Kissing Lessons|| Rubelangel

8.

Al día siguiente ambos chocan por ir distraídos por los pasillos. Ruben observa las ojeras de Miguel, y este los ojos verdes de su mejor amigo.

—H-Hey—murmura el castaño a la par que rasca su nuca con incomodidad.

—Ruben—Miguel responde con sequedad, y mira el suelo.

—Oye, c-con lo que pasó..

—Nada pasó Ruben; hagamos como si nada hubiera pasado—ambos se miran a los ojos, y asienten.

—Está bien. Haré como si nada hubiera pasado—contesta el ojiverde, y camina de largo hacia su grupo de amigos que lo esperaban desde varios minutos.

El pelinegro cierra sus ojos por segundos, y camina hacia la siguiente clase donde un Alejandro lo espera en el umbral de la puerta. Se dan un abrazo, y aunque Alex era un poco más bajo, el gesto fue muy tierno para los que los miraban.

—¿Listo para química?—murmura el petizo, mientras caminan hacia sus puestos.

—Nací listo—ríen y toman asiento mientras llega el profesor.

—M-Miguel, oye... con la cita del próximo viernes, n-n podré ir. Mi madre me ha encargado cuidar a mis primos, ¿te parece si lo adelantamos para este fin de semana?

—S-Sí, c-claro.

Ruben cierra su casillero con fuerza, y deja que Luzu lo tranquilice con algunas palabras.

—Vamos tío, no vas a estar molesto todo el día, ¿no?—posa la mano sobre el hombro contrario.

—No claro no—una sonrisa se forma en sus labios, cosa que alarma al castaño que se encuentra a su lado—Él dijo que hagamos como si nada hubiera pasado, bien.. No dijo qué, así que haré como si nunca nos hubiéramos conocido—toma su mochila y camina hacia la cafetería.

—¿Espera.. qué? ¿Qué te hizo Miguel para que le hagas esto?—Luzu pregunta preocupado.

—¿Miguel? ¿Quién es Miguel?—entran al lugar, y algunas miradas se posan en ellos.

—No te hagas el tonto tío, tu mejor amigo. Miguel Ángel Rogel..

—Oh, el perdedor que tiene un crush con Alejandro Bravo—se queda un rato pensando—N-No, no lo conozco—y con eso camina hacia la fila del almuerzo, donde su novia le sonríe a verlo.

El pelinegro estaba un poco preocupado, hoy era Miércoles y eso significaba que su mejor amigo se sentaría a almorzar con él, pero al verlo reír con sus amigos decide levantarse un poco extrañado y tocar el hombro de Ruben, y al hacer eso Luzu cierra los ojos esperando lo peor.

—¿Qué?—el ojiverde responde al ver al ojinegro.

—M-Me preguntaba si querías venir a sentarte conmigo—murmura algo incómodo al notar todas las miradas de los populares en él.

—¿Escuchaste eso Kellin?—el nombrado que estaba al extremo de la mesa, observando la escena, asiente.

—S-Sí, lo escuché Rubius—contesta.

—¡Oigan todos!—Ruben se para sobre su asiento y capta la atención de muchos en la cafetería—¡Este perdedor de aquí, quiere sentarse conmigo!—se escucha un silencio en el lugar, pero después de segundos las carcajadas resuenan.

Nadie entendía que era lo que pasaba, se supone que Ruben y Mangel eran mejores amigos. ¿Qué fue lo que pasó?

—¿R-Ruben? ¿P-Por qué dices eso?—pregunta al borde de las lágrimas. Que tu mejor amigo te insulte frente a varios estudiantes, duele porque no sabes el porqué de su reacción.

—Lo lamento niñato. Será mejor que regreses a tu mesa solo, y te quedes allí de por vida—las lágrimas amenazaban con salir, pero con dignidad se gira y camina hacia su mesa.

Los populares palmeaban el hombro de Ruben y las chicas lo felicitaban, al fin y al cabo todos los quisieron separados por el simple hecho de que eran como el agua y el aceite.

El ojiverde sentía una sensación rara en su cuerpo, se sentía sucio y triste, pero si esto hacía que los tontos sentimientos por Miguel desaparecieran, no dudaría en hacerlo varias veces más.

—¡Qué te pasa, idiota!

El ojinegro levanta la cabeza al escuchar ese grito, y observa a Alejandro y Ruben parados a punto de golpearse.

—Oh vamos..—se murmura a sí mismo, mientras se para y seca algunas lágrimas.