Me quedo callada porque en parte es verdad, al tenerle miedo a su reacción, en parte también estaba teniéndole miedo a el. Simplemente no pude hablar y las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. Peeta me acariciaba el brazo y recién entonces, durante ese silencio, me percate de que Effie daba vueltas como loca por el lugar diciendo cosas como: ¡O por dios! o, ¡Que se supone que haremos!.

-Vale, yo lo siento, no debí reaccionar así, entiendo que para ustedes no debe de ser fácil todo esto, pero buscare alguna forma de que esto del embarazo os veneficie a ambos, después de todo puede que halla patrocinadores que se apenen de una joven embarazada...-comento como en un suspiro.

Peeta y yo asentimos y comenzamos a caminar hacia la mesa donde nos espera la cena pero Haymitch nos deteniene.

-¿De cuanto estas?-me pregunta.

-Casi cuatro meses.

-Eso es imposible, por lo poco que se de este tema, se supone que deberías de tener... No lo se, ¿El abdomen mas abultado?-pregunta dudoso.

-Si es solo que...Esperen aqui-contesto y me dirijo a mi cuarto. Creó que será más fácil si ve esto por si mismo me digo.
Una vez en mi habitación me dirijo al baño y me levanto la blusa gris que traía puesta. Me desabrocho la faja y me la quito. Siento un alivio inmediato al soltar la presión de mi vientre. Cinna tenia razón, no podría usarla por mucho tiempo. Me bajo la blusa y antes de salir me detengo para mirarme al espejo. Mi vientre deberás crece y rápido, nose si seré yo pero me atrevería a decir que esta un centímetro más grande que ayer, aunque quizás exagere.

Cuando voy caminando por el pasillo hasta la sala un escalofrío recorre mi cuerpo. Estoy nerviosa.
Lo primero que veo cuando llego al lugar donde me encontraba antes es que los trozos de cristal de la copa que soltó Effie ya no están, al igual que ella. Los avox se los han llevado, a los trozos de cristal, no a Effie, obviamente.

Cuando Haymitch y Peeta me ven se paran de los sillones de inmediato, estaban hablando de algo pero se callaron misteriosamente cuando llegue. Aun así no estoy interesada en preguntar por lo que hablaban. Tengo demasiadas cosas en la cabeza como para preocuparme por una más.

En eso, los ojos de mi mentor me escanean de pies a cabeza, al igual que los de Peeta. Inmediatamente Haymitch rodea el sillón hasta quedar frente a mi.

-¿Co...co...cómo es posible?-pregunta tartamudeando mientras sigue con la boca abierta y sus ojos clavados en mi abdomen.

-Cinna ya sabía esto, me fue imposible no contárselo, más aun cuando el diseñaba mi ropa, así que cuando le dije me dio una faja especial para embarazadas, de esas que se usan aquí para preservar la figura de las mujeres. Pensó que no querría que todos se enterasen de esto y tenia razón por lo que la he estado usando desde hace un tiempo.

-Yo...aun no logro creerlo, esto es...demasiado para mi-dice.

Sin pensarlo dos veces tomo su mano y la dirijo a mi vientre, cuando la apoyo en el, el rostro de Haymitch se transforma. Sigue teniendo expresión de asombro pero mezclada con ¿Emoción?

Pasamos unos segundos así hasta que retira su mano.

-Bien eso ha sido, maravillosamente extraño-dice mientras se limpia una lágrima que apenas había comenzado a salir de sus ojos. Iba a preguntarle si lloraba pero decidí no hacerlo, porque seguro se excusaría diciendo que le dio comezón-ya, mejor vallamos a cenar-dice.

Y así es como me dirijo con Peeta a mi lado hasta la mesa donde el bufet diario nos espera, pero esta vez con la cara de asombro y nervios de todos los demás acompañándolo.

Paso los siguientes dos días entrenando, e increíblemente llego a conocer al menos un poco a todos los demás tributos. También podría decirse que desde que los demás vieron mi destreza con el arco me han aceptado casi de inmediato en la manada de los profesionales, pero de todos modos no me apetece estar ahí.

Hoy es el ultimo día de entrenamiento que termina con las sesiones privadas. A decir verdad, nose que hacer, quizás dispare flechas, pero Haymitch me dijo que los sorprendiera solo que se me acaban las ideas.

Como chica del Distrito 12, soy la última. El lugar se va quedando en silencio conforme los tributos entran a actuar. En lo único que puedo pensar de momento es que me quedan pocos días de vida.
Finalmente, Peeta y yo nos quedamos solos y él extiende su mano buscando la mía.

-¿Sabes ya lo que vas a hacer para ellos?

-Este año no puedo usarlos como blanco de tiro-respondo, sacudiendo la cabeza-, por lo del campo de fuerza y tal. Quizá me ponga a fabricar anzuelos. ¿Y tu?

-Ni idea. Ojalá pudiera hacerles una tarta o algo así.

-Pues camúflate-sugiero.

-Si los adictos me han dejado algo de material para trabajar- responde, irónico-. Llevan pegados a ese puesto desde que empezó él entrenamiento.

Guardamos silencio un rato y después le suelto lo único en lo que los dos estamos pensando.

-¿Como vamos a matar a estas personas, Peeta?

-No lo sé-responde, apoyando la frente en nuestras manos entrelazadas.

-No los quiero de aliados. ¿Por qué nos ha obligado Haymitch a conocerlos mejor? Hace que todo sea mucho más difícil que la última vez, salvo quizá por Rue. Pero supongo que, de todos modos, nunca habría podido matarla. Era demasiado parecida a Prim.

-Su muerte fue la más despreciable, ¿no?-me pregunta mirándome con el seño fruncido, como si pensara en algo.

-Ninguna fue bonita-respondo, pensando en los finales de Glimmer y Cato.

Llaman a Peeta y me quedo un rato esperando sola. Cuando entro veo un montón de tarros de pintura y pinceles esparcidos por el centro del lugar. Me acerco lentamente hasta ese sitio y me quedo petrificada con la boca abierta frente a lo que veo.
Peeta a pintado a Rue.

Ha pintado la escena de los anteriores juegos en la que decore a la niña con flores luego de su muerte. Al principio no comprendo porque lo hizo, pero luego recuerdo lo que me dijo el año anterior, que no quería ser una pieza más en sus juegos. En ese instante me doy cuenta de que también es lo que quiero.

Me limpio las lágrimas del rostro que comenzaron a salir cuando recordé cada momento compartido con esa niña y como no pude salvarla. Miro a mi alrededor y veo los muñecos con los cuales entrenamos, colgados en el lateral de la habitación.

Entonces una fugaz idea se cruza por mi mente. Sin pensarlo dos veces tomo un muñeco, una cuerda y un poco de pintura. Comienzo a trabajar en pintar al muñeco, paso una cuerda por su cuello y lo cuelgo para poder ver como reaccionan todos los vigilantes al leer el nombre que lleva el muñeco. SENECA CRANE.

Hola a todos, como están? Bien pues quiero darles una buena noticia que estuve pensando durante la ultima semana.

Obviamente esta historia narra lo que sucede en "En llamas" por lo que sinsajo es algo así como otra parte de la historia.

Por lo tanto he decidido continuar la historia con una segunda temporada que narrara lo que sucede en sinsajo, creo que si no lo hiciera me matarían jaja.

Si les gusto el capitulo recuerden votar y dejarme sus comentarios. Besos a todos

Embarazada En El Vasallajeحيث تعيش القصص. اكتشف الآن