Capitulo 3

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Sesshomaru acercaba su mano lentamente, Rin cerro los ojos con fuerza.

- ¡Amo Sesshomaru! - entro gritando un pequeño youkai con la piel verde, ojos de sapo, orejas puntiagudas al igual que su hocico.

- Que quieres. - su voz era fría.

- Su señor padre lo esta esperando para irnos.

- Hum.. - se incorporo y giro al frente, comenzó a caminar a paso lento, con cierta elegancia, al salir de la choza comenzó a volar, el pequeño demonio se sostuvo de la estola de su amo, mientras se alejaba logro percibir el olor a sal mezclado con el de las flores de la choza, Rin al ver que se fueron comenzó a llorar, espero un rato mas para salir del escondite, cuando salio lo primero que hizo fue acercarse a sus padres que yacían muertos con charcos de sangre a su alrededor, ella solo miraba y lloraba abrazando con fuerza la espada que le había obsequiado su padre, de tanto llorar se quedo dormida por un lado de los cuerpos de sus padres. 

Cuando despertó deseo que todo lo que había pasado el día anterior solo fuera una pesadilla, pero ver a sus padres sin vida le recordó su triste realidad, se levanto, dejo la espada ahí y salio haber que había pasado afuera, había cuerpos por todos lados, ella buscaba a Kohaku pero no lo encontraba, a la señora Kaede tampoco la veía, los aldeanos que sobrevivieron se encontraban acomodando sus cosas, se irían de ahí, Rin salio mas haya de su choza, pero los aldeanos la miraron con desprecio, ella no tendida por que, trato de ignorarles y seguir buscando a Kohaku y a Kaede pero nada, los aldeanos se alejaban de ella.

- Fuera de aquí niña! - le grito un anciano, Rin lo miro confundida —, tu padre era un traidor al igual que tu madre! 

- Eso no es cierto! - le grito.

- Si lo es, si no explica por que ellos encontraron el lugar y por que tu no estas muerta.- la aventó de un golpe, ella no entendía nada de lo que el decía, ella trato de seguir buscando a Kohaku, o al monje Miroku pero no los encontraba, pero alcanzo a escuchar que el general Taisho se había llevado algunos rehenes para hacerlos hablar, por eso decidieron irse de ahí, pero  a Rin la siguieron tratando mal, echándole la culpa de las muertes, inclusive la golpearon para que dijera la verdad y admitiera que su padre era un traidor, ella no hablo, ¿Que podía decir? Ella sabia que sus padres eran inocentes. En la noche, todos se encontraban en sus chozas ya que a la mañana siguiente partirían, ella no se quedaría ahí, así que solo movió los cuerpos a un lado y los cubrió con unas sabanas, tomo la espada que era lo único que tenia y salio de ahí, se sentía adolorida a causa de los golpes, la noche era muy fría lo que hacia que le doliera mas el cuerpo, comenzó a caminar entre el bosque con miedo perdiéndose entre la obscuridad.

Mientras en el palacio del oeste, el señor Taisho estaba muy molesto, Sesshomaru también pero no lo demostraba, su padre era mas expresivo, el no. 

- Como es posible que no hay ninguna pista de Inuyasha! - grito el general a sus lacayos que se encontraban arrodillados frente a el.

- Que es lo que ordena mi señor, hay tres rehenes.

- Que hablen! ¿En donde están?

- Se encuentran en el sótano.

- Iremos en unos instantes. - el youkai arrodillado se puso de pie y salio de ahí —, ¿Que tanto piensas Sesshomaru? - el mencionado no contesto, fueron directo al sótano, los rehenes estaban de pie pero con los brazos abiertos atados se encontraban en forma de "Y"  Inu los vio de arriba abajo —. Un monje, una sacerdotisa y un exterminador interesante, muy interesante. - una sonrisa se formo en su rostro. se acerco a la mujer —, ¿Como te llamas? 

- Kaede. - trataba de no sonar asustada o nerviosa.

- Bien Kaede ¿Donde esta Inuyasha? 

- No lo se. - Inu la miro serio y luego miro de reojo a Sesshomaru.

Amar o Matar.  (Editando)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum