Infidelidad.

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Los minutos pasaron y él seguía en el piso, sin decir o hacer algo. Dejó que la migraña absorbiera su mente, ni le importaba en ese momento ir por sus pastillas. Quería que el dolor le hiciera olvidar sus penas.

(. . .)

Murdoc se estaba arreglando para salir con su hermano. Aunque una inquietud vagaba en sus pensamientos, 2D. Lo dejó solo. Aademás, debío ofenderlo por el simple motivo de que su hermano no lo humillara.

—¿Listo para la diversión? —Hannibal ya se hallaba arreglado —Debemos irnos ya —decía—. Te presentaré a unas preciosuras que son fans tuyas.

—Como sea. Vámonos —El humor en él era cansado y triste.

Mientras iban saliendo se encontraron con Noodle y Russel, los cuales llegaban apenas.

Saludó la nipona.
—¿A donde van?
Le sorprendió verlos arreglados, lo normal en Murdoc era estar en calzoncillo por la casa.

—Muchachos, hola —De nuevo la falsa máscara de Hannibal—. Iremos a una fiesta, ¿quieren ir? —Esperaba que no aceptaran, si les preguntó fue para quedar bien.

—No, gracias. Estoy cansado de salir todo el día —Comentaba el baterista —Comeré algo he iré a dormir —Noodle opinó lo mismo—, pero gracias.

—Bueno... Los dejamos descansar —Salió del lugar, seguido del bajista, que por cierto no pasó desapercibido el silencio de éste ante sus amigos.

Para dirigirse a la fiesta, se fueron en el auto Stylo.



Al llegar, Murdoc miró el lugar que era tremendamente lujoso, lleno de alcohol y mujeres muy atractivas.

—¡Te lo dije, hermanito! —Le hablaba cerca, debido al fuerte sonido de la música—. ¡Busca unas buenas chicas y a follar!

El satanista comenzaba a olvidar al peliazul y sentía que volvía a ser ese Murdoc Niccals de antes.

—¡Oh! —Miró unas botellas de tequila —¡Mira estas bellezas! —Le ofreció una al otro, el cual dio un gran trago, verificado con ello que era muy fuerte esa bebida.

(. . .)

—¿Ya vas a dormir?

—Sí. Estoy exhausto, princesa.

—¿No quieres jugar un poco de videojuegos?

—Noodle, ya no soy tan jóven. Los ancianos como yo debemos descansar —Le causó gracia a la chica—. Pero dile a Stu, seguro él sí querrá.

—Bueno, dejaré que el viejo duerma —Ella aún tenía energías—. Iré por D', al fin que no lo he visto en todo el día.

Ambos subieron, pero cada uno tomó un camino diferente. Russel a su cuarto y Noodle al del vocalista.

(. . .)

El dolor había pasado sin la necesidad de las pastillas, aunque así ya no tenía distracciones para evitar pensar en Murdoc. De nuevo volvía a llorar. Era patético y ridículo.

—¡2D, juguemos videojuegos!

Alzó la mirada, viendo a su amiga. Ella no se tomó la molestia de tocar la puerta, había entrado sin permiso.

Al mirar al peliazul se apresuró a él. Se entristecío al verlo de tal manera.

—¿Qué te pasó?

No deseaba ser observado de tal forma, pero su amiga lo abrazó y no evitó llorar.
—Murdoc... —Le correspondió el cálido abrazo, comenzando a contarle lo sucedido...

(. . .)

En poco tiempo de haber llegado ya ambos se hallaban  ebrios, como la mayoría de las personas de allí.

—Hola, guapos.

Un par de jóvenes chicas se acercaron. La rubio coqueteba con Hannibal, logrando llevárselo a un lugar más privado.

La otra muchacha vestía provocativa, con un escoque que dejaba mostrar sus pecho, y una falda corta. El maquillaje en ella era excesivo, pero le quedaba bien. Su larga cabellera era única, de un color azul,  le hacía ser sexi.

—Soy Paty, ¿y tú, guapo? —Posó sus brazos a la nuca del satanista.

El verdoso bebió demasiado. Ya no era capaz de pensar con claridad. Sentía estar en la época de su juventud en la que solía meterse con docenas de mujeres.

—Soy Murdoc... El líder de una gran banda —Tomó la cintura de la mujer. Por alguna extraña razón que no recordaba en ese momento, su cabello le recordaba a alguien.

—¿En serio? —Paty sonrió con descaro, pegándose al cuerpo del otro —¿De qué banda?

—¡Gorillaz, nena!

—Nunca he escuchado ese grupo —Hablaba lasciva.

—Deberías escucharla, es música de la buena —Correspondía la cercanía, posando su rostro al cuello de la mujer.

—Seguro que sí. Con un líder tan atractivo como tú —Lo miró a los ojos—, obvio que debe ser la mejor banda —Lo besó.

Ambos exploraban la boca del otro.

—Vayamos a un lugar...privado —Paty lo jaló  hasta una habitación, de las cientos, que tenía la gran casa.

(. . .)

Escuchó atenta a cada una de sus palabras. Odiaba ver a su amigo llorando, ya hablaría con Murdoc.
—TTranquilo. Sé que te duele... Pero creo que deberían platicar.

—N-no quiero verlo —Sonaba realmente dolido.

—Vivimos todos aquí...tarde o temprano lo harán.

Noodle tenía razón. Lo vería y tendrían que hablar, aunque él no quisiera.

—2D, llorando no solucionaras nada.

—Lo sé...y no puedo evitarlo.

Esa noche la nipona no lo dejó. Se quedó a dormir con él, como cuando ella era pequeña. Le alegró que al menos dejará de llorar.






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Hola?... O.o

XD

Pues he aquí otro capítulo más :P
Él próximo tendrá mucha intriga 3:)  Yo sé lo que les dijo :v
Ni se imaginan que pasará :'y

Los dejo >¤<
Descansen y disfruten su domingo ;)

Mis sentimientos (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora