Online ; yoonseok.

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Su mirada se dirigía casa esquina en busca de un cabellera rubia, lo había visto en fotos y sabía como era físicamente, pero el aeropuerto parecía estar por explotar, la gente se empujaba y había muchas familias corriendo de un lado a otro, con boletos en las manos.
Se recostó sobre una columna, ajustando su abrigo para luego frotar sus manos entre sí. Demasiado frío para su gusto.

Miró hacia un costado esperando encontrarlo, nuevamente. Pero una llamada interrumpió sus acciones.

Yoongi:

–Te estoy viendo.

–¿En donde estas, hyung?

–Deja de recostarte sobre la columna como si fueras un chico malo.

Hoseok sonrió, buscando alguna melena rubia perteneciente al chico del otro lado de la línea, nada.
Se pudo escuchar una risita.

–Yoongi, dime dónde estás.

–Encuéntrame.

Hoseok frunció el ceño al escuchar un pitido ser emitido por su celular, finalizando la llamada. Se levantó de allí y comenzó a caminar hacia el frente. Quiso gritar su nombre, pero no quería ganarse unas cuantas miradas como si lo juzgaran por loco.

Unos desconocidos brazos se abrazaron a su cintura, y sintió el aliento de aquella persona chocando contra su oreja.

–Bú –Hoseok estalló en mil sensaciones, era su hyung. No había pasado ni cinco minutos de estar juntos y el castaño ya quería escapar. Fingió ser arisco, separándose bruscamente para dar la vuelta y mirarlo, frente a frente.

Sus ojos eran una fina línea, su sonrisa lo envolvía, cautivándolo. Estaba tonto, tal vez se quedó unos cinco minutos allí. El rubio tenía los labios secos, su cabello parecía estar sufriendo, quebrándosele. Unas ojeras apenas notables se escondían bajo sus ojos, aunque el maquillaje hacía un esfuerzo por taparlas, estas luchaban y salían a la vista. Su sonrisa era adornada por mucho cansancio, típica de personas que viven en la ciudad y se ahogan en trabajo, llevando una aburrida rutina.

Y Hoseok no se equivocaba, pero aún así, por más demacrado que se vea, era hermoso.
El castaño le sonrió, sacando a la luz todo tipo de sentimiento.
Tal vez sí se sentía un poco atraído.

06:00 p.m

Hoseok depositó la maleta ajena en medio del living. Frotó su cintura con una mueca, ya estaba viejo para andar cargando cosas pesadas por allí, por eso agradecía eternamente trabajar en una oficina, haciendo... Literalmente, nada.

Se dió la vuelta y notó que el mayor de los dos se había quedado en la puerta, admirando las paredes, los decorados...

–¿Por qué te quedas allí parado? Pasa –Hoseok hizo gestos con su mano, admitiéndole la entrada al rubio.

–Lo siento. Bonito departamento –el castaño sonrió, asintiendo, sin saber que responder.

Yoongi caminó hasta el sofá, susurrando un "permiso" antes de sentarse en él. No sabía que decir, y como cualquier persona incómoda, tomó su celular, revisando twitter... Y Line.