Una vez terminada la cena Kendall y Mario se van a su hogar y por petición de Jorge nos quedamos en un hotel, aunque mi madre nos había ofrecido la casa.

El hotel como era de esperarse es todo lujo y yo solo pongo los ojos en blanco. ¿Es que no sabe en que gastar su dinero?

-Amor- llamo su atención- Me duelen los pies - Le digo y el esboza una pequeña sonrisa.

- ¿Quieres que te cargue? - Pregunta.

- No crea que quieres pasar todo el lobby del hotel conmigo en brazos ¿o sí? - Él sonríe otra vez y justo cuando llegamos a la entrada del hotel mis pies son despegados del suelo al tomarme en brazos. Objetivo conseguido.

Atraviesa toda la estancia conmigo y de pronto quiero bajarme de la pena ante las miradas de algunos curiosos. Me remuevo, pero el me ignora hasta el ascensor.

- ¿Qué más desea mi chica? ¿mimos? ¿masajes? ¿qué me desnude y le vuelva a hacer el amor? - Sus palabras me hacen reírme y gracias a Dios vamos solos en el ascensor.

Estiro mi cuello para besarle en los labios. - Te amo- Le digo mirándolo desde abajo.

-también te amo pequeña - Contesta y yo no puedo estar más alegre.

Una vez dentro de la habitación, Jorge decide irse a dar un baño, pero no sin antes invitarme, petición la cual negué. Me siento en el borde de la cama y comienzo sacar me las zapatillas cuando el celular de Jorge ubicado sobre la mesilla de noche suena, yo no acostumbro a revisar sus cosas personales pero esta vez una ligera curiosidad me invadió. La pantalla del celular muestra el nombre de ¿Lauren?, ese nombre me suena, pero no logro recordar de donde es.

Jorge sale de la ducha con solo una toalla rodeando su cintura, se acerca a la mesita de noche y con el ceño ligeramente fruncido descuelga el celular.

- ¿Qué pasa? - Dice solamente luego de llevarse el celular a la oreja. Ese nombre aun resuena en mi cabeza como obligándome a recordar. - No podré estar allí, lo siento- Vuelve a hablar dando una media vuelta y caminando lejos de mí. ¿Qué oculta? Y esa pregunta se contesta sola en mi cabeza cuando dice- Ya no me puedes obligar a nada Lauren tú y yo no estamos juntos- Era ella, su ex, la ex señora de Pineda.

Duele saber que esa mujer aún está merodeando en su cabeza, ¿que por qué digo eso? Sencillo, luego de finalizar la llamada y apagar su celular solo dice una ''buenas noches'' y ni siquiera un beso, un te amo... nada. El saber que ella lo puede poner en este estado con tan solo una llamada puede hacer que la noche sea tediosa para ambos.

Ver como duerme de espalda a mí me mata, la actitud que tomó me da mucho que entender. 

Hora y cuarto después y él ya estaba dormido, yo por otra parte no podía conciliar el sueño. Me levanto con sigilo de la cama y pienso en llamar a Kendall pero pensándolo bien, ella ya debe de estar dormida, aunque apenas sean las 9 y algo. Tomo mi celular y busco el número de Sonya la cual al tercer pitido contesta.

- ¡Marii!-exclama- ¡Que sorpresa! - Dice y no puedo evitar reír por su muy notable ebriedad. Alguien salió de rumba temprano y no puedo evitar reírme al escuchar como lucha por salir de donde está para poder escucharme.

-Hola amiga- Le saludo y por hoy prefiero no contarle nada- Solo quería saber cómo estabas, pero por cómo te escucho ¡estas bien! - Sonya se fue antes del incidente en casa de mi madre así que no sabe de la situación con Jules.

-Estoy genial- Aclara y fuerzo una sonrisa.

-Pues que bien rubia enana. Cuídate mucho y sigue pasándolo bien. - Se despide y finalmente cuelgo soltando un suspiro. 

Me siento agotada y necesito desahogarme, pienso rápido y me dirijo hasta la cocina de la habitación donde hay dos botellas de un licor llamado Jägermeister el cual pude notar era alemán. Me sirvo en unos de los vasos y su fuerte sabor me hace cerrar los ojos.

Pierdo la cuenta de los vasos que me he tomado y una vez intento pararme tengo que volver a sentarme puesto que casi me caigo. ¿Como fue que llegué a este estado? Lágrimas se acumulan en mis ojos y empiezo a llorar. Es horrible.

En medio de mis suspiros escucho pasos acercándose a mi y ya para este punto no se si son reales o productos de mí imaginación.

Jorge POV'

Aun con los ojos cerrados y a pesar de que sigo enojado con la importuna de Lauren busco con mi mano el cuerpo de Mariana pero no la encuentro. Me sobresalto, ella no me pudo haber dejado ¿no?. Me levanto de la cama y veo como la luz de la cocina esta encendida dandome a entender que ella debía de estar allí.

Con pasos apresurados me acerco hasta donde ella esta sentada cabizbaja y con los ojos cerrados. Su rostro estaba mojado y las botellas de Jägermeister que ordené para la habitación estaban ya vacías. Esta ebria.

La tomo entre mis brazos y ella abre sus ojos ya rojos.

- ¿Me amas? - Es lo primero que pregunta sollozando otra vez- Porque yo si lo hago y no quiero perderte. - Mí corazón se estruja al escucharla. Su inocencia no deja de atraerme desde el primer día y eso es algo que me ha atormentado. Era un hombre 20 años mayor cuando la conocí, tan lista, preciosa y encantadora. Ni siquiera se cuando empecé a verla como una mujer, pero no me permití atreverme a nada con ella hasta adulta. 

-Claro que te amo- le contesto a pesar de que sé que ella no recordará nada.

-no, no lo haces- responde y se remueve entre mis brazos para que la baje. Tambaleándose logra ponerse de pie y dice: - ¡no lo haces! - exclama y vuelve a llorar. - ¡¿por qué te afecta tanto hablar con tu ex?! ¡¿qué tanto poder ejercer esa mujer sobre ti para ponerte en este estado?!- lágrimas salían por cascadas de sus ojos y no podía evitar sentirme una mierda de hombre. La estaba lastimando con mi actitud y eso era algo que no podía permitir. No soporto la idea de hacerle daño, esto es algo así como nuestra primera pelea (aunque ella esta ebria) después que estamos formalmente juntos.

- ¿Puedes escucharme? - le digo agarrándola de los hombros aun sabiendo que perdía mi tiempo- Necesito que dejes de llorar mi amor, odio verte así, odio ver que lloras, pero más odio saber que yo soy el culpable. - sus ojos apagados y ensombrecido me miran fijo- te amo con mi alma Mariana, de verdad que lo hago y si me puse en ese estado fue porqué odio escucharla y más después de lo que me hizo- su ceño se frunce y sé que está confundida- hay cosas que aún no te he contado amor.

Nada es lo que parece. Ese viaje hace cinco años tenía otro motivo: Lauren

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JEÑORAS' DELEN AMOR A MI OTRA NOVELA, ESA SI ESTÁ DECENTE, LO PROMETO. SE LLAMA ''AMOR AL AZAR''

Señor... Quedése [#2]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin