La gente común nunca se da cuenta cuando hay un genio a la par de ellos, de vez en cuando los ven pasar sin decir palabra, otras veces solos en las bancas de un parque, pero ¿Qué pasa cuando dos genios viven juntos? Sherlock Holmes nunca pensó en te...
—Solo porque disparé a la pared se enojó—Me recordé de que la había escuchado llorar, pensé mucho en eso, por otro lado pensaba el por qué mis recuerdos estaban saliendo de mi palacio mental, había intentado embotellarlos para siempre — Luego ella me golpeo y lloró
– ¿La hiciste llorar? Por amor de Dios Sherlock ¿Qué te pasa? — Dijo mientras me miraba con desaprobación — Debes ser más amable...
—Ya llegamos señores — El taxista interrumpió la charla, cosa que agradecía mucho, me bajé inmediatamente. No quería otro sermón mañanero ya había tenido suficiente con el de las drogas.
Caminé por la acera del lugar del asesinato había sido enfrente de la casa, cuando estaba cerca noté el cuerpo todavía en las escaleras. Seguramente Lestrade había dicho que no se tocase nada hasta que yo, su salvador, llegara. Todo iba bien hasta que a lo lejos la vi, estaba parada con los brazos cruzados dejando ondear su cabello con el viento. Me fijé que no se miraba igual que el primer día, se miraba como si estuviera... Nerviosa.
—Mira ahí está ya Brigette — John interrumpió mis pensamientos, lo observé por un momento y luego comencé a caminar sin parar.
Cuando llegue el primero en recibirme fue Lestrade, se miraba muy confundido, como siempre. Sonreí al verlo de esa manera.
—John, Sherlock — Nos dijo mientras nos indicó seguirlo — Es hermano de la primera mujer asesinada, no sabemos otra cosa, pero lleva el mismo patrón, un disparo en la cabeza y un vaso regado. Luego cuando entramos a la casa nos dimos cuenta de que el tipo tenía una pequeña afición por las revistas de mujeres...— Graham nos miró de manera cómplice, John pareció entender a la primera. Obvie el comentario.
— ¿Cómo se llamaba? — John estaba muy interesado en cosas estúpidas, pero cuando llegamos la chiquilla ni se fijó en nuestra presencia tenía la mirada perdida en el suelo y se estaba mordiendo... su labio... inferior, no pude evitar fijarme en el gesto, sin quererlo lamí mis labios, pero no sabía por qué.
—Brigette tiene esa información, ella fue la primera en encontrar la identificación — Graham se llevó la mano a la boca y me fije que tenía un cigarro — Sé lo que me vas a decir, pero estoy muy nervioso.
—Será mejor que ese cigarrillo mate a otra persona — La chiquilla apareció de repente, levantó su mano y le quitó el cigarrillo de la boca a Lestrade — Qué haría Scotland Yard sin ti.
—Brigette ¿Fumas? — John estaba tan sorprendido como nosotros dos, pero él si pregunto algo que yo no haría. La observe mientras le daba una aspiración al cigarrillo.
—No, no fumo John. Solo que... estoy... salvando la vida de Greg — Ella me miró a mi y luego a John — Además, eso no importa no estamos aquí para saber nuestros... vicios — La lengua se le trabo al decir eso.
— El nombre de la víctima, lo necesito para investigarlo — Tiró el cigarrillo y lo aplastó. La chica solo me observó, pero no miraba ni un atisbo de vergüenza por lo pasado anoche.
—Se llamaba Carl Evans, su hermana la fallecida ya hace dos días se llamaba Claudia Evans obviamente, el problema es que los dos murieron en sus casas. Por lo tanto...
—Conocen a su asesino — Interrumpí, para mi sorpresa ella solo asintió, vaya que estaba mal. Yo caminé hasta la entrada de la casa adonde estaba tendido el cuerpo del hombre, lo mismo un disparo detrás de la cabeza... el rostro del hombre se miraba preocupado. Sí conocían a su asesino no debían de lucir preocupados a menos que supieran qué era lo que iba a suceder.
Seguí observando el cuerpo. No había ningún indicio de violencia, ni siquiera de un empujón, el tipo era casado, tenía una buena vida con su mujer por el estado del anillo, pero entonces qué rayos le había sucedido.
— Aquí hay un vaso de café — La chica se puso un guante y levanto el vaso de café para mostrárnoslos a todos — Seguramente como Sherlock ya analizo la otra taza debe saber qué tipo de veneno ha sido utilizado — Su tono se hizo meloso con un toqué provocador.
—Los tengo en el Bart's — Mentí, por la charla "urgente" que tuve con John no termine de llevar la taza al laboratorio — Ahora en la tarde te puedo dar los resultados
Me acerque a la chiquilla, debía quitarle el vaso de café quería analizarlo también así podría comparar los tipos de venenos, si es que eran diferentes. Cuando iba a tomar el vaso de sus manos se alejó de mí.
—No — frunció el ceño — Este es mi vaso, si por tu capricho, quieres otro pues no te estaré dando premios. Yo no soy Lestrade — Dicho esto se encamino a la salida de la calle dejándome con los ojos como platos.
—Wow, vaya que carácter — Greg y John se habían acercado a mí — Es una hermosa mujer, en ella esas actitudes se ven bien. —Greg la señaló de pies a cabeza mientras caminaba.
— ¡Es un diablo vestida de saco! — John observó mi vestimenta. Rodé los ojos, sabía lo que estaba pensando. Pero no conteste nada, solo empecé a caminar hacia la avenida para poder llamar un taxi.
∞
Molly nos iba guiando por los pasillos del Bart's hasta el laboratorio, John y yo no habíamos hablado nada en el taxi, lo que me sirvió para poder pensar bien las cosas del caso, en realidad el único factor que no comprendía era el disparo en la cabeza, no tenía ningún sentido además de despistar o era algún mensaje... Debía analizarlo más a fondo.
En ese momento me di cuenta de que John y Molly venían hablando conmigo, bueno o por lo menos eso pensaban ellos. Los observe detenidamente, quizá podría descubrir de lo que estaban charlando. Nada importante para mi mente.
No quería seguir escuchando murmuras absurdas que me sacarían de mis razonamientos lógicos, así que me adelanté todo lo que pude, caminar rápido para dejar atrás a las personas no era un problema para mí. Siempre lo había hecho... Aun cuando solo era un niño. Era mi forma de evitar muchas cosas.
Fui el primero en llegar al laboratorio, ahí me sentía más cómodo. Me senté en el primer taburete que encontré para quedar enfrente de un microscopio. Pero al ajustar la mirilla me quede helado, las manos me empezaron a sudar, me levanté de ahí tirando unas probetas de paso.
Me tomé la cabeza con las manos, los nervios me habían ganado por un momento, en mi frente sentía como corrían unas pequeñas gotas de sudor. Lo que había visto en el microscopio era un pequeño papel. Pero que contenía un gran significado para mí, en el papel estaban escritas dos palabras... "Me extrañaste"
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