Capítulo 7

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Lorna no podía evitar sentirse ridícula con aquel vestido cada vez que se miraba al espejo. Estaba poco acostumbrada a verse con aquel tipo de prendas, pero entendía que aquella era una ocasión especial, así también quería agradar al resto de sus compañeros de gremio.

Habían pasado unos días desde el enfrentamiento que Natsu y ella habían tenido en la parte trasera del gremio. El patio había quedado completamente destrozado, así que, como castigo, los dos habían tenido que trabajar en arreglarlo, aunque, afortunadamente, habían terminado recibiendo algo de ayuda por parte de Lucy, Gray y Erza. Ahora que su trabajo había terminado y Makarov volvía a estar satisfecho, todos habían encontrado una excusa perfecta para celebrar una fiesta.

Lorna no había ido nunca a fiestas, pero Cana le había dicho que debía ir guapa, aunque no sabía cómo se suponía que iba a ir guapa si llevaba aquel vestido amarillo que la morena le había insistido tanto en comprar. La peli rosa llevaba varios minutos preparada, pero dudaba de si había tomado la decisión correcta. Cuando había ido de compras con Cana, Charle, Wendy y Lily, todos habían querido recomendarle algo que comprarse y deseaba agradar a todos, pero había llegado a la conclusión de que, en ese instante, era imposible.

Finalmente, optó por el vestido amarillo y por soltarse el pelo y dejarlo caer en cascada por su espalda. Miró sus pies y sonrió. Hacía tiempo que no dejaba a un lado sus pesadas botas de cuero negro por unos zapatos ligeros como aquellas sandalias de tiras blancas, así que se sentía extraña.

Antes de salir del pequeño piso que había alquilado en la ciudad de Magnolia, tomó un pequeño bolsito de color blanco en el que guardó el cristal que con tanto ahínco estaba conservando. Prefería llevarlo consigo, ya que era mucho más seguro que dejarlo en aquel piso. Cualquiera podía entrar y rebuscar entre sus cosas.

Caminó por las calles de la ciudad, prácticamente vacía una vez había caído la noche. Todavía hacía buen tiempo, pero aquella noche, Lorna no dejaba de sentir escalofríos. Quizá tuviera frío, pero, en cuanto sintió sobre ella la luz del gremio, una calurosa sensación se instaló en su pecho.

En cuanto Lorna pisó un pie en el edificio, el ruido, los gritos, la música la saturaron por completo. Estuvo a punto de darse la vuelta, pero una voz femenina rápidamente se dirigió a ella.

- ¡Ahí estás!- Lorna giró levemente la cabeza para ver a Cana acercándose a ella dando saltitos y llevando una jarra de sake en su mano- ¡Qué guapa te has puesto! ¡Pero si llevas el vestido que te dije!- la chica la abrazó, claramente ebria por la cantidad de alcohol que había bebido.

- ¿Soy yo o cada vez bebes más?- preguntó Lorna, fulminándola con la mirada.

Cana emitió una sonora carcajada.

- ¡Esto es una fiesta de Fairy Tail! Tienes que dejar de ser tan aburrida. Anda, toma un poco y anímate- dijo mientras prácticamente le restregaba por la cara la jarra.

- ¡Lorna-san!

La peli rosa apartó el brazo de Cana de su rostro y miró a su derecha. Wendy y Charle se habían acercado hasta ellas, luciendo tan radiantes y sonrientes como siempre.

- Estás muy guapa- comentó la pequeña, adquiriendo sus mejillas un adorable tono rosado.

- ¿Has visto, Wendy? Lleva el vestido que yo le dije que se comprara. Eso significa que me quiere más a mí.

Lorna dio un respingón.

- ¿¡Lo dices en serio!? No sabía que si me ponía la prenda que uno me recomendaba significaba que le quería más- la chica se giró rápidamente hacia Wendy y Charle- No es lo que parece- añadió, negando con ambas manos, nerviosa por la situación.

Fairy Tail: La luz de Sefirot [EN HIATUS]Where stories live. Discover now