Capítulo 1. Amanda

538K 28.2K 9.9K
                                    

"Nada pasa porque sí..."


—No. Lo siento, pero no.

Dejé caer mi libro de matemáticas cerrado sobre el sofá. Me levanté de forma airada y aparté el pelo despeinado de mi rostro antes de dirigirme a la cocina a por algo de beber. Mamá me persiguió a lo largo de la habitación.

—Vamos, Amanda... Es solo una tarde.

Sus ruegos eran en vano, aunque no tanto como mi negativa. Ambas sabíamos que al final tendría que ceder, más que nada porque por algo yo era la hija y ella quien, en principio, llevaba los pantalones en la casa. Una expresión un tanto machista para decir quién manda en el lugar, si se me permite el comentario.

—Sí, claro —bufé, tomando una lata de refresco sin azúcar de la nevera—. Una tarde hoy, otra tarde ayer, otra tarde la semana que viene...

Mamá me encaró con un poco más de persistencia y enfado mientras yo tomaba el primer sorbo que mandó burbujas hasta el mismo centro de mi cerebro. Hizo un gran esfuerzo para no reírse de mi cara arrugada.

—No entiendo cuál es el problema. Tú no vas a salir, no tienes un plan mejor.

Tosí fuertemente, pero aun así podía escucharla por encima de mis ruidos de ahogo.

—¡Estudiar! —Exclamé con voz raspada, y necesité unos segundos para que mi garganta se calmara antes de continuar hablando—. Mañana tengo examen.

Un examen de matemáticas, asignatura que odiaba y se me daba realmente mal, pero por lo visto mi querida y enamoradiza madre había olvidado ese pequeño detalle. Lo había olvidado, como prácticamente olvidaba cualquier cosa que no tuviese que ver con sus citas una vez conseguía nuevo novio.

Entendía que después de la muerte de papá necesitase rehacer su vida, pero una cosa era buscarse un nuevo amor y otra buscarse uno nuevo cada mes para luego dejarme a mí haciendo de niñera del inmaduro e idiota de mi hermano preadolescente. ¿Para qué quieres hijos si no los vas a cuidar? ¿No tenían acaso suficiente con uno, es decir, yo?

Di otro sorbo a la bebida, esta vez con más precaución, y retomé el camino de vuelta al salón y a mi odiado libro de matemáticas. De nuevo, ella me siguió.

—Dawson no te va a quitar de estudiar. Se porta muy bien.

Claro, eso lo dice porque a ella no le roba cada mañana dinero para comprarse vete tú a saber qué, o monta un berrinche porque le haya quemado la cena. Como si hacer pizza al horno fuese tan fácil.

—Si tan bien se porta, puedes dejarle en casa de un amigo —objeté, pero luego se me ocurrió algo mejor y una sonrisa diabólica se apoderó de mi rostro—. O mejor, llévatelo contigo. Estoy segura de que a David le encantará.

Me senté en el sofá y esperé pacientemente a ver el resultado de mi jugada. A veces era un poco malvada con mi madre, pero era la única forma en la que podía vengarme por todos los dolores de cabeza que ella me provocaba.

—Daniel —me corrigió impasible, sin un ápice de risa, cruzando los brazos y plantándose delante de mí—. Se llama Daniel y lo sabes perfectamente.

Daniel era el nuevo ligue de mi madre. Habían estado saliendo más de un mes, lo cual era un récord. Generalmente sus novios huían en cuando descubrían que era una madre soltera con dos hijos a su cargo, pero éste había pasado la prueba final con éxito y no tenía ningún problema con Dawson y conmigo. Incluso quería conocernos.

Solo que mamá, por alguna extraña razón, no. Decía que aún era muy pronto. Empezaba a pensar que se había liado con un señor mayor y le daba vergüenza presentarnos.

Cuando yo no dije nada, ella suspiró y se sentó a mi lado en el sofá, apartando el libro de matemáticas más lejos aún. Supongo que el destino había decidido que yo no debía estudiar aquella noche.

—Es importante para mí, Amanda —comenzó a decir a media voz y dirigiéndome esos ojos de cachorrito a los que no me podía negar, ni de los que podía apartar la vista—. Cuando lo conozcas lo entenderás.

Su mirada se mantuvo a la par con la mía. Mentalmente comencé a contar hacia atrás.

Cinco...

Cuatro...

Tres...

Dos...

Uno...

Diablos. Al final, era incapaz de negarme.

Eché la cabeza hacia atrás rompiendo el contacto visual con ella, tomé aire, y abrí la boca en un potente grito.

—¡Enano! ¡Esta noche toca pizza quemada!

Desde el piso de arriba se escuchó algo parecido a un pisotón y una queja, pero fue ahogada por el abrazo de mi madre y sus saltitos de alegría antes de salir corriendo a llamar a Daniel para confirmar la cita.

La miré desaparecer y me forcé a mí misma a formar una sonrisa con mis labios. Cuidar de mi hermano pequeño y ver a mi madre salir con hombres que no conocía. Esa era mi vida. Y estaba bien. De verdad, lo estaba.

Si lo pensaba más fuerte, podía seguir fingiendo que lo estaba.

Si lo pensaba más fuerte, podía seguir fingiendo que lo estaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hey, there! Aquí el primer capítulo de #FakingLove. Se van a ir alternando, uno POV Amanda, otro POV Nate. Por lo que en el siguiente... Conoceremos a Nate ♥

Espero que os esté gustando. Probablamente suba mañana, ya que son capítulos cortitos.

Con todo el cariño del mundo, Andrea ♥

PD. Twitter e Instagram --> andrealetitbe

PD2. No veo Teen Wolf,  y probablemente las características físicas de los actores escogidos para cada uno no encajen del todo con las descripciones, pero era complicado de encontrar T-T

Amor Fingido © || 6 de mayo 2021 en físicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora