Síndrome paranormal - Fairy Tail ± a.u ±

| 9 | Nuevo destino

— Ya veo... —Dio un suspiro—. ¿Quiere decir eso que podría reemplazar la cola de Juvia por piernas?

— No lo sé, pero en caso de que fuera posible no creo que sea fácil realizarlo —comentó Juvia.

— ¿Y qué sugieres? —preguntó Gray levemente preocupado.

La peli-azul desvió la mirada no muy segura de lo que tenía pensado.

— Tengo dos opciones; una de ellas es que continuéis sin mí... —Empezó a murmurar, mas fue interceptada por Lucy bruscamente, quien la comenzó a zarandear.

— Pero ¡¿qué dices?! ¡No nos vamos a ir ahora sin ti! ¡Sería algo muy estúpido! —Gray asintió dándole la razón—. El poco tiempo que hemos estado juntas ha sido muy importante para mí, ahora no debes irte. Porque para mí, desde que hablé por primera vez contigo...te convertiste en mi amiga.

Juvia continuó hablando, en su rostro ahora habitaba una alegre sonrisa—. La otra opción sería ir a la montaña escarlata.

— No pensaba que tuvieras tan buenas ideas. —Se burló el demonio de cabello azulado.

A la sirena le salió un pequeño tic en el ojo derecho—. ¿Qué quieres decir con eso? —En su voz ahora se notaba molestia.

Lucy los miró riendo para sus adentros.

— Pues que pensaba que no eres lo suficientemente inteligente como para sacar esa conclusión.

— Para tu información señorito Fullbuster, esta chica "no inteligente" le venció en una batalla. —Juvia dijo esto con una sonrisa victoriosa.

— Ya, pero en cualquier momento podemos hacer la revancha.

— Como si tuvieras oportunidad.

Lucy resignada pero ya riendo sin miramientos, dijo—: Al grano; ¿dónde está esa montaña escarlata, y qué nos puede dar para que Juvia pueda venir sin problemas?

— Bueno, en ese lugar viven dos seres, una de ellos llamada Titania; el otro desconozco su procedencia. Titania es una guerrera que ha vencido a millones de criaturas desde que tiene memoria. Cuando acaba con ellos, hace con su magia una armadura con los más fuertes, haciendo que no tenga ningún punto débil —explicó Gray.

— Es rápida, fuerte, inteligente; nadie ha podido vencerla hasta el momento, excepto su acompañante —continuó Juvia.

— ¿Y qué podemos sacar de eso? —preguntó Lucy sin entender.

— Puede que entre una de sus muchas víctimas haya un humano, y de eso podremos sacar partido. Podríamos fusionar su esencia con la mía —aclaró la sirena.

— ¡Es cierto! —afirmó la rubia, entusiasmada—. ¡Pues decidido, rumbo a la montaña escarlata! "Me pregunto por qué tendrá ese nombre..."

[...]

— ¿Qué debo hacer ahora, Zeref? —preguntó un chico de cabellos rosados mientras se acercaba al mencionado—. ¿Debería interceptarlos?

— Al contrario, persíguelos discretamente durante todo el camino, a ver si logran su cometido, y si vuelven victoriosos, entra en acción —respondió el pelinegro con una amplia sonrisa.

El joven pelirrosa tenía pensado decirle algo más, pero no estaba seguro si hacerlo o no—. Esto, Zeref...¿por qué tantas ansias de venganza? Layla está muerta ya, ¿no? Su hija no debería pagar esto... —Zeref calló a su hermano de una onda expansiva de color negra.

— ¿Me estás diciendo que mi criterio es incorrecto? —La ira recorría las venas de Zeref.

— ¡Tú eres quien me dijo Mavis que me iba a traicionar, ¿verdad Natsu?! —Zeref estaba fuera de sí, y Natsu no contestó―. ¡Contesta! —Antes de que el pelinegro volviera a atacar, Natsu se alejó rápidamente de él, y le observó con furia.

 — ¡Y si es así, ¿qué ocurre?! ¡Me has tenido toda la vida aquí encerrado, y si no ordenándome cosas indeseables! ¡Porque seas quien manda aquí no te da derecho a...!

— En realidad tengo derecho a todo en mi puesto. —El pelinegro suspiró—. Por esta vez lo dejaré pasar, ya que eres mi hermano y futuro heredero. ¡Pero que no se repita! —Y se marchó sin decir nada más.

Natsu, impotente, canalizó su ira en sus puños—. Se cree que no soy capaz de desafiarlo, pero va a ver como se equivoca.