cada momento para que no te sientas tan sola—.
Sonreí y poco después me quedé dormida a su lado.

-------------★------------

Al día siguiente, cuando desperté me encontraba sola en mi cama.
Era jueves y no tenía nada que hacer; no estaba Max, no estaba Josh y ¡él se había llevado a mi única amiga cercana! Este iba a ser un día muy aburrido.

------------★------------

Me puse a hacer algunas quehaceres pendientes que tenía, vi un poco de televisión, hice muffins, me bañe, leí un poco y cuando me iba a dormir Max llamó.
—¡Amor! ¿Cómo estas?—. Yo me quedé en silencio. Según él me había dicho que me iba a marcar a cada momento. Suspiré. Tal vez no había tenido tiempo.
—Bien—.
—¿De verdad? Te oyes cansada...
—Pues... lo estoy, hoy hice muchas cosas—.
—¿Qué tipo de cosas?—.
—Nada interesante... Mejor dime que hiciste tú ¿Está mejor tu amigo?—.
—¿Mi amigo? ¿Cual...? ¡Oh! Si, si, por supuesto—.
—Si, el que ibas a ayudar ¿Ya está mejor?—. Había una voz al fondo diciéndole algo.
—¿Qué? ¡Ah! Oh sí, esta perfectamente, así que ya voy a regresar a casa pero llegaré mañana en la tarde, yo te llamo cuando esté en el aeropuerto—.
—Si... ¿Quieres que vaya a recibirte?—.
—No... Mejor esperame en mi departamento, será una mejor bienvenida—. Se rió guturalmente.
—¡Eres un pervertido Max! Después de estos últimos días tu aún no...
—Tú tienes la culpa preciosa, ya no puedo esperar para verte—. Me reí.
—Ni yo... entonces te veo mañana—. Dije a modo de despedida.
—¿Tan pronto quieres cortarme? ¡Apenas empezábamos a hablar!—.
—Podríamos haber hablado mas si me hubieras marcado a cada momento como me prometiste anoche—.
—¡Lo intenté! Pero no tuve tiempo, lo siento amor...
—¡Cuelga el maldito teléfono!—se escuchó una voz grave de fondo—¡y trae las cervezas ya!—.
—Maldición... ¡Aguarda un momento!—escuché decir a Max en respuesta—no es lo que piensas cielo yo...
Se quedó en silencio, pasaron unos segundos y la línea se cortó.
Le marqué para ver que diablos estaba pasando pero no respondió, miré confundida el celular y le volví a llamar.
Después de cinco llamadas me preocupé y mi mente empezó a trabajar...
¿Qué carajo estaba haciendo Max bebiendo?
Primero: no me había dicho que se iba hasta el último momento.
Segundo: según él iba a ayudar a un amigo y cuando le pregunté por él ni siquiera sabía de que hablaba.
Y Tercero: ¿Con quién diablos estaba y por qué se encontraba tomando? ¿Tenia ese vicio? ¿A eso se debía su forma tan rara de actuar ayer? Tal vez necesitaba relajarse y por eso acudió a la bebida.
¿Estaría sufriendo de estrés? Y si era así ¿cómo no me había dado cuenta?
Negué con la cabeza.
¿Y la línea? Se había cortado sin mas ¿o él me había colgado y después ignorado mis llamadas?
Todo esto carecía de sentido lo mejor sería que mañana cuando llegara hablara con él y me dijera de una vez por todas que estaba ocurriendo.
.
.
.
.
.
Se llega el gran momento y... el final también D: si, así de rápido.

Nunca dejé de amarteWhere stories live. Discover now