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El calor es sofocante, pero vale la pena estar aquí parada con mi bandera.

Me sorprende ver a tantas chicas y chicos, unos hasta desnudos; todos pidiendo que seamos respetados.

Llegué sola, pero ya estando aquí unas chicas se juntaron conmigo, dos de ellas son bisexuales, una es lesbiana y la otra es heterosexual, pero nos apoya.

—Esperen aquí, vamos con unos amigos, no tardamos —nos dice Mary, una de las bisexuales.

La rubia de a mi lado y yo asentimos, viendo como el resto de las chicas con las que estábamos se van.

La chica realmente es bonita, tiene unos lindos ojos celestes, su cabello rubio y su piel pálida.

—Tu cabello me gusta —me dice la rubia sonriendo.

Dios, su voz es tan ronca, ronca y sensacional.

La volteo a ver, su sonrisa es tan linda gracias a su blanca dentadura y sus rosados labios.

—Gracias, igual me gusta el tuyo —le sonrío.

Ella sigue sonriendo, mirándome a los ojos.

—Hago lo posible para mantenerlo sedoso, aunque he de decirte que no soy muy vanidosa —ríe.

Moriré, esta chica es tan... tan linda.

—Justo como me gustan las chicas —pensé diciéndolo.

Ella al instante se puso más roja que un tomate. Ay, que linda se ve así.

—¿Cómo te llamas? 

—Soy Ash, ¿y tú? —le respondo.

Empieza a jugar con sus manos.

—Lindo nombre y poco común, yo soy Arabella —me sonríe nuevamente.

Oh dios. Se llama Arabella.

—Igual es hermoso —me ruborizo —Tengo 17, ¿tú?

Trato de entablar conversación.

—Igual, cariño.

Miro alrededor; todos siguen caminando con su bandera y no se visualizan las demás chicas. Más aparte de que el calor quema demasiado.

—¿Quieres dar un paseo? —le propongo.

Arabella; lesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora