Tu tristeza

882 89 43
                                    


Leo y Ravi vuelven del acuario, felices, pasar tiempo juntos sin los demás molestando era muy relajante. Mientras esperan que el semáforo cambie para poder pasar la calle, el menor dice algo que a Leo le avergüenza, entonces se da vuelta y lo golpea en el cuello. Wonsik, sonríe y agarra con ambas manos de la nuca a su novio, en ese momento sus ojos se desvían, viendo como el gato cruza la calle y Kookie corre persiguiendo al felino. Ravi pierde su sonrisa y abre grade los ojos mientras ve como la rueda delantera de un auto pasa por encima de su cachorro, y por si fuera poco, la rueda trasera también pasa por encima del cachorro. El auto de atrás se detiene y el que chocó al cachorro también.

Leo ve como el rostro del menor se va descomponiendo, primero sonreía, se asombra, se horroriza y finalmente se llena de tristeza. Taekwoon, preocupado, voltea viendo los autos detenidos, baja su mirada al pequeño bulto lleno de sangre, sus ojos se abren todo lo que dan al reconocer que es su cachorro. Se separa de Ravi y camina unos pasos hacia Kookie, a cada paso que da su boca se va abriendo horrorizada y su respiración se agüita, se detiene frente a él. Lo ve ahí, lleno de sangre y sin moverse ni un milímetro, sigue el camino de sangre que lo conduce a una rueda, levanta la vista y ve al conductor bajar del vehículo.

—¿Es suyo? Lo siento, lo siento —se disculpa el hombre muy arrepentido.

La tristeza de Leo se convierte en odio puro. Cegado por la ira, agarra al hombre del cuello de la campera y le da un puñetazo en el rostro, éste cae hacia atrás chocando con su auto. Taekwoon está por golpearlo de nuevo pero ya no tiene fuerzas, mira de nuevo a Kookie y siente una fuerte presión en el pecho, es doloroso, lleva una mano hacia ahí y comienza a faltarle el aire.

¿Por qué? ¿Por qué? Todo paso tan rápido, no pudo hacer nada. ¡Nadie hizo nada! Su cachorro, fue su culpa, él...

Ahoga un sollozo y todo lo ve borroso a causa de sus lágrimas. Se siente tan débil. Todo se vuelve oscuro antes de que las fuerzas abandonen su cuerpo.

Ravi, al ver caer a Leo, sale de su trance y corre hacia él, al llegar a su lado se arrodilla para comprobar que no se haya hecho daño. Agarra a Leo en sus brazos y revisa su cabeza, no tiene sangre pero de seguro luego tendrá un chichón. Wonsik levanta la vista y ve el pequeño cuerpo de Kookie delante suyo, sus ojos se llenan de lágrimas pero enseguida niega con la cabeza, no debe, Leo le necesita. Respira un par de veces de forma profunda y suave para tranquilizarse, cuando se siente listo, carga a su novio entre sus brazos y lo lleva hasta estar frente a Ken, quien está en estado de shock aún.

—Ken, dile a N que nos vamos —le pide Ravi sin dejar de ver a Leo.

Ken, le mira y asiente, camina hasta la puerta del local donde esta N con la mirada fija en Kookie.

—N Hyung, N Hyung —toca el hombro del líder y éste le mira—, Ravi dice que debemos irnos.

Hakyeon asiente y entra al local, ve que por la ventana están los dos menores y la empleada viendo la calle.

—Chicos, vámonos —les ordena, los chicos asienten y salen del local, la encargada se acerca a N.

—Sabes, aquí también sucede eso así que tenemos un mini cementerio, si quieres yo podría recoger al cachorro, meterlo en una caja y enterrarlo aquí —propone ella mirando al líder con los ojos llorosos.

—Sí, por favor —le pide N, intentando no quebrarse.

La chica asiente, busca lo necesario para enterrar el cuerpo.

Ken, abre la puerta de la furgoneta para que Ravi suba, éste se sienta en el fondo y acomoda a Leo entre sus piernas, deja con cuidado la cabeza de su chico apoyada en su pecho. Mira el rostro de Taekwoon, el recorrido de lágrimas en él, enseguida su mente le recuerda lo sucedido. Cierra los ojos y recuerda. No va a llorar, no debe llorar, tiene que ser fuerte, Leo es el más afectado en todo esto y cuando despierte llorara a mares seguramente, Ravi debe estar ahí para consolarlo, no debe quebrar, tiene que ser fuerte por los dos.

Por cada cosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora