ocho

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–¿Por qué me ignoras? —Johnson, como he decidido llamarlo ahora, me tomó por el brazo.

–No te ignoro. —Tragué fuerte cuando me di cuenta de lo cerca que estábamos.

–Si, si lo haces. El otro día te pregunte si ibas a ir a la pista y dijiste que no, luego si querías ir conmigo a una fiesta, también dijiste que no y ni siquiera me has mirado cuando te salude hoy en el instituto. Dime ¿qué demonios hice para que me ignores a tal manera? —Jack, digo Johnson, estaba enojado y su agarre se había intensificado.

–Solo, no he tenido tiempo. —Susurré, su rostro estaba tan cerca que me ponía nerviosa. Trate de alejarme pero eso hizo que las cosas empeorarán, o mejorarán, por qué Johnson me acercó más a él.

–¿Alguien te dijo algo sobre mí? —Jack, o Johnson, ¿saben? es agotador estar diciendo eso todo el tiempo, le volveré a decir Jack. Jack trataba de leer mis ojos, muchos dicen que los ojos siempre dicen la verdad, no todos pero si la mayoría.

–No. —Si, mi hermano me dijo que me alejara de ti al igual que una loca llamada Jenny.

–No mientas America, dime la verdad. —Si nariz casi rozaba la mía y mi respiración era irregular. Jack se dio cuenta de ello y su respiración también cambió.

–Yo... yo... nadie me ha dicho nada, Jack. De verdad no he tenido tiempo para ir a la pista. —Mordí mi labio inferior nerviosa y la vista de Jack se dirigió hasta ahí.

–No es necesario mentir, si alguien te dijo algo sobre mí, no lo creas, los rumores son solo rumores ¿no es así? —Recordé lo que yo le había dicho hace un mes en la cafetería.

–No te miento, Jack. —Jack suspiró y pude ver como su cuello se movía mientras tragaba.

–Si lo haces, America. Tus ojos cambian de color cuando mientes. De verde pardo pasan a un color amarillento, no me mientas America, no a mi. —¿Cómo demonios él sabe eso? Solo mi familia y Camille sabían.

–Esta bien, quizás alguien me dijo que me alejara de ti. —Ahora Jack estaba confundido, frunció su ceño y se alejó unos centímetros, casi nada.

–¿Quién?

–No, no... no puedo decirlo. —Jenny está verdaderamente loca, no es que yo sea tan miedosa o algo por el estilo pero si le tenía algo de "respeto" a Jennifer.

–¿Fue Jake? —Y cuando creía que no podía apretarme más, ahí estaba su mano haciendo cada vez más fuerza en mi brazo.

–No, fue una loca maniática capaz de cometer hasta un homicidio. Y no quiero morir tan joven, Jack, enserio no quiero. —Jack levantó una ceja y me miró divertido ¿qué le encuentra de divertido? que alguien te amenace no es para nada divertido.

–¿Esto es enserio? —Jack me soltó y empezó a reírse como si yo tuviera un disfraz de payaso y le hubiera contado el mejor chiste de la historia.

–¿Por qué te ríes? No es gracioso. —Me crucé de brazos y bufé.

–¿Quién demonios te amenazaría para que te alejaras de mí?

–La loca de Jenny, es una maniática, con problemas de personalidad, me asusta. No viste sus ojos, parecía que estuviera hablando con alguien que llevara encerrado años en un loquero. —Jack dejó de reír apenas mencione a Jenny.

–¿Esa niña te amenazó? Deberíamos llamar al hospital que la dejo salir. —Jack se estaba burlando de mí, no voy a permitir que algo tan serio él se lo tome en broma, no señor.

–Esta bien, tú llamas, les dices que se les ha escapado una loca y luego la encierras. Yo voy por un batido de fresas, adiós. —Retome mi camino por el centro comercial hacia un negocio donde vendían los mejores batidos que podrías tomar en tu vida.

–Hey, America. Está bien, no te preocupes, yo hablaré con ella y resolveremos esto. —Jack llegó hasta mi lado y sus palabras parecían sinceras.

–No tienes que hacerlo, Jack. Quizás alejarme de ti es lo que tuve que hacer desde el principio.

–Ese es el problema, no quiero que te alejes de mí. —Mi corazón se detuvo por una milésima de segundos, la respiración comenzaba a fallas y creo que ya padezco de asma. Todo es culpa de Jack, de sus palabras y cercanía.

–¿Y si yo quiero alejarme de ti? ¿no has pensado en lo que quiero yo?

–¿Eso es lo que quieres, America? Si eso es lo que quieres dímelo mirándome a los ojos. —Jack se puso firme.

–No lo entenderías.

–¿Qué cosa? ¿de el por qué te quieres alejar de mí? No lo entiendo ahora, deberías explicarte. —Jack cruzó sus brazos.

–No puedo explicarlo, Jack. Mi salud metal está en juego. Revuelves mi mente a tu manera, la haces llegar algo y luego caer, no sabes lo que causas en mí. Haces que todo en mi se acelere, desde el latido de mi corazón hasta la fluidez de mi sangre. Con una sola mirada haces que me tiemblen las rodillas, me siento débil y si hay algo que odio es la debilidad. Siento que hasta asma tengo cuando estás cerca, la respiración me falla y las palabras se trancan, ni siquiera sé cómo te estoy diciendo todo esto sin trabarme. No puedo con tantas emociones juntas, Jack, está sobre mi límite y sobre lo que mi cerebro está acostumbrado a sobrellevar. —Jack me miraba sorprendido, no lo culpo. Mis mejillas se encienden y los nervios empiezan a hacerse presentes.

Jack estaba callado, parecía que los ratones le habían comido la lengua.

No debí decirle todo junto, es como una bomba de información no esperada.

Me odio, de verdad estoy odiándome en estos momentos.

Y cuando parecía que no iba a emitir palabra alguna, un pequeño sonido salió de sus labios.

–Me gustas, America. —Y si mi mis piernas no temblaban hace unos minutos, ahora de verdad lo hacían— Y cuando algo me gusta, lucho por ello.

Jack se acercó a mí lentamente, tomó mis mejillas entre sus manos y junto nuestras narices.

Las respiraciones mezcladas y los labios rozándose fueron lo que me llevaron al cielo.

Jack Johnson me besó como nunca antes alguien me había besado y esa noche me dormí pensando en unos labios suaves y rosados que esperaba volver a probar muy pronto. 

N/A:

Capítulo corto, subido por falta de actualizaciones.

Same and Different «Jack Johnson»Where stories live. Discover now