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No tenia nada que hacer.

Arabella no podía hablar ya que se había ido a sus clases de guitarra, así que lo único que me quedaba era sentarme frente al espejo y mirarme a los ojos.

Tengo ojeras y los párpados caídos por no poder dormir bien. Mis ojos se encuentran en su color, pero más obscuros.

Mi teléfono empezó a sonar.

—Hola —le contesto la llamada a mi amiga.

—Ashleen, me enteré que ya estás de vuelta en New York, así que no sé si quieras ir a pasear un rato a la plaza —me invita.

Realmente no tengo tantas ganas de ir, pero ya que no quiero morir de aburrimiento, sin ganas le acepto.

—Está bien, ¿en cuál y a que hora? —le pregunto desanimada.

—La que está cerca del instituto y en media hora —habla feliz.

Tuerzo los ojos, aveces es tan feliz que simplemente me dan ganas de degollarla.

—Ok.

Cuelgo y tiro mi celular a mi cama.
Sustituyo mi cómoda pijama por unos jeans negros rasgados, mis botas industriales, una playera de Slipknot negra y un chongo.

Tomo mi vieja y bastante usada mochila en la cual meto lo mismo de siempre y salgo de mi casa.

Llego a la plaza gracias a un taxi.

Bien, supongo que no será tan malo pasar un rato agradable con mi amiga.

Oh mierda. Ellos están aquí.

Arabella; lesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora