CAPITULO 35: LA CIUDAD

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Al despertar procuro hacer el más mínimo ruido posible, camino en punta hacia el baño, me preparo y cuando me cercioró de que mis amigas estén dormidas salgo, pero me he equivocado y antes de que llegue al ascensor Ari me intercepta

-¿a dónde vas a esta hora?- dice mientras frota sus somnolientos ojos, ellas se quedaron hablando hasta entrada la mañana, hay un espacio de silencio, pero logro pronunciar
-bajaré a desayunar- uso como excusa, no me gusta, pero en este momento es necesario mentir, no quiero que nadie además de la persona que me acompañará sepa de mis planes
-espera, iré contigo- dice.
-está bien, pero apura que hoy tengo mucha hambre- espero que no me retrase, sino tendré que salir después de lo pensado y para ese momento cualquiera se puede dar cuenta de mis intenciones; la espero y ambas bajamos a desayunar. Cuando terminamos, al salir del comedor nos encontramos cara a cara con Irina y sus amigas, Ari inmediatamente reacciona
-eres una mentirosa, ¿cómo te atreves a inventar todo eso para separarlos?- una risa escapa de los labios de Irina
-no sé de qué hablas, no he inventado nada, muy bien sabes cómo es tu hermano, no puede estar satisfecho solo con una y menos con esta- dice señalándome- cada vez que me necesite, ahí estaré yo- sus compañeras se ríen
-tan comedida- intervengo con sorna -deberías tener más respeto por ti misma y no andar de perra regalada-
-¿tan tocada estas?, pero a mí lo de "perra regalada" me ha funcionado muy bien, en cambio a ti por lo visto lo de santurrona no te ha dado resultado. Deberías haber visto lo que hicimos en tu cama, la adrenalina que sentíamos por ser descubiertos...-
-¡cállate!- le grito. Pero no para
-deberías aprender a conocer sus gustos y la pasamos bomba aquella vez que llego tu amigo ese ¿cuál es su nombre?- dice un una de sus largas uñas tocando su mentón
-¿Jace?- digo en un susurro
-no escuches a esta, lo único que sale por su boca son embustes- me aconseja Ari, pero yo quiero saber qué es lo que dirá
-¡ese mismo! Aquel día llego a mi muy necesitado el pobre Alex, fue insaciable- la rabia que siento se apodera de mí, escucho como se asombran las compañeras de Irina; mis manos hormiguean, Ari me toma del brazo y me saca de allí
-cálmate- me dice -no son más que mentiras-
-eso lo sabré ahora mismo- digo subiendo hacia el cuarto de Alexandre. Al llegar lo primero con lo que me encuentro es una botella vacía de licor, en el interior quedan los restos de la bebida marrón, posiblemente whisky, exploro la amplia habitación y lo encuentro tirado en una esquina, me arrodillo y le miro, se encuentra con otra botella en su mano, tiene los ojos cerrados y su cabeza reposando en la pared
-Alex- le susurro, al escucharme reacciona llevando la botella a sus labios
-Kara- dice con una ebria sonrisa, su voz suena rasposa -¿ahora si quieres escucharme?- le quito la botella y la tiro a la alfombra provocando un estruendo
-deja de perderte en esa porquería, quiero que me respondas algo- digo. Ari se acerca, me ayuda a que se ponga en pie y llevarlo a su cama
-ya te dije que no tuve nada con ella ¿porque no puedes creerme?- dice como un niño al cual sus padres lo han acusado de algo que ha hecho su hermano
-no se trata de lo que paso ayer, solo quiero que respondas a esta pregunta, ¿fuiste en busca de Irina al ver Jace estaba aquí hablando conmigo?- el me alza a mirar con expresión de arrepentimiento
-lo siento- dice en un susurro y luego trata de escudarse- es que tenía tanta rabia por lo que hiciste que...-
-¿por lo que yo hice?- lo interrumpo- ¡tú me envolviste en mentiras!, pero tarde o temprano todo se descubre, ¿por cuánto tiempo pensabas seguir con la farsa?, es suficiente con tu respuesta, hablare contigo cuando estés completamente sobrio- estoy por salir cuando grita
-¡debes dejar esa bendita costumbre de creerle a los demás antes que a mí!, comprende que hay muchas personas que nos quieren separar y harán lo necesario para hacerlo, no los dejes por favor, no me dejes luchando solo contra ellos-
-aquí el único que está consiguiendo separarnos eres tú mismo con tus acciones- grito- ya no sé si valga la pena luchar- digo más bajo saliendo de la habitación, no aguanto más estar aquí.
Ari me sigue hacia donde quiera que vaya, al encontrar a Lia le pido que lleve una sopa al cuarto de Alex que le ayude a quitar la borrachera.
-deberías quedarte con tu hermano- me dirijo a Ari
-no, Lia ya se encargara de él, no dejare que te vayas sola en el estado en el que estas- dice al ver que me dirijo al portón de salida
-gracias- le digo haciendo una mueca como intento de sonrisa.
Dejamos el castillo atrás, caminamos sin rumbo fijo por algunas horas en silencio, lo cual agradezco porque no tengo ganas de hablar; a la lejanía se miran unas cuantas casas, inconscientemente hemos llegado a la ciudad. Puedo aprovechar para realizar la investigación, pero no sé qué haré con Ari, creo que lo mejor es que le cuente mi plan, no completamente claro esta y tal vez me apoye. Eso es lo que hago, le comento sobre la investigación que quiero hacer sobre las desapariciones, pero dejo de lado el tema de mi intento de secuestro, ella acepta entusiasmada
-hoy seremos detectives- dice.
Entramos a una tienda de ropa y nos cambiamos para que nadie reconozca a la princesa, dejamos nuestros vestidos en la tienda y quedamos en recogerlos al final de la tarde. Ari me ayuda a ingeniar un plan, debemos empezar a hacer interrogatorios indirectos, la técnica consistía en sentarnos en el mesón de una cafetería y hablar sobre el tema en voz alta para que el que estuviera a nuestro lado se uniera intrigado a la conversación, suministrando la información que tuviera.
Al final de la tarde hemos terminado exhaustas, pero he conseguido lo que quería y toda la información adquirida me confirma lo que he estado sospechando, las personas que desaparecieron, son las que han dado muestras de tener el mismo poder por el que Alex me ha llamado "especial".
Ya es hora de regresar al castillo, debemos apresurarnos o no alcanzaremos a llegar antes de que el sol se esconda. Ari me pide acompañarla a una joyería en la que se ha antojado de un hermoso collar, pero yo me niego porque no quiero pasar por ese camino tan tenebroso hacia el castillo en la noche, y debemos ir aun a recoger nuestro ostentoso ropaje a la tienda, me mira con ojos suplicantes y le propongo que ella vaya por el collar en tanto yo por nuestra ropa así nos reuniremos lo más rápido posible en el camino a la salida de la ciudad, se va muy contenta y yo me dirijo a la tienda. Cuando ya he conseguido la ropa me dirijo hacia el comienzo del camino, Ari no ha llegado aún, debería haber llegado antes, ya que la joyería queda más cerca de este lugar, de pronto escucho el grito de mi amiga en alguna parte, empiezo a correr hacia donde la he escuchado, cuando logro verla a lo lejos corro hacia ella, se encuentra amordazada y atada a uno de los árboles, lágrimas ruedan por su rostro y niega una y otra vez con la cabeza, cuando me doy cuenta que es una trampa ya es muy tarde, cuatro hombres con su rostro tapado aparecen y uno de ellos coloca un cristal realmente raro frente mi rostro, mientras otro me inmoviliza, reconozco la piedra de inmediato, es un dessiria, he investigado sobre el en los estudios con Irina. Miro que Ari voltea a ver hacia otro lado, se puede observar el dolor grabado en su rostro, sin embargo no hace efecto en mí, pataleo y me esfuerzo en zafar mis manos del agarre del malhechor, pero es muy fuerte. Parecen no saber qué hacer, el chico en frente mío se nota que tiene menos masa corporal que los otros mastodontes que nos custodian
-que, ¿se te acabo el arsenal?- digo, he empezado a sentir el poder llegar a mí, sé que mis ojos irradian luz
-eso es lo que crees- dice una voz que reconozco inmediatamente, el saca un pañuelo de su bolsillo y yo he quedado muda
-¿Jace?- digo sin poder creerlo
-solo déjate llevar- dice tapando mi boca y nariz con aquel pedazo de tela carmesí, empiezan a sonar alarmas por todos lados, poco a poco mi entorno se difumina y quedo sumida en infinita oscuridad.

FIN

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