Capítulo 5. Los cuatro hermanos: Ella

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Los ojos de la chica se posaron en los míos, pese a su baja estatura a la par mía, su mirada era muy fuerte, pero noté que tuvo un destello de reconocimiento, pasé a su lado sintiendo la fulminante mirada de la chiquilla. Me sentía muy confiado, era como si la mirada de la chica me retará a demostrarle que era mejor que ella, me concentré en la pared, pero quede mudo... ella tenía razón.

—Si no me creen deben bajar al patio o debe haber rasguños en el marco de la ventana — ¿Bélgica? Se acercó hasta quedar a la par mía en el marco de la pared, me fije de nuevo en sus ojos en ese momento brillaban por demostrar su teoría. Su proximidad me resultaba molesta — Aquí están.

—Sí, genial ahora ya sabemos cómo entro, gracias por tus servicios — Dije de manera tajante, me aparté de ella dejándola con una expresión de desconcierto en el rostro, no podía venir esta chica como si nada a quitarme, bueno, a deducir así — El cuerpo obviamente fue atacado desde atrás, pero el disparo fue hecho después.

— ¿A qué te refieres? — Lestrade siempre tan estúpido, negué lentamente.

—¿No es obvio? Esta mujer ya había fallecido cuando le dispararon — La chica se acercó al cuerpo, pero me fije que Lestrade seguía sin entender — Lestrade es sencillo...

—La envenenaron— La chica nos miró a Lestrade y a mi alternadamente — Su boca está seca, debe ser algún tipo de veneno que causé la muerte inmediata, seguramente algo que se pone en bebidas o — Sus ojos se abrieron, para levantarse de golpe, en ese momento entendí qué era lo que andaba buscando sin control.

—Esperen qué hacen — Lestrade nos miró a ambos — ¿Qué buscan?

—Una taza, vaso, copa, alguna bebida —Dijo ella mientras se metía debajo de la cama— ¡Aja! — Salió de debajo de la cama con una taza de té, traía unas telarañas en el cabello, tuve que contenerme la inmensa necesidad de ir yo mismo y volver a meterla debajo de la cama para que ya no saliera.

—Eso de qué sirve — Los dos volvimos a ver a Lestrade con el ceño fruncido — ¿Por qué me ven así?

—Pues te servirá para poder ver qué tipo de veneno la mató, si es que la mato un veneno — La chica me miro con cierto recelo en su mirada, cosa que me saco una sonrisa de lado, quería molestarla, aunque yo ya sabía que había muerto envenenada— Dame la taza la llevaré al laboratorio, la mujer ya no importa... será mejor que la metas en una bolsa.

—¿Por qué debería darte la taza? — Fruncí el ceño, qué le pasaba a esta chica nunca nadie me había contestado de esa manera y el único que lo había hecho era John — La que la quiere revisar soy yo. Ni siquiera sé quién eres ¿trabajas aquí?

Volví a ver a Lestrade, pero lo único que hizo fue encogerse de hombros, qué se creía esta chica, parecía que no pudiera vivir sin sentirse más inteligente que los demás. Sus ojos no se apartaban de los míos en ningún momento, me recordó a Mycroft, pocas personas podían sostenerme así la mirada sin intimidarse.

—Él nos ayuda en los casos, Brigette— Hasta que al fin salía algo bueno de Lestrade — Es alguien de mi confianza. Haz lo que él te diga — La chica lo miró con aire retador.

—Y si no le hago caso ¿qué? — Lestrade frunció el ceño, y ladeo la cabeza.

—Será mejor que lo hagas o trabajarás en las oficinas durante lo que te quedé de vida — Sonreí, la chica entre cerro los ojos, dio un bufido mientras me daba la taza.

Luego de esto salió con paso firme de la habitación, me quede un momento más. Lestrade se quedó conmigo, quizá pensó que le diría algo más del caso, pero no estaba ahí por eso, me había quedado pensando en la chica con la que me acababa de topar, no había deducido nada solo la había observado, como cuando quise observar a La Mujer... Era muy extraño.

My Reflection (Sherlock) (En edición) Where stories live. Discover now