Capitulo 4.

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La boca de Chloe se abrió en cuando analiza las palabras que soltó Fergie. ¡No se lo podía creer! ¿Su mejor amiga hija de Afrodita? ¡¿La Diosa del amor?! 

Vaya, ¿cuantas cosas le habrá ocultado su amiga rubia?

Bueno, no puedo hablar mucho. Se recordó mentalmente.

— Bueno, eso explica por qué eres tan perra —murmuró meneando su cabeza.

— ¡Epa! –se queja Fergie con el ceño fruncido. Ése había sido un comentario cruel.

— ¡Es la verdad! —ríe un poco y piensa en decirle que ella es hija de Atenea, pero alguien les interrumpe.

— Aquí nadie nos verá —susurra una voz conocida para ambas, se apartan de la puerta y está se abre mostrando a un Will junto a una chica rubia—. Tendremos duro contra el... ¡¿QUÉ HACEN USTEDES AQUÍ?! —pregunta exaltado en reparar que había dos personas más con ellos.

—Íbamos a hacer un acto lésbico —suelta Fergie como si nada.

— Y nos has interrumpido —completa Chloe cruzándose de brazos y poniendo cara de enojada.

— ¡¿QUÉ?! —miró a Chloe con un deje de decepción.

— ¡Que nos has cortado el rollo, insecto! —Fergie trataba de aguantar una carcajada.

— Están jodiendo, ¿no? —la voz de la rubia hizo que los tres se recordaran que ella estaba allí.

— Obvio que es joda –responden ambas amigas rodando los ojos.

El suspiro de alivio por parte de Will se escuchó por todo el cuarto. Las tres chicas lo miraron con el ceño fruncido. 

— ¿Qué? —cuestiona pasando su mirada por las tres.

—Nada  responden al mismo tiempo.

****

Las semanas pasaron, y Chloe quería matar a Will. ¡Era un maldito inoportuno! Cada vez que ella intentaba  decirle a Fergie que también era una semidiosa, ese maldito castaño aparecía evitándolo. Parecía que lo hacia a posta.

Hasta que un día, ambas estaban solas en las gradas viendo a Will entrenar (por suerte había quedado en el equipo del instituto).

—No lo hace tan mal para ser su primera practica —Fergie oía atenta la conversación del entrenador con el capitán del equipo. Y se lo comentaba a Chloe que estaba a su lado.

— Sí, lo es —respondió el entrenador—. Tal vez ya tengamos a alguien que tome tu lugar cuando te gradúes —una sonrisa se satisfacción apareció en su rostro—, alguien para poder llegar a las finales —sus ojos brillaron con tan solo pensarlo.

Claro, el instituto llevaba cómo dos años sin llegar a las finales, a pesar que eran muy buenos (a la vista de la rubia) los otros institutos les lograban ganar, ya que las estrategias del juego que proponía el entrenador no eran muy buenas.

— Entrenador, con todo el respeto que usted se merece —empezó a hablar el capitán con sus brazos cruzados—, no llegamos a la final porque sus estrategias no sirven —soltó sin escrúpulos.

Fergie empieza a reír con fuerza al ver la cara de culo que había puesto el entrenador. ¡Vaya que ese chico le caía genial!

— Vuelve al entrenamiento —ordena con los dientes apretados, le dio un empujón y el chico con una sonrisa burlona volvió a su entrenamiento.

— ¡Fergie! —el grito de Chloe hace que le preste atención. Posa su mirada en ella, dejando saber que la escuchaba— ¿Será que me dices qué pasa? —cuestiona elevando una ceja.

DeanwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora