31. Lo que somos capaces de hacer.

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Después de que ocho integrantes dejaran el equipo, nos reducimos a seis miembros, así que nos vimos obligadas a participar en la coreografía también. Anteriormente nos dedicábamos a apoyar en lo que fuera necesario y ahora debíamos participar como miembros activos en la rutina. Bailaríamos durante más tiempo e intentaríamos hacer piruetas.

—¿Pretendes que yo, el fracaso deportivo, sea levantada en el aire y abra las piernas en un split o cómo se llame? —Coraline miraba a la francesa con los brazos cruzados—. Te recuerdo que ya pasó el día de los inocentes —ella soltó una carcajada, esperando que An se riera y le dijera que bromeaba.

—Te enseñaré. Sophie puede hacerlo aunque también es un fracaso —repuso la pelirroja.

—Gracias, supongo —intervine, golpeada por la honestidad de la chica.

An se levantó del suelo y dio una palmada para llamar la atención del equipo.

—En sus posiciones, chicas. Quédense en la segunda línea si son las que harán las primeras piruetas. Las bailarinas en el frente. Recuerdan cuándo cambiaremos de lugares, ¿no?

Asentimos con la cabeza, salvo Marie.

—¿Tienes algún problema, Marie? —pregunté.

—¿Están seguras que nuestra coreografía es llamativa? Fui a ver el ensayo del otro equipo y las chicas eran hermosas. Se parecían a An, Coraline y a ti. Además hacían movimientos extravagantes y sensuales. Siento que con nosotras no tienen oportunidad de destacar —se veía compungida, la tristeza le inundaba y las lágrimas amenazaban con desbordarse.

¿Tan aplastada tenía la autoestima? No, ¿tanto se la habían aplastado?

—La sensualidad suele ser un punto importante a la hora de interpretar una canción, pero no resulta estrictamente necesaria. Podemos destacarnos por el empeño que mostremos en la presentación, no se preocupen —habló An, sonriéndole en un intento por darle ánimos—. Usaremos lo contrario a la sensualidad, ¿saben qué es?

—¿La fealdad? —sugirió Hana, ocultando su rostro.

—No, la ternura —Coraline les dedicó una sonrisa ladeada mientras se acercaba—. Por cierto, está bien que no se consideran perfectas porque nadie lo es. Un bonito cuerpo o una linda cara no equivale a perfección. No busquen perfección, sino la mejor versión de ustedes mismas —añadió. Ellas asintieron, alegrándose por su comentario.

—¿Quieren empezar ahora? —propuso An.

No fue necesario decir otra palabra ya que nos colocamos en nuestros respectivos lugares, quedaba poco tiempo por lo que teníamos que aprovecharlo.

(...)

—¡Son un amor! Quería que me visitaran de nuevo —dijo Olivia cuando atravesamos la puerta de su habitación.

—Me pediste que te informara de nuestro avance, ¿no? Alyssa y las demás se fueron, pero te aseguro que estamos haciendo un buen trabajo.

—No lo dudo, no lo dudé ni por un instante, Angelette —extendió una enorme sonrisa y sus ojos transmitían sinceridad.

—Tengo miedo de decepcionarte de nuevo —murmuró An, apenas audible—. Lo he hecho antes y no quiero que dejes de hablarme.

—No dejé de hablarte porque estuviera decepcionada o algo así —Olivia apartó la mirada y fingió que leía, evidentemente no quería seguir hablando de eso.

—¿Por qué dejaste de hacerlo? —insistió la pelirroja, Coraline la golpeó en el hombro. An la ignoró y optó por mantenerse firme en lo que deseaba saber.

—No puedo contártelo —Sus ojos estaban enrojecidos, esforzándose por no llorar.

—Necesito saberlo, sé que te afecta mucho, lo siento. No me molestará, lo prometo...

—Tiene que ver con Alyssa, ¿no es así? —intervine bruscamente.

Había llegado a esa conclusión dado que era inevitable percatarse que su sola mención provocaba que Olivia se tensara.

—Sí, tiene que ver con ella.

—¿Es algo grave?

Olivia asintió.

—¿Tiene que ver con tu lesión?

Volvió a asentir.

—Creo que es obvio que ella es la culpable de los dos asuntos, no hace falta que lo confirme —An estaba furiosa, apretaba los dientes y había cerrado los puños con fuerza—. No puedo creer que esto haya pasado en mi ausencia, ni siquiera me preocupé por lo que pasaba, quise alejarme de ti porque me sentía culpable. Fui muy egoísta, lo siento —ella hubiera comenzado a llorar sino fuera porque Olivia le acarició la cabeza con cariño y acarició sus mechones anaranjados.

—Si fueras egoísta no vendrías a verme, tampoco te disculparías. Todo lo que ocurrió es mi culpa, soy demasiado débil y Alyssa es experta en aprovecharse de la vulnerabilidad de otros. Creí que podría con ella y me equivoqué —Olivia tomó su mano—. No me equivocaré de nuevo... —se detuvo por un momento, negó con la cabeza y siguió firme en lo que quería decir—. ¿Podrían mostrarle esto al director? —señaló una pequeña memoria que reposaba en su escritorio. A continuación, Coraline la tomó y frunció el ceño al mismo tiempo que la analizaba.

—Acostumbro filmar las prácticas para registrar el progreso entre un ensayo y otro. El día en el que me lesioné estaba grabando, se puede ver claramente que Ashley y Alyssa apartaron los brazos a propósito y me dejaron caer —explicó Olivia. Extrañamente no denotaba enojo o indignación, ni siquiera resentimiento—. Quiero que reciban el castigo que merecen. Estoy harta de permitir que hagan lo que quieran. Amenazan a todo el equipo, principalmente a mí. No puedo seguir con esto, es mi deber como capitana detenerlo. No quiero que las chicas continúen siendo intimidadas.

An se apropió de la memoria y asintió enérgicamente.

—Se la mostraré al director, y con nuestra coreografía, les demostraremos lo que somos capaces de hacer. Te lo prometo, Olivia.

—Confío en ti, cuando pueda regresar al equipo, las cosas cambiarán. Cuiden de ellas mientras tanto —pidió ella, dedicándonos una mirada que aseguraba que no abandonaría la valentía que la había invadido. Asentimos y encontramos un motivo más profundo para esforzarnos en la presentación.

FIN CAPÍTULO 31.











Otra comedia romántica absurda [OCRA #1]Where stories live. Discover now