La admisión: Fracasaste como adolescente

Fracasaste como adolescente si no le diste una despedida al verano.

Fracasaste como adolescente, si no le diste una despedida al verano.

Gaspar la miró a los ojos, mientras tomaba un mechón marrón de su cabello.

-Te amo. Pero creo que lo nuestro no debe continuar;  no eres tú… soy yo el que no es lo suficientemente bueno para ti. ¿Entiendes?-El chico desvió la mirada intencionalmente en un gesto de vacilación que tenía practicado hace ya, un tiempo.

Sentados en la banca de un parque, en pleno atardecer, Gaspar se despedía del que fue su gran amor de verano. Si con “amor de verano” te refieres a la última persona con la que estuviste antes de que comiencen las clases, claro. El pelinegro miró su reloj de muñeca disimuladamente, evitando que la chica en cuestión notara su inquietud. El  rompimiento estaba tardando más de lo que tenía presupuestado.

Al menos él se daba el tiempo de terminar las cosas de frente, no como sus amigos que preferían que un mensaje de texto les hiciera el trabajo, menudos cobardes. Además esta chica merecía algo de consideración: Era linda, divertida… y no muy puta. Y había sido una excelente compañía por las tres semanas  y media que estuvieron juntos. De hecho, con la chica, había roto su regla de “máximo tres semanas y adiós”. Pero como todo en esta vida, debía terminar. Es la ley natural de las cosas. Einstein lo dijo… y si no fue él, algún otro nerd sabiondo.

Estaba agradeciendo al cielo que la susodicha no se lo estuviera poniendo difícil, en un rompimiento como este,  cuando le dices de sopetón que se acabó, luego de la incomprensión se pueden tomar dos caminos, la aceptación o la negación. La aceptación es básicamente un asentimiento con la cabeza, alguna que otra lágrima y ojos vidriosos, e incluso, en algunos casos, un comentario vago sobre el tema. En cambio la negación pasa por diferentes etapas que, dependiendo de su evolución, pueden terminar contigo con lesiones de menor gravedad, o gravedad media, si la chica de verdad estaba enfadada…o muy loca.

 Después de las típicas preguntas de “¿por qué?” y  “¿qué hice mal”? viene la ira, donde todo es tu culpa y tú arruinaste la relación. Desde aquí la chica puede tomar dos opciones, el resentimiento o la negociación, donde hará de todo para retomar la relación. Después de eso, puede que simplemente te odie por el resto de tu vida, o puede volverse una ex-psicópata  que te persigue para todos lados, la que intenta volver a toda costa, y se hace un problema para tu integridad física y emocional.

Gaspar estaba feliz de que la chica tomara el camino de la aceptación, porque la muchacha le caía muy bien e incluso estaba dispuesto a volver a llamarla en algún momento futuro, pero sus planes se derrumbaron cuando ella empezó a insultarlo. >>…y aquí viene<< pensó.

Sí, la que fue su novia por unas semanas, pasó por todas las etapas de la negación, incluyendo golpes en su bien formado hombro. Miró su reloj de nuevo, >>Mierda<<, sus amigos pasarían por él en cinco minutos y en estos momentos él debería estar duchándose. Necesitaba terminar esto rápido, pero hablarle duro tampoco era una opción. Acunó el rostro de la chica en sus manos y la miró directamente con su muy ensayado gesto de sus ojos cafés.

-Eres lo mejor que me ha pasado…->>Durante el verano<<.- Y de verdad me gustaría seguir viéndonos y que este momento durara más, para intentar explicarte con palabras todo lo que siento.-La chica asintió con la cabeza, sus ojos en cualquier punto lejos del rostro de Gaspar.

Dudó en si debía darle un beso antes de irse, la verdad es que la chica era linda, y él se merecía un beso de despedida. Pero lo pensó mejor y llegó a la conclusión de que estaba demasiado enojada como para besarla, mejor cuidar su integridad física.